🔴Capítulo 13🔵 Una invitación peligrosa.

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—Demonios Sanderson, quizás el cuarzo funciona al revés contigo, porque no encuentro otra maldita explicación — exclamó Claire, diciendo algo que aún no me había planteado. Con todo lo que me ha sucedido estos últimos días, me he vuelto más paranoica.

—Y que lo digas — le responde Anni abanicándose con una hoja de papel.

Era jueves y decidimos tomar el sol en unas bancas de piedra, cerca de una de las fuentes que se encuentran en el  jardín del centro de los edificios. Era un día caluroso, aunque Nueva York no tenía el mismo calor que Los Ángeles, agradecía esté clima.

—Nataly, estoy comenzando a pensar que en algún momento de tu vida pasaste bajo una escalera o quebraste un espejo — me dice Edmon pensativo, al verlo solo puedo pensar en lo que me asusta su convencimiento.

—No que yo recuerde — le digo sarcástica —, y no, jamás he visto un gato negro y todas esas conspiraciones antes que lo pregunten.

—Es que no tiene sentido, ya casi cumplimos el mes, porque razón se cambiarían ambos en casi todas sus asignaturas — me dice Anni, que tiene que subir la voz, ya que a pocos metros está el equipo de porristas practicando sus coreografías.

Me sentía ansiosa por dos razones, la primera y más obvia, tener a los dos personajes más populares del sur tan cerca. Ya los había visto en acción y la actitud de Fabiola solo aumentaba mi temor.

—¿Es necesario echarme la culpa? — digo intentando sonar chistosa, aunque contando el temblor de mi voz mis intenciones son vanas.

—No Sanderson — me aclara Claire —, pero tenemos que descargar nuestra ira con alguien y tú serás nuestro saco de boxeo — frunzo el ceño, bien esa no es una razón válida, pero prefiero no entrar en discusión con mi loca amiga.

Anni con una expresión asombrada dice —. Chicos, les conté que...

Ted la interrumpe dándole un pequeño sustito, digo pequeño porque el grito que pegó Anni fue todo lo contrario.

—¿Qué te sucede? — le grita, segundos después se limpia su falda que se ha manchado de jugo de naranja —. Ted un día de estos me vengaré, lo juro, no lo vendrás venir.

—Bueno, mientras ese día viene, yo seguiré gozándomela viéndote sufrir — le dice sonriendo —, pero no vine a eso, en realidad vengo por Nataly.

—Esto me asusta un poco — le dice Edmon —. ¿Y ahora qué hiciste Ted?

—¿Volviste a apostar Ted? — le pregunta Claire un poco preocupada —. Oh no, metiste a la pobre de Nataly en una de tus apuestas y ahora tendrá que hacer algo para salvarte...

¿¡Qué!?

—¿Qué? — pregunto muy asustada.

—Ted si usaste a Nataly como tu próxima víctima yo...

—Por favor, jamás haría eso — le dice viendo a su hermana, sin quitar la sonrisa de su rostro.

—Si claro, es necesario que te recordemos un par de cosas — le dice Edmon poniendo su mano en el hombro de Ted —, que incluyen una piscina, fuego, cámaras y...

—No hables de eso, no quiero que Nataly se asuste con nuestras anécdotas — le ruega Anni, luciendo avergonzada.

—Podrían dejarme hablar, solo vengo a traer noticias que pueden interesar a Nataly — dice viéndome de reojo —, pero veo que no soy recibido como merezco, me iré,  no me merezco estos tratos.

—No es necesario Ted, no seas resentido, cuéntame qué noticias jugosas me traes — le digo de manera exagerada, este entrecierra los ojos y se resigna.

Mirada CruelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora