Capitulo 108

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Susana se acercó y vio cuando Ximena molesta agarró sus cosas y salió del lugar, después vio a Daniel y su amiga muy juntos, ni se percataron de que Ximena pasó a unos cuantos metros de ellos.

Susana: bien amiga! Así se hace.

Regina: ¡no puedo creer que tengas que pensarlo tanto!

Ximena se subió a su auto y se fue.

Daniel: No tengo nada que pensar, me voy contigo.

Regina sonrió.

Daniel: pero  tú, ¿no tendrás problemas con tu papá?

Regina: uno más de los que tengo no hará ninguna diferencia.

Daniel: bueno, entonces vamos.

Daniel abrió la puerta de Regina, esta se subió y después él se subió de copiloto, el auto entró en marcha.

Susana no podía entender lo que pasaba, pero estaba feliz de ver lo decidida que era su amiga.

Susana: estoy segura de que esto será el inicio de una hermosa reconciliación.

Daniel: ¿a dónde vamos?

Regina: cerca. - dijo mientras le sonrió-

Ximena conducía furiosa

Ximena: ¿Cómo pudo llegar esa mujer hasta ese restaurante?... respira, inhala, exhala Ximenita, sabíamos que no iba a ser nada fácil seducir a un hombre casado, pero de que ese bombom cae en tus brazos cae, si hoy no funciono será mañana.

Miranda terminaba de ponerse al corriente con sus tareas del kínder.

Lorenza: ¿ya terminaste?

Miranda: ya casi abue, ¿ tu crees que mis papitos me dejen volver mañana? Extraño el kínder.

Lorenza: bueno, eso depende de cómo te sientas.

Miranda: no me duele nada.

Lorenza: entonces hablaremos de eso con tu mamá durante la comida estoy segura que no se negará, aunque me imagino que tu afán es porque tu papá te va a recoger ¿verdad?

Miranda: si, así podremos estar más tiempo juntos y mis compañeras verán que si tengo papá y muy guapo.

Lorenza: eso está muy bien, porque no vas a ayudarle a Esperanza con el postre mientras yo te guardo todo esto.

Miranda: bueno.

Regina se detuvo en un hotel, entraron al estacionamiento y pasaron a la recepción.

Daniel: ¿aquí?

Regina: es muy cómodo además nos queda de paso a ambos, me hospede aquí con Miranda cuando dejamos la casa de mis padres.

Daniel: lo sé, yo también estuve aquí, de hecho, aquí conocí a Miranda, nos cruzamos en el restaurante.

Regina: creo que alguna vez me lo platicaste.

Daniel: si, este lugar tiene un significado especial para mí.

Regina: para mí también.

Se bajaron del auto y caminaron hasta la recepción.

Recepcionista: buenos días, ¿en que puedo ayudarlos?

Regina: necesitamos una habitación.

Recepcionista: como no, ¿para cuantas noches?

Regina: una creo.

Recepcionista: bien, firme aquí por favor, el pago se hace al salir.

Regina: perfecto.

Regina firmó el ingreso al hotel.

EL GIRO DE LA VENGANZADonde viven las historias. Descúbrelo ahora