🔴Capítulo 49🔵 Aquí todos hacen lo posible para dar su mejor actuación.

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Estoy entrando a la cocina cuando escuchó una pequeña discusión entre Violet y Fabiola. Bueno, sus peleas son más como pláticas pasivo-agresivas que no llegan a problemas graves, pero sí a segundos incómodos. O graciosos como dice Joseph.

Cuando ya estoy adentro Fabiola decide irse, solamente me sonríe antes de seguir su camino. Violet está tomando una taza de café en el desayunador. Me echa un vistazo antes de seguir leyendo el periódico.

—¿Qué fue lo que pasó? — Le preguntó intentando sonar apenada.

—Nada novedoso, pequeña metiche, las pequeñas pugnas de siempre.

—Déjame adivinar, se volvió a enfadar porque insultaste a sus amigas — le recuerdo intentando adivinar —, a la mujer de los noticieros... ¿Cómo se llama?

—La petarda que con su marido no pudieron usar anticonceptivos y dejaron una decadente descendencia — me sonríe alzando una ceja.

—Dante Montessori — concluyó —, es de las pocas veces que concuerdo contigo.

—Pensé que se conformarían con Pia, pero no decidieron tener dos más y bueno...

—¿Dante tiene hermanos? — Pregunto curiosa.

—Una hermana mayor, Pia de veinticuatro años y uno menor, Mauricio, creo que tiene la edad de tu hermano.

—Wow, esas son noticias nuevas — comentó sorprendida.

—La chica no vive aquí, está de intercambio en Viena, junto con Leonardo Cacciatore — alzó una ceja confundida. — Leonardo es el hermano mayor de Kalia.

—Si sabía de su existencia, había olvidado su nombre — digo sintiéndome tonta por olvidar algo importante. — Se fueron juntos, que extraño.

—Nada extraño, ambos eran un desastre, rebeldes e inútiles — suelta sin tapujos —, además, tenían serios problemas con el alcohol y las drogas.

—¿En serio? — me tapo la boca asombrada.

—Un día los encontraron inhalando cocaína en un lugar de peleas clandestinas, un lugar donde solo van vagos e indigentes — tengo que inclinar la cabeza para que no note mi sonrojo.

—¿Y por eso los sacaron? — Le pregunto segundos después. — No hubiera sido mejor mandarlos a no sé... ¿Rehabilitación?

—Creo que no me estás entendiendo, ellos si fueron a rehabilitación — me dice recostándose en el desayunador —, y no los enviaron dulcemente, los echaron de una patada.

—Oh, bueno, eso tiene más sentido, es frío y cruel pero también es lógico — digo pensando lo fácil que es para los ricos resolver sus problemas.

Si tan solo mis abuelos hubieran tenido la mitad de la fortuna de los Cacciatore.

—Todo lo hicieron debajo del agua, si no se hubiera vuelto un escándalo irreparable — me explica sin que se lo pregunte. — Hubiera salido en esas estúpidas revistas de chismes. 

—¿Y Kalia sabe eso?

—Nadie lo sabe, solo los del círculo cercano de Alfonso, la chiquilla sabe la versión oficial, la del intercambio. Mantener la imagen es lo más importante.

—Claro, a nadie le gustaría saber que la familia cabecilla tiene unos hijos incontrolables — razono más para mí misma, pero Violet asiente.

—Aquí entre nosotras, creo que Fabiola y Carmen los quieren casar — agrega y yo casi me atraganto.

Mirada CruelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora