Capitulo 119

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Alan: supe que te casaste con tu novio.

Regina: así es.

Alan: esta niña linda debe ser tu hija- dijo acercándose a Miranda-

Miranda: ¿y tú quién eres? - dijo mirandolo con curiosidad. -

Alan: yo soy un viejo amigo de tu mamá.

Miranda: pero no estás tan viejo.

Regina: quiere decir que hace mucho que nos conocemos.

Miranda: ahh

Alan: ¿me regalas unos minutos?

Regina: si claro, Miranda no te separes de Esperanza por favor, ya regreso.

Miranda: si mamita.

Regina se apartó con Alan.

Alan: también  supe que Arturo y Lucia quedaron bajo libertad, en realidad me siento muy apenado contigo.

Regina: me consta que hiciste cuanto pudiste, además no había muchas pruebas de lo que pasó, es apenas lógico que los hayan dejado libres, así son las leyes de este pais.

Alan: Conozco muy bien a Lucia y  estoy seguro que no te va a dejar en paz.

Regina: no tienes ni que decirlo, hace algunos días me la encontré en una clínica.

Alan: ¿está enferma?

Regina: ¡No! Arturo cayo en el vicio y según ella yo soy la única culpable.

Alan: ni caso le hagas, siempre anda buscando culpables para sus males; si quieres busco una manera legal de que no se te acerque.

Regina: No le tengo miedo.

Alan: No la subestimes, mi primita esta completamente loca y no sabemos con que tonteria salga después, pero ya sabes, si cambias de opinión estoy dispuesto a ayudarte.

Regina: gracias.

Alan: hasta pronto.

Alan se retiró del lugar.

Esperanza: ¿pasa algo?

Regina: nada nana, no te preocupes.

Esperanza: no me gusta nada que ese te esté rondando.

Regina: Alan es inofensivo, no te preocupes, yo sé cómo tratarlo, ¿ya pidieron el helado?

Miranda: estamos esperando que tu elijas el tuyo.

Regina: bien, déjame ver.

Daniel estaba en el departamento muy pensativo, lo sucedido lo tenia algo confundido, por un lado, no por podía darse el lujo de estar en malas relaciones con Ximena pues aún trabajaba para ella, necesitaba el dinero y por el otro ni su esposa ni su hija la toleraban y no quería tener problemas con ellas tampoco.

Regina, Esperanza y Miranda regresaron al departamento.

Esperanza le preparó algo de cenar a Daniel, mientras Regina y Miranda arreglaban la mochila de la escuela para el día siguiente.

Después Regina se concentró en los planos del nuevo proyecto, era su excusa perfecta para no hablar con Daniel que se encontraba en su habitación.

Al llegar la hora de dormir, ambos le leyeron a Miranda un cuento, la pequeña se durmió y luego Regina la llevó a su habitación como los otros días.

Un rato después Regina se preparaba para dormir y mientras se cepillaba su cabello Daniel intentó entablar una conversación.

Daniel: Miranda hizo un buen trabajo con la tarea que le dejaron hoy ¿no te parece?

EL GIRO DE LA VENGANZADonde viven las historias. Descúbrelo ahora