E X T R A V

95 10 0
                                    

La semillita.

Bea

-Oye, tampoco es para que estés así. No... es tan malo -intentó animarme mi mejor amiga, algo que resultó un total fracaso para hacerme sentir mejor.

Aún estaba conmocionada.

-Bea, oye...

Lyla dijo algo más pero no la escuché. Sentía como si algo en mi estable mundo cambiaba, pero no sabía si para bien, o para mal...

-Beatríz, ¡Escúchame! -me exigió ella.

Pero una vez más, no le pude prestar atención. Seguía pensando en eso que recién había visto. En esas dos líneas azules...

Había dado positivo.

Yo... estoy embarazada.

Ni siquiera sabía qué sentir, ¿Felicidad? ¿Tristeza? ¿Emoción? ¿O puede que furia? No sabía qué sentir. No sabía qué iba a hacer. Y mucho menos sabía cómo iba a reaccionar Evan.

Oh, dioses, Evan...

De seguro debía de estar esperándome en casa, pero ahora tengo miedo de volver. Ese positivo en la prueba de embarazo me asusta, sobretodo porque puede ser pie de entrada a una posible ruptura.

¿Y si... y si Evan no estaba listo para ser padre? ¿Y si me abandona y quedo sola al cargo de un bebé? Estaba a punto de tener un ataque de pánico. Y por como los he visto en mi novio sabía que no era una experiencia por la que quisiera pasar.

De pronto la idea de que Evan me dejara me hizo sentir mal, ¿Y si eso pasaba? ¿Qué haría?

Siento como las lágrimas pican en mis ojos.

-Tengo miedo, Ly -admití en un murmuro a mi mejor amiga.

Lyla dejó de reprocharme de que la escuchara para pasar un brazo sobre mis hombros y darme un reconfortante medio abrazo. Ahí, sentadas en el piso del baño del apartamento de mi mejor amiga, pude sentir una temporal sensación de que no todo estaba mal, de que no existía la posibilidad de que Evan terminase conmigo.

-Ya, Bea, tranquila... -dijo Lyla con la voz llena de tranquilidad.

Las lágrimas corría libremente por mis mejillas. No sabía si eran lágrimas de tristeza o de felicidad. Sí, me asusta demasiado la idea de que Evan me deje, pero también sentía cierta... ¿Felicidad? Una sensación cálida empezó a invadir mi pecho. Estaba aterrada, sí. Tenía miedo de que mi novio me termine, claro que sí. Tenía pánico de que termine yo sola cuidando de un pequeño bebé, es innegable, pero... puede que ese pequeño bebé creciente en mi vientre signifique un gran cambio para mí. Y si Evan decide irse, pues... pues, ¡Que se vaya al carajo!

De pronto, empecé a sonreír entre las lágrimas. Nunca me había visto bien llorando, los ojos se me ponían rojos junto con toda la cara, además de que las mejillas se me hinchaban y me daba el aspecto de un durazno quemado, pero en ese preciso momento ya no me importaba nada de eso. Esa bonita sensación siguió creciendo hasta que, por un momento, no sentí miedo ni terror. Solo... una auténtica felicidad.

Y es que, por los dioses, ¡Estoy embarazada!

La vida de un nuevo ser humano estaba creciendo en mi vientre. Ahora entiendo bien cómo se sintió Lyla con su pequeña hija, Alaia. Entendía la felicidad de mi mejor amiga.

Lyla se separó confundida del medio abrazo.

-¿Debo de preocuparme por ese repentino cambio de humor?

Me río limpiando las lágrimas de mis mejillas.

-¿Cómo estás? -preguntó con delicadeza.

Suspiré.

Loco Enamorado [Loved #1] ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora