Capitulo 1 Un día común

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En un pueblo un poco desconocido, se encontraban sus pueblerinos disfrutando sus vidas y sus rutinas diarias. Luego de los eventos del año pasado, varios habitantes conocían sobre sus criaturas mágicas y paranormales que habitaban con ellos. Poco a poco se iba dejando en el pasado el mayor evento de todos, el cuál por suerte no se expandió a todo el mundo. Todo parecía avanzar bien. Pero pronto toda la normalidad acabaría. 

En lo profundo del bosque se encontraba una mujer un tanto peculiar parada enfrente de una estatua la cuál estaba algo enterrada en el suelo. Esta estatua se trata de un triángulo de un solo ojo, con sombrero de copa, el cuál tiene la mano levantada esperando ser estrechada por alguien. La mujer al verlo simplemente sonríe malévolamente mientras que de su mano derecha una llama azul se enciende. Este fuego parecía no hacerle daño alguno a ella. Las condiciones de su plan estaban óptimas para llevarse acabo, pues, después de tanto tiempo, lo conseguiría por fin. Sin pensarlo dos veces, estrecha su mano con esta estatua, la cual luego de unos segundos, comienza a romperse al mismo tiempo que una luz comienza a brotar de ella. Luego una fuerte estela de luz se alza hacia el cielo para luego comenzar a teñir el cielo de un rojo escalofriante. Portales comienzan a abrirse por doquier, al mismo tiempo que una risa malévola se escucha en todo el pueblo. Segundos después, un triángulo amarillo de un solo ojo se hace presente en el cielo.

- Bienvenido de nuevo... - comienza a decir la mujer mientras ve hacia el cielo sin dejar a un lado su sonrisa. - Bill.

Varios días después...

 *A veces me pregunto: ¿Qué es lo que hago aquí?, ¿A acaso no se puede cambiar el rumbo de mi vida? Quisiera algún día que, no sé, sucediera algo más emocionante en mis días. Mi vida se ha vuelto tan monótona que siento que no soy alguien en esta vida. Que no tengo ningún propósito por cumplir. Pero, en fin, son solo pensamientos tontos sin importancia alguna.* Escribía Carlos en su cuaderno. Un chico de 14 años que se encontraba en su habitación esperando al bus para empezar su día rutinaria.

- ¡Ya llegó el bus! Baja rápido – le avisa su hermana que se encontraba en la entrada de la casa lista para salir. Ella era una chica de 12 años.

- ¡Ahhh! Ya voy – le responde inmediatamente. Termina rápidamente de escribir y baja corriendo sin percatarse que todavía tenía su cuaderno en la mano. Agarra su mochila y sale corriendo hacia el bus para subirse y sentarse al lado de su hermana.

- Nunca te apuras.

- No sabes lo que me molesta hacer lo mismo todos los días. Literal es una rutina diaria siguiendo los mismos pasos para terminar el día exactamente igual. Con tareas por hacer y estudiar más para los cortos del día siguiente.

El conductor del bus cierra la puerta para luego comenzar a avanzar. Mientras salían del condominio, la hermana se da cuenta que Carlos tenía un cuaderno en la mano. De un rápido movimiento se lo arrebata sin que él se diera cuenta.

- Re interesante tu cuaderno. ¿De qué clase es?

Carlos voltea rápidamente a ver a su hermana para ver a que se refería y se percata que ella estaba a punto de leer su cuaderno.

- ¡Hey! No lo mires – le responde para agarrarlo rápidamente. – ¿Por qué lo traje? Sera mejor que lo guarde bien. – se dice para sí mismo sin que su hermana lo escuchara.

Al llegar al colegio, Carlos seguía pensando en su cuaderno que se lo había llevado. Iba caminando por el pasillo largo del segundo nivel, cuando mira a Alejandra. Una chica un año mayor que él. Él estaba enamorado de ella, pero nunca se le había declarado por temor a perder su amistad. En eso Phoebe, amiga de Carlos y Alejandra, se acerca hacia él, quien no la había notado porque estaba perdido en sus pensamientos en aquel momento.

- Hola Carlos – le saluda Phoebe, quien tiene la misma edad que Alejandra, pero no le contesta. - ¡Hey! Tierra llamando a Carlos. ¿Hola? – Pero nada. Luego voltea a ver al cuaderno que estaba a punto de caerse de las manos de él. Se lo quita para empezar a ver que contenía. – A ver que tenemos por aquí...

- ¿Qué pasa? – voltea a ver al notar que Phoebe le estaba hablando.

- Pues, te estaba saludando, pero nada. – dice ella viendo la primera página del cuaderno tratando de averiguar que contenía. – ¿Esto es un tipo de diario?

- Emm, es privado gracias. – le responde quitándoselo.

- Apuesto que tienes un millón de cosas sobre Alejandra. - Al escuchar esto se sonroja. Phoebe sonríe y le devuelve el cuaderno. – Solo te estoy molestando. Jajaja. Igual, mejor vamos a clases.

Ambos se dirigen a sus respectivas clases mientras la campana suena.



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