Capítulo Doce

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                             Jason

La vida se encarga cada vez con más ahínco en que siga pensando que enamorarse es una mierda. Estoy en mi apartamento con mi primo Justin y la sanguijuela de su mejor amiga después de que él encontrara a su novia besando a otro en la fiesta en la que estábamos, no quiso ir a casa para que mis tíos y mi mamá no le hicieran preguntas.

Ni siquiera pude sopesar el beso tan genial que me había dado con Carla. Tuve que salir corriendo porque la sanguijuela me llamó para decirme que Justin nos necesitaba y pues eso fue suficiente para que saliera corriendo, incluso estando muy duro por haber besado a Carla.

Justin no estaba bien, se cuestionaba mucho si hizo algo para que la bruja de su novia lo engañara, pero la verdad es que él es era un buen novio. Siempre estaba para ella, era un caballero, pero supongo que hay personas que solo son una mierda que no merecen que le des tu mejor versión.

—No voy a permitir que te culpes, cada quien es responsable de sus decisiones y ella tomó la suya, no te digo esto por ser tu primo, te digo esto porque te conozco y se que eras un novio excelente, esa bruja no te merecía.

—Para colmo no deja de llamarme.
—dice tocandose el puente de la nariz.

—Si vuelve a llamar me pasas tu celular, yo si quiero decirle algunas cosas nada agradables. —dice Jen visiblemente enojada y sosteniendo una taza de café para Justin, obvio no trajo una para mi.

Lo que no me sorprende.

Después de un rato de lamentos y culpas de parte de Justin, nos pusimos a jugar un juego de NBA y él pareció sentirse mejor. Sabía que estaría bien.

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El lunes no tardó en llegar y mis ganas de ver a Carla van en aumento. Era imposible para mi poder olvidar el beso que nos dimos. Sí, que nos dimos. Por qué si bien yo fui quien lo inicié, ella lo siguió. Y definitivamente quiero más de esos besos.

Se sintió demasiado bien tenerla contra mi, sentir el calor de su cuerpo y su olor a vainilla. Esa rubia odiosa era demasiado hermosa para su propio bien y yo quería que pasarán más cosas entre nosotros. Ambos teníamos la misma idea de no relaciones, así que definitivamente sería bueno tener algo. Porque ella no exigiría más de lo que puedo darle, así como yo no exigiré más de lo que ella puede dar.

Camino hacía mi próxima clase con mi primo Justin, hoy vine con él y con la sanguijuela, admito que aunque no me gustó ver a mi primo desanimado por el engaño de su novia la bruja, me gusta que ella ya no forme parte de su vida. Pues aunque Justin es mi mejor amigo y es mi familia, a veces no compartíamos tanto porque la bruja lo acaparaba e insinuaba que no le gustaba que se juntara conmigo por que las relaciones no me van. Se que Justin no le hacía caso, pero igual era tenso estar cerca de ella sabiendo que no me soportaba, obvio ella me valía mierda, solo no quería poner a Justin en una situación incómoda con su novia. Pero gracias a todos los ángeles del cielo, ella ya no estará cerca de nosotros, Justin no le perdonaría una infidelidad.

Y como si hubiera sido invocada, la bruja de Natalia, osea la ex novia infiel de mi primo aparece frente a nosotros con cara de víctima, como si ella fuera la engañada y no la que engañó. No puedo evitar rodar los ojos y gruñir, si antes me caía de la patada, ahora peor.

—¿Justin podemos hablar a solas?
—dice mirándome con desdén.

—No tenemos nada de que hablar, Natalia.

—No seas inmaduro, tenemos que hablar, no es lo que parece.

—Ya te dije que no tenemos nada de que hablar y no trates de verme la cara de imbecil, estoy tratando de hablarte bien y no gritarte, porque ante todo soy un caballero, ya terminamos, no tenemos nada de que hablar y te pido de favor que no me busques más, no te me acerques más porque la verdad verte no es agradable para mí.

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