Capítulo Diecinueve

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Carla

La semana pasaba demasiado lenta para mí gusto, lo único bueno era que ya mañana era viernes y luego de mi última clase tomaría un vuelo para ir a casa. Eso me tenía feliz, pero también triste, estaba feliz porque vería a mi mamá y mi hermano después de meses sin verlos, y triste porque la razón era que mamá no estaba bien. Esperaba que el viaje valiera la pena y que Carter y yo pudiéramos convencer a mamá de buscar ayuda.

Mamá nos amaba mucho y sé que vernos les hará bien. Aunque no estaba segura si podríamos hacerla entrar en razón.

Me había pasado toda la semana siendo una llorona, cuando llegaba de la universidad me encerraba en mi habitación a llorar. Además también tenía en mi mente a Jason. Desde que habíamos estado juntos en su apartamento parecía imposible sacarlo de mi cabeza. Mucho menos luego de que se disculpara por ser un estúpido. No lo esperaba pero de alguna forma me gustó que se disculpara.

Ahora estaba sentada comiendo en la mesa de la cafetería con los mellizos y Jason. Mientras Mónica me invitaba a una fiesta.

-¿Quien va de fiesta un jueves? -le pregunté.

-Pues nosotros, tu y Jason parece que han tenido una mala semana y necesitan distraerse, no les preguntaré que les pasa porque se que no me dirán, pero por lo menos no me dejen plantada y vayamos de fiesta.

Jason quien parecía disperso, habló por primera vez desde que se sentó.

-Yo me apunto, si necesito distraerme. -dijo y no puede evitar mirarlo. Tenía ojeras y parecía que no había dormido bien, estaba tan ensimismada en mis propios problemas, que no noté que él tampoco parecía estar bien. Y no sé porque pero me preocupé porque nunca lo había visto así.

Él siempre sonreía, siempre era coqueto, siempre parecía estar bien, pero hoy su intento de sonrisa solo llegaba a ser una mueca poco creíble.

Su mirada chocó con la mía y no la aparté, por primera vez me fijé con detenimiento en sus ojos tan azules como los míos y vi tristeza en ellos. Y como él lo hizo conmigo unos días atrás, quise preguntarle que le pasaba. Pero no lo hice, solo aparté la mirada.

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La fiesta a la que se refería Mónica era una pequeña reunión en la piscina, no había más de cincuenta personas, buena música y mucha bebida. Mónica me había prestado un traje de baño porque no había ido a mi apartamento a cambiarme, ella insistió para que viniera directo a su casa después de la universidad. Quería animarme y me sentí algo mal por no decirle lo que me pasaba. Así que aunque no ahondé en el tema. Le conté que mi mamá no estaba bien y que la relación con mi papá no era la mejor. Ella me escuchó sin decir nada y luego me dijo que esperaba que todo mejorara. Lo agradecí, al final también esperaba que todo saliera bien. Sabía que la situación era difícil y que tomaría tiempo sin embargo quería ser optimista ante la situación.

Me vi al espejo finalmente luego de probarme el traje de baño color lila que me había prestado Mónica. Era de dos piezas y se me veía muy bien, aunque pocas cosas se me veían mal.

-Te ves caliente amiga, si me gustaran las chicas, seguro que me gustarías tu.

Reí ante su comentario.

-Seguro que te yo gustaría, soy el tipo de todos. Chicos o chicas. -le dije encogiendome de hombros.

-Claro señora soy la más caliente y nadie se me resiste. Mejor bajemos a divertirnos.

Tenia mucho sin subir una foto a Instagram, así que me tomé una foto con Mónica y la postee, no tardaron los me gustas y los comentarios, Después de eso deje mi móvil de lado y me concentré en disfrutar la pequeña fiesta con mi amiga que se había esmerado en hacerme sentir mejor.

Cuando bajamos al área de la piscina, miré a todos lados en busca de Jason, también habían hecho la fiesta por él, pero al parecer no vendría. Traté de alejarlo de mis pensamientos y disfrutar. Así que Mónica y yo empezamos a bailar, un rato después se nos unió Mason aunque este no tardó en irse tras una chica.

Nada nuevo.

Mónica y yo bailamos con algunos de sus amigos, tomamos algunas cervezas y me estaba divirtiendo bastante. De pronto sentí que alguien me miraba y cuando me voltee, ahí estaba Jason, sin apartar la mirada de mi y yo tampoco pude apartarla de él.

Llevaba pantalones cortos y una camiseta sin mangas que dejaba ver algunos tatuajes. Elevó sus comisuras en una sonrisa que por primera vez no era socarrona, era solo una muy bonita sonrisa de dientes blancos. Así que se la devolví.

Dejamos de mirarnos y él se fue a un grupo de chicos que al parecer conocía. Poco después se sumó una chica, esa con la que lo había encontrado besándose contra el auto de Madison la primera vez que nos vimos. Y no sé porque pero verla cerca de él me molestó. No tenía porque molestarme, él no era nada mío, solo habíamos follado una vez y ni siquiera nos llevábamos bien, pero quise quitar la mano que ella posaba en su brazo.

Un rato después Mónica desapareció como siempre y yo me senté a la orilla y sumergí mis pies. La fiesta ya llevaba un buen rato y casi todos estaban borrachos o en alguna habitación.

Miré alrededor para ver si Jason seguía en el mismo lugar donde lo había visto la última vez, pero ni él ni la pelinegra con la que estaba antes parecían estar aquí, seguro se habían ido también a una habitación. Y mierda sentí muy feo, nunca me había sentido así por nadie, ni siquiera debía molestarme que él se fuera con quien quisiera, pero me pareció muy hipócrita que él me reclamara que me riera con Damian el otro día, cuando él seguro se estaba follando a esa tipa. Era obvio que en eso estaban, ya lo habían hecho antes.

Cuando me iba a poner de pie para salir de aquí e irme a mi casa, alguien se sentó a mi lado. Era Jason quien me sonreía de lado. El elor de su perfume mezclado con el olor a cigarrillo invadió mis fosas al instante.

-¿Por qué estás tan sola aquí?

-¡Que te importa! -respondí molesta por imaginarlo con esa tipa.

-Tranquila, no vine a discutir, solo quería saber si estabas bien.

Bajé la guardia al escucharlo preguntarme si estaba bien, a fin de cuentas ninguno nos debíamos explicaciones, así que yo no debía enojarme porque él haya estado con esa tal Candy.

-¿Lo estás tú?

-Yo pregunté primero.

-He tenido días mejores. -dije sin abundar en el tema.

-Entiendo, lo mismo digo, he tenido días mejores. -dijo y sus hombros se hundieron.

Nos quedamos en silencio un buen rato, ambos con los pies sumergidos en la piscina. No era un silencio incómodo al contrario. Pero tenía que saciar mi curiosidad, así que le pregunté.

-¿Por qué estás aquí sentado conmigo? Pensé que estabas follando con esa chica.

-No estaba follando con ella.

-¿Por qué no? si es obvio que ella quería y ustedes ya lo han hecho.

-Podría estar follandola, pero por tu culpa no pude.

Lo miré sin entender.

-¡Pero no hice nada! Si quieres follartela, adelante.

-Si lo hiciste, te quedaste grabada en mi mente y solo pienso en follar, pero contigo, sentir tu piel, inhalar tu olor y escuchar tus gemidos. Solo quiero estar dentro de ti.

Se me secó la boca y no supe que decir. Y hasta creo que arruiné mis bragas.

Hola, nuevo capítulo ❤️se va poniendo interesante la cosa. Recuerden votar y comentar.

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