Jughead Jones queda ha cargo de la hija de su amigo fallecido, Betty Copeer... mientras el tiempo pasa Jughead Y Betty empiezan una relación amorosa, pero la culpa es más grande que el amor.
El pelinegro bajo sus besos hasta el cuello de la ojiverde formando jadeos de ambos.
– Daddy aquí no – Gimió esta.
– Está es mi casa, puedo hacer lo que quiera aquí ¿No? Ahora Daddy quiere hacer gemir a su bebé.
Esta asintió aprobando la idea.
El ojiazul bajo sus besos hasta la clavícula de la ojiverde, bajo lentamente el vestido de está dejándolo caer al piso, el ojiazul cojio en sus brazos ala rubia y la dejo enfrente de la cámara, este se paró y bajo la cámara hacia donde estaba ella, tomo una foto y dejo la cámara así.
– ¿Está en automático? – pregunto la rubia.
– Si, quiero tener fotos de como te follo mientras gimes mi nombre– este volvió ha besar los labios de la ojiverde bajando hasta su cuello.
Del otro lado la rubia empezó ha desabrochar la camiseta del ojiazul dejándola caer al piso como el vestido.
El ojiazul frotó sus dedos entre la zona de la rubia provocando un sonoro gemido por parte de esta, este bajo lentamente las bragas de la rubia y dejo besos húmedos por todas las piernas de está, volvió ha subir y empezó metiendo dos dedos en las jugosas carnes de la ojiverde, la rubia Gimio.
– Daddy te reventara esa linda florecita. – susurró el ojiazul.
El pelinegro siguió sacando y metiendo sus dedos ha un ritmo rápido y placentero.
– Da-daddy... Voy ha llegar.
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