Capítulo 7 "El portal"

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A la mañana siguiente Alejandra fue la primera en despertarse. Al levantarse lo primero que hace es agarrar la sabana con la que se durmió y la guarda en su mochila. Luego se dirige al área de comida para poder buscar algo de comer aprovechándose de que la multitud continuaba dormida. Al llegar ve que el puesto había quedado abandonado ya que seguramente el que atendía allí había sido absorbido por un portal. Por suerte aún se encontraban unos rollos de canela que habían sido guardados. No lo dudo dos veces y agarro los últimos tres que se encontraban allí y se los lleva para darle uno a cada uno de sus amigos. Había pensado que había empezado ya el día con el pie derecho, pero algo repentino interrumpió su pensamiento. Una de esas criaturas murciélago de un solo ojo había logrado entrar al centro comercial y comenzaba a tornar a todos los que se cruzaban en su paso en piedra. Al percatarse que se dirigía hacia donde estaba ella, comienza a correr con rapidez hacia sus dos amigos que aun seguían dormidos.

- ¡Carlos, Phoebe! – dice Alejandra mientras los sacude para que se despierten rápido. Ellos al sentir esto abren los ojos inmediatamente. - ¡Una de esas cosas viene hacia nosotros!

- ¿Ah? – responde Phoebe aun tratando de analizar sus alrededores, pues aún tenía sueño.

- Un murciélago ojo viene hacia acá

- ¡¿Qué?! – dice Carlos y Phoebe levantándose de golpe al percatarse del monstruo que venía con rapidez hacia ellos mientras convertía a varias personas en piedra. – Debemos irnos de aquí ya

Los dos guardan sus sabanas en su mochila con rapidez y comienzan a correr mientras gritan fuertemente alertando a varias personas sobre el "murcieojo". Lastimosamente varias fueron convertidas en piedra mientras empezaban a despertar. Los tres se dirigen a la entrada principal por donde dejaron el carro el día anterior para así poder alejarse del lugar rápidamente, pero repentinamente entran dos más de esos monstruos por la entrada provocando que ellos retrocedan rápidamente.

- ¡Mierda! Estábamos muy cerca. Debemos salir de aquí por otro lado. – dice Carlos intentando esquivar a todas las personas que corrían con pánico por los alrededores.

- Intentemos ir a esa tienda de ropa. Podemos escondernos de estas criaturas mientras ideamos un plan – sugiere Ale a lo que todos asienten.

Los tres se dirigen con rapidez a la tienda de ropa a la vez que intentan esquivar a todas las personas y a las luces que eran proyectadas por los ojos murciélagos. Ya cuando estaban cerca de la entrada un portal de color verde se abre enfrente de ellos. Los tres al ver esto intentan frenar, pero ya era muy tarde, el portal los había absorbido de inmediato para luego cerrarse de un solo.

- ¡Ahhhh! – gritan los tres a la vez que dan varias vueltas en el aire ya que adentro del portal no existía gravedad. Luego de unas 3 vueltas logran quedarse flotando los tres juntos. Ven alrededor de ellos y se percatan que se asemeja a un túnel verde limón.

- Genial, lo que tratábamos de evitar sucedió. – dice Carlos.

- ¿Y ahora qué hacemos? ¿A dónde iremos a parar? – pregunta Phoebe algo asustada.

- Esperemos que no sea a la par de ese triangulo flotante. – dice Ale quien abrasa fuertemente a Phoebe.

- O que tampoco sea en el espacio. Eso sería terrible – comenta Carlos provocando que las dos chicas se asusten más. – Lo siento.

Al cabo de unos minutos en el portal que parecía que no tenía fin, les comenzó a dar hambre a los tres. Esto se hiso notorio ya que los estómagos de los tres rugieron al mismo tiempo. Los tres se ven apenados por lo que acababa de pasar.

- Ah cierto – comienza a hablar ella al recordarse de los rollos de canela. – Conseguí esto antes del ataque de los "murcieojos". Tengan – le da uno a cada uno.

- Gracias – responden ambos al unísono agarrando los suyos.

- Mmmm... esto esta delicioso – dice Carlos al pegarle una mordida al rollito.

- Puede ser que sea porque tengamos mucha hambre porque de seguro han de ser de hace dos días. – comenta Alejandra.

- Como sea, no es como que haya otra cosa ahora alrededor de nosotros ¿no? – dice Phoebe quien también muerde su rollo de canela.

Luego de un par de minutos se terminan su rollo de canela y se quedan a la expectativa de que pasaría luego. Ya había pasado un rato desde que entraron al portal y no habían llegado a la salida. Esto les preocupaba cada vez más a los tres ya que podía que se hubieran quedado atrapados sin salida.

- ¡Dios! ¿Es que esto no tiene fin? – dice Phoebe ya desesperada de estar en el portal.

- No sé si tomar esto como bueno o malo – dice Alejandra.

- No sé cómo se lo quieren tomar, pero decídanse ya que parece que nos acercamos a la salida. – dice Carlos al notar una luz brillante que los dejaba ciegos ya cerca de ellos.

Luego de un par de segundos, los tres salen del portal provocando que se caigan en la grama de aquel lugar. El portal se cierra al instante que ellos salen. Los tres se levantan lentamente luego del golpe que se acababan de llevar y comienzan a notar alrededor. Podían observar un muro, grama alrededor de ellos y lo que parecía ser una casa. Al fijarse bien en la casa notaron que tenía una puerta corrediza de vidrio en donde al otro lado se encontraba una mujer algo chiquita. Ella se preguntaba quien eran las personas que acababan de salir de la nada en el patio de su casa. Luego se percata de una persona en especial, lo que provoca que ella salga corriendo hacia ellos.

- Carlos... ¿Eres tú? – pregunta la mujer.

- Espera, se me hace familiar esa voz – dice Carlos a la vez que se voltea para ver si se trataba de la persona que creía - ¡Cas! – dice sorprendido.

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