Fabiola y Alfonso se despiden de mí, ambos lucen felices y eso me deja tranquila. Dejo que se vayan y al fin salgo de este escondite.
Otro impedimento de entrar a mi próxima clase se interpone, la directora Lewis. En su oficina se encuentra su media hermana Janice y sí, mi ley de Murphy personal, Skandar.
—No tan rápido Sanderson — me dice Skandar, en cuanto ve mis intenciones de salir —, es el emocionante momento donde nos pondrán un castigo.
—Creí que ya nos lo habían puesto — miro a la directora, que, por su expresión, la presencia de Skandar la incómoda.
—Sí, pero aún no han firmado la constancia y no les hemos dado las instrucciones adecuadas — responde Lewis, tomando unos documentos de su archivo. — Como castigo casi siempre prefieren el aseo del área de deportes o arreglar inventario después de clases, ustedes deciden. Sería después de clases unas dos horas.
—Creía que ya tenía mi castigo en la biblioteca — le digo preocupada, me acerco más a su escritorio.
—Sí, pero considero más práctico darles el mismo castigo, además, estar en una bodega de la biblioteca con papeles empolvados, no es nada cómodo — me responde Lewis clasificando unos documentos.
¿Estar metida en una bodega por dos horas o estar con Skandar dos horas?
La respuesta es obvia. La bodega, mil veces la bodega.
—Preferiría estar en la bodega — escojo sin dudar, todos me voltean a ver extrañados —, no se me da eso de la limpieza — titubeo un poco al excusarme.
—Está bien — me dice la directora irritada, luego voltea su mirada hacia Skandar. — ¿Señor Cacciatore?
El chico se toma su tiempo en lo que se despega de la ventana y se acerca al escritorio, a mi lado más bien.
—¿Qué es lo que se hace en la bodega? — su pregunta me toma por sorpresa, lo volteo a ver, pero él tiene sus ojos puestos en Lewis. Tomó una rápida decisión, cambiaré de castigo si Skandar decide quedarse en la bodega.
—Hubo un pequeño incidente de expedientes hace unos años, todos se desordenaron — le explica paciente —, tenemos miles de documentos que necesitan ser clasificados por año, es un proceso largo.
—¿Eso no lo debería hacer administración? — Pregunta sonando más como un reclamo. Lewis se hace para atrás, está por responderle, pero la clara voz de Janice se le adelanta.
—Si es cierto Cacciatore, pero verá, desde hace tiempo nos ha funcionado como castigo y es que — hace una pausa caminando hacia él —, tenemos a tantos rebeldes en esta escuela que siempre son de ayuda. — Janice no le importa usar el sarcasmo con Cacciatore algo en que se diferencia con su media hermana —. ¿Acaso no está de acuerdo?
—En realidad se me hace útil, bien pensado Janice — le sonríe —, apuesto que la idea salió de tu cerebro. En todo caso ya escogí. ¿Directora puedo estar en ambas, un día en la bodega y otra en el gimnasio?
Me quedé atónita, esa jugada no la esperaba. ¿Qué está tramando este tipo?
—¿Por qué? — le pregunta Lewis confusa.
—Me aburre lo monótono — dice encogiéndose de hombros.
Oh, ahora entiendo por qué cambia de pareja tan rápido.
—¿Eso se puede hacer? — pregunto.
—Pues nadie lo había pedido antes — me responde Lewis —, supongo que se pueden hacer excepciones — me dice, pero puedo leer entre líneas, eso significa que Cacciatore puede hacer las excepciones que le den la gana, y todos deben aceptarlas. Es más, dudo que cumpla su castigo.
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Mirada Cruel
Teen FictionEn la ciudad de Nueva York nada es lo que parece. Y Nataly lo supo muy bien... a las malas. *** Nataly no sabía a lo que se enfrentaría cuando el magn...