Capitulo 23

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Regina: no vas a decir nada?

Daniel: me dejas sin palabras, pero por que no me lo dijiste antes.

Regina: porque después de tantas cosas que hablamos nunca salió el tema.

Daniel: y cuántos años tiene?

Regina: 4, bueno faltan solo un par de meses para que cumpla 5.

Daniel: estuviste casada?

Regina: no, soy madre soltera.

Daniel: y su padre.

Regina: murió, eso creo, me abandonó cuando supo que estaba embarazada, y después creo que tuvo un accidente, no volví a saber nada de él, Si quieres que esto termine aquí, lo entenderé perfectamente.

Los ojos de Regina se inundaron de lágrimas, se dio la vuelta dándole la espalda a Daniel.

Daniel: nada de eso, el que tengas una hija no va a cambiar nada entre nosotros, yo te amo.

Regina: de verdad no te importa?

Daniel: no, eres una gran mujer, y el que estés criando a tu hija tú sola me hace admirarte más.

Regina sólo lo besó.

Daniel: y como se llama?

Regina: Miranda.

Daniel: Miranda?

Ese nombre le retumbó en la cabeza a Daniel, pero no le pareció extraño, después de todo solo era un nombre y muchas personas lo llevaban.

Daniel: y crees que le moleste que tengas un novio?

Regina: para nada, sería la más feliz del mundo, es muy lista.

Daniel: me gustaría conocerla.

Regina: por supuesto, si quieres esta misma noche.

Daniel: me encantaría.

Regina: pero, hay algo creo que debemos tener cuidado.

Daniel: que cosa?

Regina: vamos a esperar que pasen unos días para decirle que eres mi novio.

Daniel: por qué?

Regina: Miranda está loca por tener un papá y no quiero ilusionarla, tú y yo apenas nos estamos conociendo y no quiero que ella sufra.

Daniel: entiendo, haces bien.

Regina: quiero que primero la conozcas y la trates y ya después buscamos el momento de decirle.

Daniel: entonces le diré que soy tu amigo.

Regina: perfecto.

Al terminar la jornada de trabajo, Regina y Daniel se fueron juntos, pero cada cual se subió a su auto, mientras ella conducía al departamento de su hermana llamó a Esperanza para decirle que llevaba un invitado a cenar.

"Regina: nana, te pido que por favor no digas nada.

Esperanza: si mi niña no te preocupes, además eso de que quiera conocer a tu hija habla muy bien de él.

Regina: vas a ver lo guapo que es.

Esperanza: debe serlo si te tiene tan enamorada."

Unos minutos más tarde Esperanza arreglaba la mesa con la ayuda de Miranda, Regina y Daniel entraron al edifico, subieron al elevador.

Daniel daba leves golpeteos de una mano a otra.

Regina: estás nervioso?

Daniel: un poco, no te lo niego.

EL GIRO DE LA VENGANZADonde viven las historias. Descúbrelo ahora