Capitulo 45

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Regina, discúlpame venia distraído.

Regina: Alan?

Alan: Regina?

Regina cambio su cara y tuvo el impulso de salir corriendo, pero Alan la tomó por el brazo y la detuvo.

Alan: espera.

Regina: Por el golpe del auto no te preocupes, yo lo arreglo.

Alan: en realidad lo siento, yo cubro los gastos.

Regina: no! gracias, no quiero nada de ti.

Alan: entonces al menos escúchame, tengo que hablar contigo, es algo muy importante, llevo años queriendo hacerlo.

Regina: no tenemos nada de qué hablar.

Alan: te equivocas, se trata de Lucia, mi prima.

Regina: Lucia? De ella menos quiero hablar para mi esa mujer, está muerta.

Alan: cuando me escuches te darás cuenta de que es importante, ven conmigo, podemos llamar a algún taller para que se lleven tu camioneta luego te dejo en tu casa o donde quieras.

Regina: no puedo, tengo un compromiso al que no puedo faltar.

Alan: entonces, podría ser mañana?

Regina: está bien, mañana tengo que hacer algunas diligencias.

Regina le anotó el nombre de un café.

Regina: toma, te veo allí a las 9 de la mañana, solo espero que valga la pena y no me hagas perder el tiempo.

Alan: está bien, gracias.

Regina se volvió a subir a su camioneta y arrancó.

Daniel y Gabriel llegaron primero a la casa de los papás de Regina, Miranda estaba feliz de ver a Daniel.

Daniel: estás hermosa.

Miranda: tu también estas muy guapo.

Daniel: y tu mamá?

Miranda: no sé, no ha llegado.

Lorenza: voy a llamarla.

Regina venia conduciendo cuando sonó su celular, se puso su manos libres.

"Regina: mamá?

Lorenza: hija! Donde andas? Tu novio ya está aquí, solo faltas tú.

Regina: tuve un pequeño contratiempo pero ya voy en camino, en 10 minutos estaré allí.

Lorenza: segura? Todo está bien?

Regina: si, no te preocupes.

Lorenza: entonces pediré que empiecen a servir.

Regina: me parece bien"

Daniel: que pasa?

Lorenza: ya viene en camino.

Daniel: que bueno.

Miranda: quieres conocer mi casa de muñecas?

Esperanza: ve con ella, cuando llegue Regina los mando a llamar.

Daniel: gracias.

Daniel tomó la mano de su hija y caminaron hasta el jardín.

Regina no dejaba de pensar en su breve encuentro con Alan, parecía sentirse culpable de algo, lo vio tan afligido que por lastima había decidido escucharlo, tenía curiosidad también de ver que tenía que decirle sobre Lucia la ingrata que había fingido por años ser su amiga y que la había puesto en peligro años atrás.

EL GIRO DE LA VENGANZADonde viven las historias. Descúbrelo ahora