C U A R E N T A Y S E I S

209 27 2
                                    

Bea

—Evan... —murmuro pero él ya no me escucha, se a alejado bastante.

Detrás de mí escuché a Remo saludar alegremente:

—¡Hey, Beatríz! —su acento relució en todo el saludo.

Giré para verlo aún sintiéndome confundida por todo lo que acaba de pasar.

—Remo —saludo.

Él tiene una gran sonrisa en los labios

—Es un giorno molto bonito, Vero?

—¿Y ese tan buen humor? —ambos empezamos a caminar en dirección de la que él recién venía.

Su sonrisa crece.

—¡La vida es bella, Beatríz! —exclama, pasando su brazo por encima de mis hombros.

Sonrío imaginando a qué o a quién se debía su buen humor.

—Ya está, suéltalo.

Suspira entre una risa dulce.

—Puede que esta semana Ricardo y yo nos la hayamos pasado bien...

—¿Entonces...? —insistí a qué siguiera.

Sonríe aún más, si es que eso era posible.

—Me pidió que saliéramos, ¡En una cita! —revela con emoción.

—Guao, Remo, eso está cool. Entonces, ¿Ya puedo shippear a Remardo?

Me mira frunciendo el entrecejo.

—¿«Remardo»? Madonna santa e Santo Antonio, Beatríz. Es el nombre más horrible que escuché en mi vida.

—¡Oye! Fue la mejor opción que se me ocurrió, ¿O preferirías «Cardomo»?

Hizo una mueca de claro desagrado.

—Sí, es mejor la primera opción. 

—Me gusta verte así —admito, dándole varios toques en la costilla que lo tiene riendo—. Te gusta bastante ese chico, ¿A que sí?

El sonríe tiernamente con las mejillas coloradas. Remo es como un niño de cinco años cuando lo pillas en una travesura.

—De hecho, sí —afirma sin perder el sonrojo ni la sonrisa—. Él... allá en Italia era el único amigo que no me trataba de bicho raro.

—Entonces, es algo así como... ¿Tú mejor amigo? —aventuré, curiosa.

—Pues, sí. Es como mi mejor amigo.

—¡Aaww! —exclamo con extrema ternura. Me encantan las historias de romances entre mejores amigos, son las mejores—. Es tan lindo todo lo de ustedes. ¿Y cuánto tiempo se va a quedar aquí?

Él suspira, parece que no estaba mentalizado para el momento en dónde Ricardo pueda irse.

—No lo sé, ni él mismo lo sabe. Sé está quedando con una amiga de sus padres pero supongo que tendrá que volver pronto.

—¿Por qué lo crees? ¿Tiene que empezar la escuela?

—Oh, no. Ya terminó el año. Es una año mayor que yo, recuerda. Supongo que tiene que volver por algún motivo. Siempre se presentan motivos —lo último lo dijo casi molesto.

—Oye, Remo, no pienses en cuánto tiempo les queda juntos, piensa en lo que pueden hacer con lo restante de ese tiempo. Si solo piensas en que se irá, no disfrutarás nada de su estancia aquí. Aprovéchalo, salgan, diviértanse y cuando llegue el momento de irse, ambos tendrán un dulce recuerdo del otro.

Loco Enamorado [Loved #1] ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora