T R E I N T A Y S I E T E

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Evan

—¡Aguja he hilo! ¡Aguja e hilo! —viene gritando Ava, bajando las escaleras.

Me levanto del sofá, dejando los libros de lado.

—Ava, ¿Qué rayos? ¿Qué pasa?

Mi hermana tiene sus ojitos llenos de lágrimas que resbalan por sus mejillas rellenas segundos después, alza ambos brazos, mostrándome lo que lleva en manos.

Solloza entrecortada.

-—¡Boo-Boo Piú-Piú se rompió! —unas lágrimas más resbalan por sus mejillas—. ¡Hay que coserlo, Evan! ¡Hay que coserlo! —Ava hipa entre sollozos—. Hay que... que...

Mi hermana se ahoga entre sus palabras, intenta tomar respiraciones profundas pero no lo logra, sus mejillas húmedas se enrojecen por la falta de aire que tenía. Entro en pánico, pero logro pensar rápido y buscar por tada la sala el inhalador que Ava había dejado esta mañana aquí. Lo veo a un lado de mis libros, voy y lo tomo, a Ava se le empezaba a ponerse morada la cara mientras intenta seguir recobrando la respiración. Le paso su inhalador y ella inhala varias veces, tantas que pierdo la cuenta.

Poco a poco su color pálido natural va volviendo a su rostro, sus ojos siguen soltando lágrimas pero ella respira mejor.

—Hey, hey, ¿Estás bien? —pregunto poniéndome a su altura. Ava asiente—. ¿Segura, A?

—Sí, estoy... estoy bien, pero... Boo-Boo Piú-Piú no, Evan, ¡Busca aguja he hilo! ¡Hay que coserlo!

—Ava...

—¡¿Quién se lastimó con una aguja?! —pregunta la tía Ness, entrando como loca a la sala. El tío Peter vino detrás.

—No, tía, nadie, pero...

—¡Boo-Boo Piú-Piú! —solloza Ava, viendo a nuestra tía—. ¡Tía, hay que coserlo! —le extiende su peluche viejo que se le había descosido el brazo.

Ella tomó el peluche.

Ay, Ava... no creo que...

—¡No! —exclama mi hermana aún con los ojos llorosos, volviendo a sorber de su inhalador—. Sí se puede arreglar, hay... hay que arreglarlo.

Mis tíos y yo compartimos un mirada mientras que mi hermana sigue soltando sollozos cabizbaja, pidiendo en murmuros que arreglaramos su peluche.

Yo sé cuán importante es ese peluche para Ava. Es el único regalo que le dejó mamá antes de irse de nuestras vidas. Ese peluche, de alguna forma, mi hermana lo considera su conexión con nuestra madre. Lo tiene desde que es una bebé. Antes de que mamá se fuera, de alguna forma dejó ese peluche junto con Ava en la incubadora días antes de que saliera del hospital. Es el único regalo que mamá le dió a Ava.

Mi hermana se limpia las lágrimas con sus manitas.

—Hay que arreglarlo, por favor... —nos mira con esos ojos marrón chocolate llenos de lágrimas.

Me sentí mal al instante. Yo no sabía de costura, pero ese oso estaba viejo, no creo que aguante otra más.

—Ava... —limpio sus lágrimas con mis pulgares—. No creo que... Boo-Boo Piú-Piú pueda...

Mi hermana llora más.

—No, no, hay... hay que coserlo, Evan —sorbe su nariz—. Se puede arreglar, lo sé.

Miré a mis tíos que parecían no poder darle una respuesta a Ava.

—Tía... por favor, cura a Boo-Boo Piú-Piú.

Loco Enamorado [Loved #1] ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora