Capitulo 107

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Regina regresó con Susana.

Susana: ¿tan pronto volviste?

Regina: es que preferí no ir a saludarlo.

Susana: ¿por qué?

Regina: porque está acompañado de una mujer.

Susana: ¿y? a lo mejor es alguien del trabajo, no te apures.

Ximena: tendremos que esperar un rato, los clientes están atorados en el tráfico, pero que te parece que pedimos de una vez algo.

Daniel: si, claro.

Ximena pidió una botella de champagne.

Daniel: pero ¿no es muy temprano para beber?

Ximena: lo haremos después de comer, hay que celebrar porque estoy segura de que este negocio va a ser muy prospero.

Regina y Susana desayunaban cuando a lo lejos vieron que el mesero llevaba una botella.

Regina: ¡es el colmo!- dijo muy molesta-

Susana: ¿Qué pasa?

Regina: mira, ¿Cómo es posible que beba en horario de trabajo.

Susana: a lo mejor celebran algo.

Regina: Daniel no es amigo de la bebida y menos a estas horas, no sé, pero esa mujer no me da buena espina.

Susana: estas paranoica amiga, deja de hacerte ideas en tu cabecita, además si la memoria no me falla es la dueña de una constructora, debe ser su jefa.

Regina: ¿hablas de la dueña d ela constructora  que tiene fama de meterse con cuanto hombre se le atraviesa?.

Susana: si, esa misma, pero no creo que Daniel le interese, tu madre se lo presento y seria un error para ella aprovecharse de la situación.

Regina: no subestimes a esa clase de mujeres.

Las dos siguieron observando.

Ximena sirvió dos copas.

Daniel: no gracias, yo paso.

Ximena: ándale, solo una copa, al fin de que no tardan en traer lo que pedimos.

Daniel: lo siento no me gusta beber, es muy temprano.

Ximena agarró la mano de Daniel.

Ximena: No me desaires, mira que este negocio va a ser muy bueno y tenemos que celebrarlo.

Daniel la soltó delicadamente.

Regina: ¿viste eso? Le agarró la mano, ¡es una sinvergüenza!

Susana: si, pero Daniel la evitó, ¿viste?

Regina: yo mejor me voy antes de que me caiga pesado el desayuno.

Susana: pero apenas y lo probaste.

Regina: perdí el apetito, gracias por la invitación, después hablamos.

Daniel: ¿No te parece que están tardando mucho?

Ximena: si, voy a llamarlos, aquí la señal es pésima, ya regreso.

Regina se despidió de Susana y se vio obligada a pasar cerca de la mesa donde estaba Daniel, él alcanzo a verla y de inmediato se levantó y la siguió.

Regina llegó al estacionamiento y mientras abría su auto Daniel apareció detrás de ella.

Daniel: ¿Regina?

Regina se dio la vuelta muy seria.

Daniel: ¡ Hola, que grata sorpresa! ¿Qué haces aquí?

Regina: vine a desayunar con mi amiga Susana.

EL GIRO DE LA VENGANZADonde viven las historias. Descúbrelo ahora