Jason
Estoy sentado en el sofá de mi apartamento con mi móvil en las manos, me debato entre enviarle o no un mensaje a Carla. Lleva toda la semana ignorandome sin ninguna razón, no le hice nada. Sin embargo no contesta mis llamadas y mensajes y no se ha sentado en la mesa a almorzar. Incluso los mellizos se sienten extrañados por su comportamiento.
Sé que está pasando de mi, lo sé por la forma tan brusca en la que me respondió que no siempre podía salir conmigo cuando la invité a salir hace unos días. Después de eso fue que cuando no volvió a hablarme, contestarme los mensajes ni las llamadas. Y no sé porque eso me tiene algo inquieto, últimamente pasaba mucho tiempo por Carla y dejar de hablar de la nada me jode. Me jode mucho.
Es extraño porque no soy de los que extraña a nadie, pero joder quiero que me hable, quiero besarla, quiero hacerla reír y ver los bonitos hoyuelos en sus mejillas cuando sonríe, quiero tocarla, mirar sus ojos azules que se parecen tanto a los míos, pero que logran hipnotizarme.
¿Que diablos le pasaba?
Sopese la idea de ir a su apartamento, pero eso sería demasiado. No habíamos dejado claro que es esto que tenemos y no sé si eso la podría haber molestado más.
Me estoy volviendo loco y Justin quien me ha acompañado a mi apartamento se ha dado cuenta. Y me miraba con algo diversión en el rostro mientras espera que empiece a contarle lo que me pasa.
—¿Será que el alma libre ya cayó?
—dice con diversion.—No entiendo a esos seres del mal.
—espeto ofuscado.—Esa no es una bonita forma de referirse a las chicas, Jason.
—Se lo merece, no he hecho nada y me dejó de hablar y de contestar los mensajes.
—Y asumo que eso te jode.
—Claro que me jode, no le dejas de hablar a alguien solo porque si.
—Antes no te importaba si te dejaban de hablar, es más incluso lo preferías.
Tiene razón, cuando follaba con alguien y ambos obteniamos lo que queríamos, no me importaba si la chica luego no me hablaba, incluso lo prefería. Y no es que fuera un imbécil, pero odiaba complicarme, siempre era claro sobre mis intenciones, no engañaba a ninguna chica para llevarla a la cama. Era un trato que nos convenía a ambos y después de cumplido el objetivo poco me importaba volver a coincidir.
Pero con Carla era diferente, nunca tenía suficiente de ella, siempre quería más y era algo peligroso, porque eso le daba cierto poder. Tenía el poder de volverme loco, justo como estaba ahora solo porque no respondía mis llamadas ni mensajes y porque me estuviera ignorando.
—Que me ignore lastima mi ego.
—Tu y yo sabemos que tu ego es lo de menos. La chica te gusta más de lo que quieres admitir, porque si no fuera así, ya le habrías buscado reemplazo.
—¿Que es lo que quieres decir? Solo dilo.
—Que ya no eres un alma libre, por lo menos en el concepto que tienes de alma libre, estás perdido por esa chica y necesito conocer a la causante de que mi primo se esté tragando todas sus palabras.
—No me estoy tragando nada, no alucines, es solo algo físico.
—¿Seguro?
No
—Si.
—Eres terco, pero se que lo terminarás admitiendo.
Bufo.
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Mi Lugar Seguro 🔞
RomanceCarla no cree en el amor. No después de ver como su padre engañaba a su madre, no después de ver como este dejaba a su madre por otra mujer sin si quiera darle una explicación. Ver a su mamá sumida en una depresión por la ruptura tan poco empatica l...