Capítulo 4 "La última noche"

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Mientras tanto en la casa de Carlos, Angie contaba todas las provisiones y objetos que pudieran hacerles útil para sobrevivir en este desastre, entre ellos una pistola con algunas cajas de municiones, algunos cuchillos y un hacha (la cual se encontraba por casualidad en su casa) . En eso los otros tres chicos llegan a la entrada de la casa y Carlos toca el timbre de la puerta.

- ¿Quién es? – pregunta Angie al llegar a la puerta.

- Angie, abre. Soy yo.

- A ver, ¿quién es yo? – bromea

- No es tiempo de hacer bromas ahora. Hay ojos mutantes afuera y no tardaran de llegar al condominio en cualquier momento.

- Solo me divertía un rato – abre la puerta.

- No es momento de bromas – entran todos atrás de él.

- Gracias por dejarnos estar aquí – dice Phoebe

- No es nada la verdad. Pero será mejor que llamen a sus padres para que sepan de la situación y de que se encuentran a salvo. – les aconseja a todos, a lo que todos obedecen.

Todos llaman a sus padres para poder asegurarse que se encontraban a salvo. Por suerte, ningún portal ni monstruo se había acercado a ellos, pero por motivos de seguridad debían quedarse encerrados en sus trabajos esperando instrucciones del gobierno. Varios padres deseaban ir con sus hijos, pero sabían que no era posible por el momento. Luego de varios minutos de llamadas, se dirigen todos a la sala de estar para hablar.

- Parece que pasaremos la noche aquí. – dice Alejandra.

- Si quieren, ambas se pueden quedar en el cuarto de mi hermana. Ella se puede quedar en el cuarto de mis padres por hoy. - les sugiera Carlos con una sonrisa, a la vez que comienza a guiarlas hacia el segundo piso para mostrarles el cuarto.

- Muchas gracias.

Ambas suben para poder acomodarse y descansar por todas las locuras del día de hoy. Mientras tanto, Carlos llama a sus padres, quienes se encontraban en el trabajo, y les informa sobre lo que acababa de ocurrir hace algunas horas. Ambos estaban muy preocupados y querían llegar hasta ellos para así poderlos llevar lejos de todo el desastre, pero Carlos les aconseja sobre lo peligroso de la situación. Ambos dudan por unos segundos, pero terminan accediendo, sabiendo que era demasiado riesgoso salir.

El resto del día paso como si nada, y sin darse cuenta, ya había anochecido. Ese extraño día ya había terminado y solo esperaban que mañana fuera un mejor día y todo esto acabara, que fuera simplemente un sueño. Sin embargo, ambas mujeres tenían un juego en mente para divertirse un poco en la noche.

- Es hora de empezar a divertirnos un poco. Juguemos ¡verdad o reto! – dice Phoebe animada. Ale y Carlos se acercan a Phoebe y se sientan todos en el sofá de la sala. – Yo empiezo, ¿Qué les parece? A ver... ¡Ale! ¿Verdad o reto? – mira a la mencionada.

- Verdad – elige sin dudarlo ni un segundo. No quería arriesgarse con ningún reto que le pusiera en un lugar incomodo y tampoco quería que le pusieran algo muy arriesgado como acercarse a un portal.

- Ok... déjame pensar... - dice Phoebe mientras coloca un dedo en su mentón tratando de idear algo. Luego de un par de segundos, su cara cambia a una malévola – ¡Ya sé! – exclama de felicidad por lo que se le acababa de ocurrir. – Dile la verdad sobre cómo te sientes a Carlos.

En ese segundo ambos se voltean a ver y rápidamente voltean hacia otro lado ambos sonrojados. Carlos sabía que Phoebe sabía sobre sus sentimientos hacia Alejandra, pero al parecer también conocía los de ella. Carlos estaba a punto de levantarse y alejarse para no poner más incomoda la situación, pero la mano de Alejandra lo detiene.

- Ahhh... - suspira pesadamente – Esta me las pagaras Phoebe. – voltea a ver a Carlos algo sonrojada – Carlos, tu... tu... tú me gustas....

Ante la confesión, Carlos se sorprende y pone los ojos como si se tratara de dos platos resplandecientes. Simplemente no se lo podía creer. La chica de la que se había enamorado también sentía lo mismo. Acto seguido él se coloca enfrente de ella aun anonadado por la confesión.

- Ehh... tú también me gustas... - se limita a decir, sin todavía procesar lo ocurrido. Era la primera vez que le pasaba algo de este tipo de cosas.

- Que es esto Carlos – dice Phoebe algo molesta. – No la puedes dejar solo con eso. Bésala.

- Oh, vamos Phoebe. Ya termino tu tur... - de un segundo a otro, ambos se encontraban en un beso profundo. Ella le correspondió el beso y siguieron así durante unos segundos hasta separarse por falta de aire.

- Esto no se quedará así Phoebe – le replica Carlos.

- Pero si les ayude a ambos a confesarse.

- Ahora de castigo te tocara irte a acercarte a un portal. – le dice Alejandra cruzada de brazos. Phoebe y Carlos se sorprenden por el castigo que Alejandra le había impuesto a ella sin poder creerlo. Ella al darse cuenta de que ambos la estaban viendo voltea con una sonrisa en su cara – Es una broma chicos. Pero igual, esto no se quedará así.

El juego continuó ya con las dos confesiones de amor entre Ale y Carlos, y algún que otro reto algo vergonzoso por parte de Phoebe. La noche pasaba rápido que no se habían dado cuenta que ya sería cerca de la media noche cuando todos se irían hacia sus habitaciones para poder descansar. Lo único que los tres no sabían era que esta sería su última noche normal.

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