Mi Lugar Seguro 🔞

Capitulo Treinta y seis (Parte Uno)

                            Jason

Me levanto algo sobresaltado al escuchar que mamá me despierta con la canción de cumpleaños, es quince de octubre y es mi cumpleaños número veintitrés. Mamá está sentada en el borde de la cama con una velita encendida sobre un pastel. No soy de los que le emociona demasiado su cumpleaños pero me calienta el corazón el gesto de mamá. Y más tomando en cuenta que en estos últimos días apenas hemos cruzado palabras. Después de nuestra pequeña discusión en casa de Justin, simplemente me encerré en mi mismo y no hemos hablado mucho. Aunque siempre me aseguro de que llegue a dormir, de ver si hay botellas de vino o coñac vacías o le pregunto a mi tía por ella.

Mamá me sonríe y me insta a apagar la pequeña velita encima del pastel. Esbozo una sonrisa y antes de que pueda soplar la pequeña vela, mamá me dice que pida un deseo. Ni siquiera tengo que pensarlo, el deseo tiene que ver con ella, con que esté mejor. Tras soplar la velita, mamá me ensucia la nariz con el glaceado del pastel y luego se acerca a mi para abrazarme, le devuelvo el abrazo con el mismo ímpetu, porque lo necesitaba. Ella es lo que más amo.

—Feliz cumpleaños mi amor, te deseo todo lo bueno del mundo porque lo mereces y espero que pueda hacerte sentir orgulloso otra vez. Te amo.

—Gracias mamá, también te amo.

—Recuerdo el día que naciste, abriste los ojitos justo después de salir de mi panza y me miraste como si morías por conocerme. Vi tus ojitos azules y supe que no amaría a nadie como te amaba a ti.

Su declaración hace que la abrace fuerte. Sé que me dice todo esto porque cree que dudo de su amor por mi, pero no dudo de su amor por mi. Sé que me ama, pero ahora quiero que se ame a si misma.

—No pude haber tenido mejor mamá.

—Claro que pudiste tener una mejor mamá, yo soy un desastre.

—No eres un desastre, estás pasando por un mal momento y necesitas tomar las riendas de tu vida y luchar por dejar la bebida atrás, pero eres la mejor mamá que pude tener. Nunca dudes que te amo.

Algunas lágrimas ruedan por sus mejillas y yo la atraigo hacia mí.

Bajamos a desayunar juntos, hablamos de todo un poco y ella me dice que hace días que no toma, que lo está intentando y que quiere volver a ser ella. Creo que es el mejor regalo de cumpleaños. Saber que ella lo intenta.

Luego me dice que recuerde que almorzaremos con mis tíos y Justin para celebrar mi cumpleaños. Lo hacemos cada año, mamá hace una reservación en un restaurante elegante y almorzamos juntos.

Tras desayunar recibo una video llamada de Justin, quien me felicita en repetidas ocasiones y luego en la video llamada aparecen mis tíos deseándome lo mejor. Les agradezco a los tres y luego ellos se despiden.

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Mientras termino de vestirme para salir con mi familia, recibo un mensaje de Carla preguntándome si quiero hacer algo hoy. No le dije que hoy era mi cumpleaños, no soy de los que necesitan que lo feliciten, pero admito que me debato entre la idea de invitarla o no al almuerzo con mi familia.

Sin embargo no lo hago, no porque no quiera, si no porque no quiero que se asuste. Carla no ha estado en una relación y no quiero que corra si la incluyo en un almuerzo familiar, donde todos harán preguntas incómodas. Así que le digo que pasaré por ella en la noche para irnos a algún club nocturno. Ella me dice que le parece un buen plan y me dice que le diga la hora exacta en que pasaré por ella, porque necesita saberlo para estar lista a tiempo. Sonrió sabiendo que ella ama vestirse como si va a la semana de la moda y para eso necesita mucho tiempo.