🔴Capítulo 34🔵 El diario de Lenina

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El resto del día por extraño que parezca, se pasó con relativa calma. Con los acontecimientos que sufrí en la mañana solo faltaba que me cayera un rayo encima, y aun así me lo hubiera esperado. Claro, no faltaron mis curiosos amigos, que desde que me vieron solo me acribillaron de preguntas.

Y creo que fue la intensidad del día lo que me hizo apreciar más la calma que sentí cuando entré a casa. Eso y la penitencia que les impuso Alfonso a Joseph y Kalia, que calma más satisfactoria.

Al entrar a la sala de estar me encuentro con una Kalia muy... enfadada. 

Está jugando al Just Dance, pero sus movimientos son muy rígidos.

—¿Está todo bien Kali? — se voltea sobresaltada.

—¡Nat! — me dice con un ánimo demasiado forzado —, me asustaste, qué bueno que ya viniste.

—¿Y solo me dirás eso? — La miro sorprendida -—, que paso con las invitaciones a comer, jugar, bailar. ¿Qué te pasa?

—No me pasa nada, es que estoy muy exhausta.

—¿Exhausta? Sí, algo te ocurre, porque Kalia Cacciatore, nunca está exhausta — comento, tratando de sacarle una sonrisa sincera, no esa que parece que se puso bótox en toda la cara —. ¿Pasó algo con Joseph?

—¡No! — grita sin dejarme terminar —, no me pasa nada con él — mueve sus manos de forma dramática —. ¿Por qué me pasaría algo con él? Solo no me lo menciones por favor, no lo soporto, ni su voz, ni su nombre, nada...

—Al parecer alguien no está exhausta, solo molesta — me cruzo de brazos. 

—No estoy molesta, solo no hablemos de tu hermano... —su rostro está rojo de la furia, oh esto se está saliendo de control.

—Así que es eso, el no pelear con mi hermano te tiene así, pensé que sería todo lo contrario. — Me comienzo a reír como tonta.

—Claro que no, eso no es cierto — frunce aún más el ceño, suelta un suspiro. — Esto me está matando, siento que tengo que gritarle a Joseph para sentir que hice algo productivo y lo odio — toca su corazón —. ¿Qué me pasa Nataly?

—Oh, de verdad que esto es grave — reaccionó ante su confesión —, porque no vas, le gritas un par de cosas y te relajas un poco. Quiero tener a la Kalia divertida, no a eso que te convertiste.

—¡No voy a hacer flexiones por culpa de tu hermano!

—Yo no le diré a nadie, será nuestro secreto — le sonrió amigable.

—Tú no, pero tu hermano y los del servicio lo harán — dice, lo que me produce más gracia.

—Entonces tendrás que conformarte — me mira decepcionada —, o quizás esta situación los puede unir de verdad, volverse amigos, juntos contra el castigo de tu padre. ¿Te gusta la idea?

Su respuesta es salir horrorizada del salón, bien se hace lo que se puede.

Niños tontos.

Busco algo de comer y me encuentro a Violet, que ha decidido salir de su cueva y socializar con la civilización. Por eso no me sorprende verla platicar y tomar un café en el comedor. Está con Fabiola, desde el instante en que las veo, noto la diferencia de su trato con ella y Kathia. Con la norteña es más seria, pero es un trato recíproco, Fabiola no pretende agradarle.

—Nataly cariño — Fabiola reacciona primero, viene hacia mí y me abraza, luego me invita a tomar asiento —, ya está tu almuerzo, no te podré acompañar esta vez, tengo cena con Alfonsi.

Mirada CruelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora