El sonido de una ambulancia se acercaba.
Hombres bajan de prisa de ella, corriendo a la habitación de mis padres.
—¿Maman? —preguntó un Evan de diez años—. ¿Maman? —me asomo por el marco de la puerta.
Los paramédicos estaban a su lado, intentado levantarla con prisa. Papá estaba viendo todo, pasmado por la situación en la que se encontraba su esposa.
—¡Maman! —exclamé preocupado, viendo que mi madre tiene los ojos cerrados y el brazo caído.
—¡Evan! —papá se acerca a mí con prisa—. Ve a tu habitación, hijo, por favor —pide, pero yo no quiero, quiero ver a mi mamá.
—Mamá... —mis ojos se empiezan a llenar de lágrimas—. ¿Qué... qué le pasó? —mi voz es entrecortada, empezaba a sentir un nudo en la garganta.
Necesito saber si mamá estaría bien, si ella estaría bien...
—Ve a tu habitación —ignora mi pregunta—, por favor —me saca con cuidado y prisa del cuarto.
A mitad del pasillo giré atrás a causa de escuchar pasos apresurados, los hombres llevan a mi madre inconsciente en una camilla móvil. Su vientre de siete meses es lo que más resalta de ella.
—¡Mamá!
Salí corriendo detrás de los paramédicos, pero ellos son más rápidos que yo, y cuando llegué a la entrada ya se habían subido en la ambulancia. Mi padre llegó a mi lado, puso su mano en mi hombro, como si quisiera retenerme.
Quiero ir con mi mamá. Quiero estar con ella, quiero saber si estará bien, si mi hermanita lo estará también.
—Ava... —mascullo en tono trémulo, las lágrimas comenzando a brotar de mis ojos y sollozos silencioso saliendo de mí.
Papá apreta el agarre de su mano en mi hombro, le oigo sorber la nariz.
—Todo estará bien —asegura, aunque su voz es débil—. Todo... estará bien...
Despierto sobresaltado, mi respiración siendo pesada, mi pelo se pega a mi frente y los lados de mi cabeza por el sudor frío. Sin pensarlo dos veces, salgo de mi cama y voy con prisa a la que habitación que está al frente:
La habitación de Ava.
Abro con cuidado la puerta y las débiles luces de lunas y estrellas que cuelgan de su techo iluminan un poco la estancia. Dormida en su cama está Ava, su bracito desnudo sobresaliendo de la frazada. Me acerco a sentarme junto a ella sin despertarla, quito algunos de sus cabellos negros que están en su carita dormida. Le acomodo la cánula torcida, Ava no despertó.
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Loco Enamorado [Loved #1] ✅
Teen FictionC O M P L E T A Evan Ross sentía mucho hacia Beatríz Ferguson. Beatríz Ferguson... sí, lo veía como un amigo. Evan se creaba escenarios dónde imaginaba que era más que un amigo de Bea. Bea estaba rara con Evan. ¿Él? Totalmente enamorado, aterra...