Luego de que pasara el evento de exhibición y su abrupto e inesperado final, el cielo comenzó a aclararse sobre Ciudad Bolívar. Ya eran las 6 de la mañana, y los rayos del sol irrumpían desde el oscuro cielo para disipar las oscuras nubes. Doña Ceci, a la par que los demás presentes, contemplaban como la Casa de la Cultura parecía un palacio de hielo cuyas paredes heladas, atravesadas por la luz del sol, generaban cierto efecto tornasolado. No parecía que poco antes, había sido el escenario de una gruenta batalla entre luchadores y una peligrosa entidad impulsada por el odio.
- Bueno, mija, le deseo lo mejor allá- le dijo Doña Ceci a Valeria.
- ¿Me perdonarían el Estiven y los demás si me tomo mi tiempo para empezar a descongelarlos? - preguntó Valeria.
- No, que se van a morir si se quedan ahí dentro más tiempo. ¡Hágale a ver! - Insistió Doña Ceci a la vez que le tendía la mano.
Valeria, que estaba sentada en el suelo mientras contemplaba el curioso fenómeno de luces, suspiró y tomó la mano de Doña Ceci para ponerse de pie. Se sacudió el polvo y llevó el A-Badge por la correa del A-Sweeter hasta hacer contacto con éste.
- Take one! - dijo la voz en inglés que resonó desde el parlante del aparato, luego de sacar el A-Snack.
Valeria comió el bocadillo, y enseguida se sintió repuesta. La fugaz visión de un bosque en un paraje que cada vez que lo veía se le hacía más familiar se materializó en sus pupilas, pero decidió no prestarle mucha atención y procedió a extraer otra tira luego que el número 15 se manifestara detrás de ella.
- ¿Valeria? ¿Está bien? - le preguntó Doña Ceci.
- Sí, cada vez voy tolerando mejor estos A-Sweet... snacks... dulces...- intentó decir Valeria.
Al ingerir el segundo, el número 30 se manifestó a sus espaldas, y a la imagen del bosque se le sumaba la nítida silueta de una mujer. Valeria quedó estupefacta.
- Valeria, creo, que con las dos que comió ya está bien cargada- le dijo Doña Ceci.
- ¡Sí, es media hora de poder! Pero quizás si consume para una hora...- intervino Manabo.
- ¡No, que la están presionando! ¡Y es que aparte ya comió! - opinó Shizuka.
- ¿Pero dónde estaban cuando Valeria se estaba comiendo las cosas esas para advertirle? – dijo Doña Ceci.
- Este... presentando mis servicios como diseñadora de trajes para luchadores, a los demás. Vieron los trajes de la Srta. Yuli y la Srta. Valeria en acción, y les encantaron. También le presenté mis servicios a la mujer y a sus dos nietos gigantes y... -explicó Shizuka.
- Y yo también, les hablé sobre mis servicios para crear una identidad de personaje como hice con Valeria, y mi manejo del Dron y de las redes para transmitir una pelea en vivo y...- interrumpió Manabo.
Pero Manabo se interrumpió cuando, en la tercera ingesta de A-Snack, Valeria desató su transformación en La Hija de Atlas. Puntos luminosos surgieron de todo su cuerpo, y se reunieron en una hélice que comenzó a rotar en el aire, avanzando hacia Valeria, quien a su vez corrió hacia ella para estrellarse contra la construcción luminosa, la cual la atravesó para, acto seguido recorrer todo su cuerpo, y transformarla en la Hija de Atlas.
- ¡Eso, mija! ¡Que mientras no haya monstruos a los que ganarle, va a tener que ponerse en plan de recoger y reparar cosas! - le gritó Doña Ceci.
Valeria hizo una seña con la mano mientras se dirigía volando hacia la Casa de la Cultura. Mientras recorría el camino, veía a lo lejos a Yuli hablando con Jeider, y por alguna razón sintió algo de recelo.
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La Hija de Atlas: #1- Morder el Polvo
Fantasy"Flotabas, y estoy segura que tú fuiste la que convirtió en polvo el concreto de las paredes. ¿Qué cosa eres?". La oleada de terror que trajo La Noche del Ruido en Bogotá duró lo suficiente como para neutralizar a casi todos los niños en la ciuda...