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¿A quién hay que matar para tener una semana sin problemas?

Jen Jones
Su beso seguía palpitante en mis labios, sus ojos yacían cerrados aún, en su cara había pesar, se veía muy arrepentido por su acción. Yo realmente no sabía que pensar, que hacer, ni que decir.

Él decidió abrir los ojos, su mirada estaba clavada al frente, varios centímetros sobre mí. Yo seguía viéndolo, cada centímetro de mi piel se erizó cuando se agachó para mirarme. Abrí la boca para hablar pero él me interrumpió.

—Por favor no digas nada, te lo pido, no digas nada —suplicó viéndome a los ojos—. Sólo cumple tu promesa y no dejes de pensar en mí.

Asentí y no dije nada. Estaba segura de que después de eso me sería casi imposible dejar de pensar en él. Sus manos viajaron a mis mejillas y se inclinó de nuevo para besar mi frente.

—Nos vemos pronto —susurró aún muy cerca.

Entonces se alejó. Sentí un vacío extraño cuando su cuerpo se despegó de mí. Lo ví subirse a su moto y se fue. Me quedé ahí parada hasta que su figura ya no fue visible. Era hora de irme yo también.

Subí a la moto y tomé carretera, sería un viaje largo hasta Cambridge así que era mejor que comenzará lo antes posible.

•••

Los primeros cuatro días fueron abrumadores, fue muy difícil arreglar mis papeles legales, no tenía fecha, ni lugar de nacimiento, fue casi una tortura atender todos esos asuntos abrumadores, ni siquiera sabía que se necesitaba un certificado de nacimiento ¿Qué no era suficiente con estar ahí, viva?

Por suerte conocí a una muy amable mujer que me ayudó con todo, me explicó que el proceso duraría más de lo esperado, pero podría arreglarlo durante el verano mientras se procesaban los primeros datos, con suerte terminaría todo antes de que las clases empezaran.

Pero no todo iba mal, había conseguido una habitación en un edificio no muy lejano de las instalaciones de la universidad. Además tenía una cita con Tony ¡Sí! Por fin lo vería. Al parecer el señor Stark estaría en Nueva York unos días y Tony aprovecho para escaparse unos días y poder vernos.

Nos veríamos en un café cerca de las oficinas donde estaba tramitando la beca. Lamentablemente solo estaríamos juntos dos días, antes de que él tuviera que irse con su papá y yo a Riverdale.

Estaba emocionada ¡Demasiado emocionada! Mi corazón latía desbocado pensando en verlo. Apresuré el paso, estaba a solo unas cuadras de verlo, faltaban una hora para nuestra cita, aún así quería estar ahí lo antes posible.

Crucé la calle justo frente al local donde nos veríamos. Llegué a la acera y entré a la cafetería, olía delicioso, a pan y chocolate. Me senté en una mesa al fondo y miré atenta a la ventana. Entonces lo ví, sus ojos cafés tan brillantes como siempre, su cabello revuelto y hermoso. Era tan perfecto como lo recordaba.

Se paró frente a la ventana y revisó su teléfono, no llamé su atención porqué quería observarlo un poco más. Me pareció raro que estuviera ahí tan temprano, pero quizás estaba ahí a esa hora por la misma razón que yo.

Esperé a que entrara pero no lo hizo, pensé que podría estar esperándome, pero luego noté su comportamiento, estaba nervioso, revisaba su celular una y otra vez. Me preocupé, estaba apunto de ir a verlo pero entonces ella apareció.

Era una chica, alta, pelirroja y deslumbrante, saludó a Tony con un gran abrazo y entonces la gran bomba... Lo besó, en los labios. Y lo peor: él no se opuso. Y... ¿Escucharon eso? Fue mí corazón, sí, había explotado.

Storm Blue || RiverdaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora