Capítulo 15 "La espada"

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Los cuatro continúan con la búsqueda de Sonic y Pacífica. En lo que se alejaban cada vez más del mall, Carlos no evitaba pensar en la pelea que acababa de tener con Casandra. Comenzaba a arrepentirse de haber peleado con ella ya que ahora se encontraba sola, pero ahora que ya no estaba, no había vuelta atrás. Debian de seguir en su búsqueda, solo así quizá toda esta situación mejore. Los demás no evitaban pensar también en la pelea, lo que provocó que ocurriera un largo silencio entre ellos.

- Bueno, ¿y ahora qué? – pregunta Phoebe tratando de relajar el ambiente.

- Yo diría que... mmm – comienza a decir Carlos, pero la pelea seguía aún en su mente. – No puedo decidir. Me siento terrible después de pelear con Cas. Tal vez deberíamos regresar y encontrarla. – da media vuelta y comienza a caminar de vuelta hacia el mall, pero Phoebe lo detiene agarrándolo de la mano.

- No creo que sea buena idea. Estaríamos hiendo donde están los zombis. Además, creo que ella se fue de regreso hacia el bunker con los demás ciudadanos. – le aconseja Phoebe. Carlos suelta un suspiro pesado.

- Creo que tienes razón. Deberíamos de enfocarnos en encontrar a Sonic y Pacífica. Si encontramos a Sonic puede que la situación mejore. – dice Carlos – Entonces que les parece si buscamos la cabaña del misterio. Puede que allá encontremos a alguien que nos pueda ayudar también.

- Tienes razón. Puede que este Dipper allá o Ford. Puede que ellos sepan más sobre todo lo que está ocurriendo y podamos ubicarnos mejor. – comenta Alejandra.

Todos se adentran más en el bosque buscando un camino que los lleve a la cabaña. Al cabo de 15 minutos se percatan que no tienen idea a donde ir. Deciden regresar, pero se dan cuenta que se habían perdido en el boque. No tenían idea de por donde habían ido.

- Errr... creo que nos perdimos – dice Carlos viendo hacia sus alrededores.

- ¿Enserio?... no me digas – le responde Phoebe sarcásticamente. - ¿Ahora que hacemos?

- ¿Y si nos separamos? – sugiere Alejandra.

- Yo diría que sería buena idea, lo único que luego no tenemos manera de comunicarnos. – dice Amy.

- Yo tengo mi celular, pero no creo que pueda hacer llamadas aquí. Además, si pudiera me saldría cara la llamada. – comenta Carlos viendo su celular. – Y no tengo señal de todas formas.

- Entonces, qué tal si seguimos en esa dirección – sugiere Phoebe señalando hacia su izquierda.

- Ok – responden todos.

Los cuatro se dirigen hacia donde Phoebe les acababa de señalar. Habían decidido caminar en línea recta sin importar que. De esa forma lograrían salir tarde o temprano del bosque. Sin embargo, no encontraban aun la salida y ningún camino que los llevara hacia la cabaña. Ya estaban dispuestos a rendirse hasta que ven un claro en medio del bosque. El claro se veía soleado y era bastante grande. Pero algo en particular les llamaba la atención a todos.

- ¡Oigan, miren eso! – grita Alejandra señalando un altar.

- ¿Qué es eso? – pregunta Amy.

Los cuatro se acercan hacia aquel tipo de altar en medio del bosque. Constituía de dos pilares y una enorme roca en frente del pilar izquierdo. En la roca había unas inscripciones, pero no le pusieron tanta atención a esto. En medio de los dos pilares se encontraba un artefacto que resplandecía y flotaba a unos cuantos metros del suelo. Los cuatro estaban muy confundidos por esto, así que deciden acercarse hasta el objeto. Ya cerca del artefacto se dan cuenta que lo que flotaba entre estos dos pilares era una regla de metal amarilla delgada del tamaño de una espada.

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