🔴Capítulo 25🔵¿En tu familia no hay aberrados?

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Me quedo sin estupefacta, algo que Violet nota al instante —, sé que fue mala idea no decírtelo, pero si llegamos a esta hora, habrá un problema muy grande con Fabiola. Ellos pensaban que estabas en una pijamada querida.

—Eso lo entiendo — le digo avergonzada, de alguna manera esa mujer sabía que me iba a meter en problemas, eso me asusta —, pero era necesario invadir la propiedad de un hombre tan peligroso como... — Vaciló sin saber cómo terminar la frase, me tomo un momento para continuar —. Violet no sé qué conexiones tienes con esta gente, pero yo soy la hija adoptada de sus enemigos. Es muy peligroso para mí estar aquí. ¿Podremos ir a otro lugar?

—No estamos invadiendo ninguna propiedad — fue lo primero que me dijo antes de ponerse seria —. Nataly, entiendo tu miedo, pero tienes mi palabra que no te sucederá nada. Ya hablé con Skandar y me dijo que eras bienvenida. Estoy segura de que a ninguno le incomodara tu presencia.

—Pareces conocerlos muy bien — empiezo a decir, ella entrecierra los ojos por un momento.

—Deja ese tono, suenas hambrienta — alzó una ceja ante su comentario —, si niña de información, te quedarás con hambre por cierto.

Seguido de eso, sale del carro y se dirige a mi portezuela, sin previo aviso la abre, retrocedo por pura inercia —. Violet es mejor que me quede en el auto, yo las esperaré el tiempo que sea necesario.

—No seas ridícula, sal del auto ahora mismo o le diré a Janice que te saque — señala a la entrenadora que no ha parado de carcajearse de la escena que estoy montando con Violet.

—Pudimos haber pasado a comer algo antes o dirigirnos a casa — le digo, aunque sé que las consecuencias hubieran sido pésimas, salgo del auto y cierro la puerta. Le hago otra pregunta a Violet —. ¿Mi hermano sabe que usted está conmigo?

—No, pero lo sabrá es un chico muy listo — no me está viendo, sino a la mansión, la contempla por largo rato.

Sale de su trance y me insta a caminar, subimos unas gradas de piedra y llegamos a un pequeño sendero lleno de flores, lanzo una mirada curiosa a mi alrededor, en donde alcanzo a ver dos fuentes. Unos cuantos colibríes me imitan para ver el agua caer. Hubiera sonreído, de no ser por la situación en la que estoy metida, la sola escena es bellísima. 

El camino nos lleva a las puertas dobles de madera. Estas están abiertas de par en par, pero dejo que Janice y Violet pasen de primero.

Un hombre nos recibe, supongo que es el portero. Reconoce a las mujeres en cuanto entran, y cuando me mira, la confusión pasa por su cara.

—Buenas noches Gordon, ella es Nataly — le dice Violet.

—Buenas noches, que bueno verla de nuevo doña Violet — le dice cortés. Con Janice no tiene la misma amabilidad, aunque es evidente que la conoce al darle una inclinación de cabeza. Luego me saluda —, bienvenida señorita Nataly. ¿Necesitan ayuda con algo?

—No será necesario Gordon, Nataly ven conmigo — Violet comienza a caminar, es ahí cuando me tomo el tiempo de contemplar la casa. Es espaciosa, su piso es de madera y posee un ventanal que abarca desde el techo hasta el suelo, y eso que solo es el vestíbulo. Hay un candelabro de cristal que cae haciendo imposible que se me pase desapercibido. Lo mismo con las escaleras que se doblan a ambos lados y que se unen en el segundo piso

Tan solo el vestíbulo es del tamaño de mi casa en Los Ángeles. El lugar además de espacioso, es ruidoso, las voces de mucha gente a la que no puedo ver, hacen eco desde aquí. ¿Qué Donato nos les da descanso? ¡Son las tres de la mañana!

Sigo a Violet cuando entra por una puerta corrediza a un lado del vestíbulo. Bajamos unas pocas gradas, ahí me topo con la milésima sorpresa del día. En la sala de estar hay cuatro chicos. Tres de ellos ya conocidos, Skandar, Jason, Edmon y el cuarto es un niño, es probable que tenga la edad de mi hermano. 

Mirada CruelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora