Capítulo 40 "Metal"

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En la mansión piramidal...

Bill entra refunfuñando acerca de cómo aquel grupo se le había escapado de las manos nuevamente. Sabía que en parte él tenía la culpa. Podía haber aniquilado a todos de un solo, pero disfrutaba al mismo tiempo verlos sufrir y ver cómo la esperanza se iba perdiendo poco a poco. Pero lamentablemente ese no era el caso para ellos. De todas formas, aquel era un juego... un enorme y retorcido juego en el que él sería el ganador al fin al cabo. Debía disfrutar cada momento.

- ¡No puede ser! – grita Bill enfadado agitando su mano derecha hacia un lado, provocando que una pequeña onda de fuego salga. – Casi los teníamos. – se sienta en un sofá ya en un tamaño mediano.

- Y sí que son una molestia – dice Primadonna sentándose a la par de él. – Mira esos golpes que traes.

- Son golpes pasados, y además, fueron golpes de suerte. No puede ser, ya ha pasado demasiados días y no he logrado obtener esa espada. Sin él, todo lo que he hecho se vendrá abajo. Y ese niño portador de la espada-regla. En tan poco tiempo aprendió a utilizarla a su favor.

- Aunque siendo justos, apenas si dice "fuego" y lanza algunos ataques. No sabe pelear bien. Esa espada le ha ayudado bastante. Por no decir que también obtuvo un esmeralda... Chaos Esmerald creo que se llamaba. ¿De qué dimensión provendrá? – se pregunta Primadonna mientras coloca un dedo debajo de su ojo.

- Ejem... - interrumpe Eggman entrando a la habitación en la que ambas versiones del mismo triángulo se encontraban hablando – lo siento por interrumpir, pero escuche que hablaron de la Chaos Esmerald.

- ¿Tú también has escuchado sobre ellas? – pregunta Bill

- A decir verdad, provienen de mi dimensión. Existen siete en total y tienen una energía y poder incomparable. Si se obtienen las siete juntas se obtendrá un enorme poder. – les explica Eggman. – Ahora ya cumplí con una parte de lo que te prometí...

- ¿A qué te refieres? – le pregunta Bill confundido sin entender por qué había dicho eso.

- Tal vez no lo recuerdes, pero...

En eso entra a la habitación Hawkmoth. Se trata de un hombre vistiendo un traje morado, con una máscara gris que cubre totalmente su cara, dejando expuestos únicamente su boca y sus ojos. En el pecho trae un broche, el cual es el miraculous que le otorga aquel poder. En sus manos trae un bastón negro con un cristal morado en la parte de arriba. Este bastón es utilizado como arma.

- Escuche que hablaban acerca que una esmeralda daba mucho poder. – dice Hawkmoth entrometiéndose en la conversación de la nada. – Pero sinceramente no creo que sean más poderosos que los miraculous de Ladybug y Chat Noir. Al unirlos ambos, puedes pedir un deseo el cual será concedido inmediatamente. Además uno de ellos se trata el del miraculous de la creación mientras que el de gato es el de la destrucción. Imagínese tener el poder absoluto en dos simples joyas. Apropósito... ¿sabes algo sobre la identidad de Ladybug o Chat Noir?

- Sé que soy un ser poderoso y que puedo ver todo, pero tampoco mis habilidades son infalibles. Para poder ver debería estar atento a Ladybug o a Chat Noir veinticuatro siete y ahora mismo no estoy en esa disposición, porque por si no te has dado cuenta estamos en media conquista del Raromagedón. – le explica Bill. – Lo único que sé es que se encuentran cerca del grupo de Dipper y Mabel. Los nuevos aún no conozco como se llaman. Sé que los han mencionado pero sinceramente nunca les prestó atención.

Al decir esto, cierta persona se hace presente en la habitación. Se trata de una mujer mitad robot quien al mismo tiempo vestía un traje azul oscuro.

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