Capítulo Catorce

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Jason

Esta había sido una semana de mierda por la razón de siempre. Mamá había vuelto a beber, lamentablemente no podía estar con ella todo el día y ella aprovechaba mi ausencia para tomar como si quisiera morir de un coma etílico.

Mi tía y yo estábamos muy preocupados y estábamos sopesando la idea de internarla en un centro para las adicciones. No era fácil tomar la decisión porque queríamos que mi mamá reaccionara y decidiera por si sola internarse y buscar ayuda, pero esa no parecía una opción ya que mi mamá no quería buscar ayuda.

Era muy importante para ella las apariencias, el que diran. Ella no quería que se dieran cuenta que su salida a los problemas era ingerir alcohol en cantidades absurdas. Pero no hacía el menor intento por estar mejor. Y sentía que la perdía.

-Todo va a mejorar. -me dice Justin mientras me da un leve apretón en el hombro.

-Tu no dices mentiras, Justin. No empieces ahora.

-No es una mentira, es algo que me repito a mí mismo como un mantra para ser positivo ante la situación.

-Esa mierda no va a funcionar, lo único que me hará creer en que ella estará mejor, es que ella acepte que es una alcohólica y que decida buscar ayuda.

Nunca me he atrevido a decir en voz alta la palabra alcoholismo, pero es justo lo que le pasa a mi mamá. Bebe más alcohol que agua, su salud se está deteriorando, no está yendo al trabajo que tanto ama. La única razón de que conserve el trabajo es porque es socia de un bufete familiar y mi tía y su esposo son los otros dueños, por lo que entienden que ella no está en su mejor momento.

-Tendrán que tomar una decisión e internarla contra su voluntad, ella luego entenderá que es lo mejor.

Mi tía y yo hemos hablado sobre esa posibilidad. Pero mierda me duele llegar ahí. Pensé que en verdad ella reaccionaría y trataría de vencer su alcoholismo, pero creo que ya no funcionará eso de alcohólicos anónimos, ella necesita estar en un lugar donde le sea imposible conseguir alcohol y donde de paso reciba ayuda psicológica.

Y eso solo podíamos conseguirlo en un centro contra las adicciones. Que no le permitiera tener acceso a el alcohol.

Esta situación es muy jodida y no veía una salida cercana.

Al final me despido de Justin y me voy a mi clase.

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A la hora del almuerzo me siento con los mellizos y con Carla, que actúa como si yo no existiera, como si no nos hubiéramos besado con tantas ganas y como si no hubiera una intensa tensión entre nosotros. Está hermosa como siempre, tiene jeans ajustados, una camisa de botones y el pelo lacio. Como siempre lleva tacones y maquillaje y su perfume se siente.

Vainilla.

Mason habla sobre su cumpleaños y el de su melliza, que es mañana. Será en su casa, será más una fiesta en la piscina y habrá pocas personas porque sus padres no quieren desmadres. Sus palabras, no las mías. Los padres de Mason y Mónica nunca estaban en casa, se habían tomado un descanso del trabajo y ahora viajaban por el mundo. Lo que dejaba a sus hijos solos en una gran casa.

-¿Tu irás verdad? -le pregunta a Carla que no ha hablado en todo el rato y parece dispersa, lo que me hace preguntarme que le pasa.

-¿Mueres por verme en traje de baño verdad? -le pregunta ella poniendo los ojos en blanco pero con diversión.

-¿Como lo supiste?

-Es fácil leer las intenciones de un pervertido.

Mason sonríe satisfecho ante su respuesta. Y ahora yo también me estoy imaginando a Carla en traje de baño y mi pantalón de pronto se siente muy ajustado, Carla me gusta y después de probar sus labios simplemente quiero más, quiero sentirla y tocarla y escuchar esa pequeña boquita gemir por mis caricias.

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