Capitulo Dos

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Jason

Entro a la habitación de mi primo Justin, y me siento en el borde de su cama, él me mira con algo de preocupación. Esta semana ha sido una mierda, tener que lidiar con que la persona que más amas de pronto esta cayendo en picada sin que puedas hacer nada al respecto es algo que me duele en demasía.

Justin no dice nada y lo agradezco, lo que menos quiero es escuchar consuelos tontos que no son ciertos. Mi mamá esta dejándose seducir por el alcohol, busca en el una salida momentánea que obviamente no funciona y que más que hacerle bien, empeora su animo. Porque el alcohol mas que hacerte olvidar, te hace recordar y además te va haciendo adicto a el, te va atrayendo hacia el hasta que ya es muy tarde.

Está así desde que papá decidió irse de casa, después de treinta años de casados, un día él solo decidió que ya estaba cansado de fingir ser el esposo perfecto, así que se fue a vivir con su amante, una mujer que apenas me llevaba unos dos años. Y el problema no está en que decidiera rehacer su vida, el problema estaba en que la manera en que lo hizo fue una mierda. No solo dejó a mamá después de hacerla miserable con su falta de compromiso en el matrimonio, también había culpado a mi madre de todo. Cuando alguien te deja te cuestionas mucho, cuestionas lo bonito que eres, lo que te falto por dar, cuestionas tu valía. Imagina que alguien se vaya de tu vida después de años con la mísera excusa de que contigo nunca llego a sentir algo profundo y que con alguien más si.

Pues eso hizo mi muy empático papá, nótese mi sarcasmo.

Y mi mamá simplemente se derrumbó, empezó estando triste, lloraba mucho y no quería salir de su habitación, dejó de ir a trabajar y parecía querer siempre dormir, pero ahora lo había llevado más lejos, porque ahogaba el dolor en botellas de coñac, de vino o cualquiera que estuviera a la vista.

No era raro que la encontrara ebria hasta el culo y cada vez era más seguido, se embriagaba, lloraba y empezaba a romper todo lo que veía a su paso.

Lo peor es que se rehusaba a buscar ayuda. Y tenía mucho miedo de que se hiciera daño.

-¿Quieres hacer algo? -dice Justin sacándome de mis cavilaciones.

-Iré a mi apartamento, necesito estar solo y aprovecharé que mamá estará aquí.

-¿Quieres que vaya contigo?

-No, necesito estar solo, pero tranquilo estaré bien.

-De acuerdo, sabes que cuentas conmigo siempre, primo. -dijo apretando mi hombro en señal de apoyo.

Justin era mi primo y mejor amigo, era hijo de la hermana de mi mamá, no había nadie que me conociera más y con quien más disfrutara estar, pero necesitaba estar solo, porque esto me estaba superando y necesitaba pensar.

Me despedí de mamá y mis tíos. Mi tía me susurró que no preocupara, que cuidaría de mamá y que trataría de convencerla de buscar ayuda. Quise creerle, de verdad quería creer que ella sería capaz de hacer que mamá entrara en razón y decidiera buscar ayuda para estar mejor, pero no era tan optimista. No después de intentar persuadirla tantas veces y que no sirviera de nada. No podías ayudar a alguien que no quería ser ayudado y ella parecía haberse rendido.

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Llegué a mi apartamento cuarenta minutos después, me quité las botas y la chaqueta y me senté en el sofá, me sentía cansado mentalmente.

No había mucho que hacer en mi apartamento, así que tomé mi consola de play station y empecé a jugar fornite. No llevaba más de dos partidas cuando escuche mi móvil vibrar, era un mensaje invitándome a una fiesta, era viernes en la noche y estaba solo, necesitaba distraerme de otra manera. Así que me di una ducha rápida y me cambié. Siempre dejaba ropa en mi apartamento, no venía a menudo porque no me gustaba dejar a mamá sola, pero este era mi lugar para estar solo. Además de mi papá quien sabía de este apartamento porque fue un regalo de mi abuelo antes de morir, solo Justin y su mejor amiga Jennifer han estado aquí.

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