Capítulo Tres

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                             Carla

El ruido de alarma me despierta haciendo que gruña, odio los lunes, odio levantarme temprano, odio que mi mejor amiga me haga levantar una hora y media  antes de mi clase para irnos a la universidad porque está obsesionada con la puntualidad.

Tomo mi celular de la mesita de noche y apago el molesto ruido de la alarma. Bostezo y me estiro un poco, me veo tentada a dormir unos minutos más pero Madison da dos toques es mi puerta.

—Ni se te ocurra dormir cinco minutos más Carla Davis. —me grita mi mejor amiga tras la puerta.

—A veces me caes mal, Madison Miller. —le grito de vuelta.

Sabiendo que no tengo de otra me levanto de la cama y voy directo a mi closet, me gusta elegir la ropa que me pondré antes de bañarme. Así que elijo unos jeans ajustados, un suéter azul y botas. El clima está algo frío.

Me doy una ducha rápida, me visto, me hago un maquillaje sencillo, peino mi cabello y lo dejo suelto, tras terminar y darme un último repaso. Voy directo a la cocina de donde proviene un olor a café recien hecho. Madison ama el café y aunque yo no lo ame tanto como ella, una taza de café en las mañanas no cae nada mal, también veo que me preparó una ensalada de frutas, así que dejo un beso en su cabeza que la hace dar un respingo.

—Ya siéntate a desayunar o llegaremos tarde.

—Madison, tenemos mucho tiempo. —digo rodando los ojos.

—Sabes que necesito llegar a la universidad con al menos media hora de anticipación.

Si que lo se. Si me tengo que levantar  más temprano debido a eso.

Me siento junto a ella en una silla alta  frente al mesón y empiezo a comer las frutas. Madison come tortitas con exceso de chocolate derretido. No se como puede comer tanto siendo tan pequeña y tan delgada, a veces me pregunto a donde se va toda esa comida.

Después de desayunar, ambas salimos del apartamento y Madison me pide que conduzca. Realmente yo no tengo auto, siempre uso el de Madison, lo uso incluso más que ella, porque Madison no suele salir a menudo y cuando lo hace dice que prefiere caminar. Además es muy mala para estacionarse, en serio se tomaba dos puestos del estacionamiento y alguien siempre terminaba quejándose, así que casi siempre yo soy quien estaciono el auto y a veces lo hace  Matthew.

Mientras conduzco, Madison enciende el estéreo y coloca música de Sam Smith, ella lo ama y de hecho yo también sus canciones son muy buenas y muy reales.

Cuando al fin llegamos a la universidad, estaciono el auto Maddie me da un beso en la mejilla algo apresurada y se despide de mí como si llegara tarde a su clase, cuando la verdad es que aún le queda mucho tiempo para su clase y a mi también me queda más de media hora, así que tomo mi celular para llamar a mamá, siempre la llamo en las mañanas, me gusta escuchar su voz y saber como está.

Marco su número y al cuarto tono al fin responde.

—Hola, amor.

—Hola, mamá ¿como estás?

Suspira antes de contestar.

—Estoy bien amor y mejor ahora que hablo contigo, es lo que me faltaba para tener un buen día, tu hermano también llamó.

Carter y yo llamábamos a mamá todos los días, estudiábamos lejos de ella y no queríamos que sienta que la dejamos de lado.

—Que bueno que te sientes mejor mamá.

—Si, te quería decir que he pensado visitar a un psicólogo, se que necesito ayuda para estar bien.

Me quedo en silencio unos segundos, me sorprende que al fin haya entendido que necesita ayuda.

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