🔴Capítulo 59🔵La esperada cita.

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Cuando llegó a la puerta ya están todos afuera. Salgo hacia el garaje que está al bajar un par de gradas. Al parecer solo nos iremos los niños, Fabiola y yo. Me acerco al auto rojo de Fabiola.

—Nataly, vente adelante — me pide, aunque suena más como una orden. Las protestas de Kalia y Joseph no se hacen esperar.

—¿No crees que es mejor idea que tu hija vaya a tu lado? — le pregunta Joseph adelantándose a Kalia.

—No — le dice sonriente —, los niños van atrás.

—¡Pero mami yo quería ir con Nat! — alega Kalia cruzándose de brazos.

—Y yo quería usar ese vestido strapple negro, pero tú llegaste a mi vida cariño — le dice sobándole el cabello —, a veces nuestros deseos no se cumplen.

—Si quiere yo puedo... — empiezo intentando ayudar.

—Nataly no, ellos tienen que aprender a convivir — me dice mientras les echa un vistazo a los chicos, luego regresa a mí —. Sube cariño, no nos demoremos.

—¿No necesitas ayuda con ellos? — dice una voz detrás de nosotros. Violet se recuesta en el marco de la puerta, con los brazos cruzados y luciendo una sonrisa de satisfacción.

—No gracias — le responde Fabiola abriendo la puerta.

—¿Estás segura? — Insiste.

—Más que nunca — Fabiola no espera su respuesta y toma asiento.

Estoy por dirigirme al auto, cuando Violet se me adelanta de forma inesperada, camina más deprisa y se sube antes que yo, en el asiento del copiloto.

Me acerco a donde se supone que debería estar sentada, Violet se pone unos lentes de sol y baja el vidrio de la ventana.

—¿Qué pasa niña? — Me dice como si no hubiera sucedido lo anterior.

—Me robaste el asiento — la miro por unos segundos esperando respuesta. Pero tras ser consciente que no recibiré ninguna me voy resignada a la parte de atrás. Fabiola no dice nada, solo niega decepcionada.

Mi hermano se mueve quedando en el medio, cuando cierro la puerta ambas mujeres nos voltean a ver.

—¿Chicos, no olvidan algo? — nos dice Fabiola encendiendo el auto. Los tres nos miramos confundidos —. El cinturón de seguridad, no quiero ser arrestada por su culpa.

—No lo serás, en todo caso quita esa cara Fabi — empieza Violet con cizaña —, que sabes que te convengo, siempre que se trate de moda claro.

—No hables mujer, mucho hago dejándote aquí — le responde antes que el motor ruja.

Supongo que este será un viaje interesante.

Hacemos media hora de recorrido, la tienda está en Harlem, en el centro de la ciudad. Por suerte está casi vacía, al entrar una mujer pelirroja muy guapa, que no había estado en la prueba anterior nos atiende.

—¡Fabiola Cacciatore, te estábamos esperando! — Dice con los brazos abiertos.

—Eso imaginamos — se interpone Violet, haciendo que a la pelirroja se le borre la sonrisa.

—Violet, que sorpresa tenerte aquí — dice la mujer tensa.

—Eso creí — le dice antes de adentrarse al área de los vestidos. Los demás permanecemos al lado de Fabiola.

—Perdónala Betty, insistió en venir — le dice Fabiola acercándose a darle la mano —, a lo que venimos.

—¿Cuál es la prisa? — lanza una risita antes de enfocarse en nosotros —, por fin conozco a los chicos nuevos —. Se acerca a mí y Joseph, nos da las manos a ambos —, me llamo Betty.

Mirada CruelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora