Loco Enamorado [Loved #1] ✅

S E I S

—Something big, I feel it happening out of my control. Pushing, pulling and it's grabbing me feel it in my bones —cantaba a murmuro Something Big de Shawn Mendes mientras caminaba por los desolados pasillo de la preparatoria en dirección a mi castigo.

Tras dar varios giros en las esquinas de los pasillos llego a la biblioteca y saludo a la bibliotecaria: Liliana, una mujer agradable alta y con lentes. La saludo con una sonrisa que me devuelve y luego me indica que las otras chicas que debo de ayudar a acomodar las estanterías con libros están en el piso de arriba.

Subo de a dos los peldaños de la escaleras y casi llegando al final escucho la conversación en tonos bajos de dos voces femeninas.

—... Oh, lo siento tanto —dijo una de las chicas—. Pero, hey, lo bueno es que llegó en el momento justo. Ese man fue una gonorrea contigo, Bee —hay un marcado acento colombiano en su voz—. Créeme, que si hubiera estado ahí, lo dejo sin bolas al muy maldito.

Se escucha una suave y corta risa de la otra chica, una que me fue bastante familiar.

—Gracias, Ly. Pero no quisiera que estuvieras en la cárcel por mi culpa.

—Oye, habría sido todo un honor. Eres mi enana mejor amiga, haría lo que sea por ti como tú por mí— termino de subir las escaleras y me encuentro con el par de chicas abrazándose. Me aclaro la garganta, incómodo, tratando de hacerme notar.

Ambas se alejan una de la otra. La menudita me mira con sus ojos verde oliva que desde hace un tiempo no he querido dejar de ver.

—Oh, hola —sonríe nerviosa—. Guao, no me imaginé que el otro chico al que castigarían serías tú —la otra chica ríe.

—¿Cómo que no lo imaginaste? —le frunzo el ceño fingiendo indignación—. Soy todo un chico malo —me cruzo de brazos y hago un asentimiento con mi cabeza que las hace reír.

—Sí, ya veo —comenta la chica del acento, riendo y negando divertida con la cabeza. Se acerca a mí—. Soy Lyla —extiende su mano para que la tomara.

—Evan —me presento, mirandola con los ojos entrecerrados. Se me hacía bastante familiar.

—¿Qué? ¿Qué tengo? —se suelta de mi mano para tantearse la cara.

—Es que... me pareces un poco familiar —ella frunce el seño—. ¿Eres amiga de alguno de los chicos del equipo de hockey? —le pregunto al recordar que la he visto en varios de los entrenamientos.

—Ah, sí —deja ir algunas risas—. Soy la novia de Andy.

—Oh, con que tú eres la que domó a Andy, eh —me reí al recordar que Andy, el portero del equipo, ya no es el mismo tipo desde que estaba saliendo con una chica desde hace varios meses—. Oye, todos los chicos del equipo te damos las gracias

—¿Darme las gracias? ¿Por?

—Es que al fin ese rubio imbécil no se cree el mejor de todos nosotros. Le trajiste su lado humilde otra vez.

Luego de esa charla, dejo mi mochila con las de Lyla y Bea y nos disponemos a acomodar la sección de libros de literatura.

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—¡Evan, ten cuidado! —me pide Bea.

—¡Lo siento! ¡Esta posición es incómoda!

—¡Por favor, deja de moverte! ¡Para mí esto también es incómodo!

-—¡Más rápido, por favor! —pide ahora Lyla.

—Un poco más a la izquierda —me muevo a ese lado—. ¡Solo un poco más!