—¿Y de qué hablaron cuando quedaron a solas? —pregunta Aidan, moviendo sus cejas de arriba hacia abajo, un gesto que lo hacía ver muy gracioso.
Bueno, ya sabes, lo normal. Casi nos besamos. Pero de resto, todo cool.
—Nada —preferí responder, siguiendo con mis anotaciones que escribía el profesor en el pizarrón.
—¿Por qué siento que me estás mintiendo? —entrecierra sus ojos en mí.
Me encogí de hombros.
—Estás sintiendo mal.
—Sabes que si no me lo dices tú igual le preguntaré a Bea, ¿verdad?
Dios, ¿Por qué Aidan López tenía que ser tan entrometido?
—¿Cuándo terminará esta clase? —pregunta ya irritado. Aidan odia la clase de biología.
De hecho, él odia todas la clases.
—¿En serio le preguntarás a Bea? —le pregunto en un susurro, el profesor ya nos había dado su mirada de «cállense o ambos irán a detención»
—Claro, si mi mejor amigo no me lo quiere decir, mis otras fuentes de información son Bea y tu hermana —responde con simpleza, anotando distraído la clase.
Asentí varias veces murmurando un «vale» y seguí copiando la clase. Estuve tentado de decirle la verdad a mi mejor amigo, pero no lo hice por dos razones:
1. El profesor seguía atento de nosotros y si nos encuentra hablando otra vez no dudará en mandarnos al castigo.
2. Estamos hablando de Aidan entrometido y juega bromas López. Decirle que estuve a punto de besar a Bea sería un pase gratis a sus bromas y, la verdad, no estoy con muchos ánimos para soportarlas.
Por lo que solo tuve que rogar internamente a qué olvidara el tema, o que Bea no le diga nada si lo conoce bien.
-
Junto con Aidan íbamos saliendo de la clase de biología, mi amigo concentrado en su móvil desde que el profesor dió por finalizada la clase de hoy. Por su distracción con la pantalla más de una vez tuve que tomarlo del brazo y guiarlo conmigo al pasillo de los casilleros.
—Despega la vista del móvil, Aidan, no se irá de las manos —le digo, llegando a mi casillero.
—Ah, okey, okey —responde distraído sin hacerme caso.
Pongo los ojos en blanco y meneo la cabeza. Aidan no es muy apegado a su celular, estas cosas pasan cuando se encapricha con un nuevo juego que descargó y por sus eventuale sonrisas y festejos por lo bajo, concluí en que por los próximos días, veré mucho a Aidan así.
Busqué lo necesario en mi casillero; un libro y cuaderno para mí siguiente clase, también escondí en mi mochila el dulce que guardé esta mañana aquí, procurando que Aidan no se de cuenta. Cuando tengo todo guardado en mi mochila, cierro mi casillero y cuando giro a ver a mi amigo, antes la veo a ella en el suyo.
Está junto a Lyla y ese chico que estaba aquel día en el CallyCafé con ella. Mi ceño se frunce inconscientemente cuando veo que ese chico pasa su brazo sobre los hombros de Bea y mi mano se aprieta cuando ambos se ponen muy juguetones.
¿Por qué no te alejas de ella? Tus feas manos no se ven bien a su lado.
—Evan, los celos no son buenos para nadie. Tranquilízate —escucho a Aidan decir a mi lado, pero mi mente está concentrada en mil formas de alejar a ese chico.
Ah, ¿Por qué pienso así? Esto es estúpido, he inmaduro. Soy un estúpido muy inmaduro.
—Estás siendo idiota, sí —conviene Aidan con mis pensamientos—. Pero eres idiota porque estás enamorado.
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Loco Enamorado [Loved #1] ✅
Teen FictionC O M P L E T A Evan Ross sentía mucho hacia Beatríz Ferguson. Beatríz Ferguson... sí, lo veía como un amigo. Evan se creaba escenarios dónde imaginaba que era más que un amigo de Bea. Bea estaba rara con Evan. ¿Él? Totalmente enamorado, aterra...