El ensayo general de vals es en pocos minutos, todos los de mi grado estarán ahí. Si, incluyendo a Cressida. Podrá estar loca, pero de verdad no creo que se arriesgue a hacer el ridículo frente a la junta directiva y a las altas familias, en especial los Cacciatore.
—¿No sientes como que vas a vomitar? — me pregunta Edmon en cuanto entramos al polideportivo. Lo volteo a ver justo cuando se está arrancando la uña del pulgar —. No soy mal bailarín, además he practicado la coreografía día y noche...
—Y lo harás de maravilla — lo interrumpo —, y si te tropiezas entonces yo haré lo mismo.
—¿Y para qué nos servirá eso? — me pregunto riendo.
—Que seremos los dos humillados, dos es mejor que uno — me encojo de hombros.
—Oh, me puedo imaginar la escena — dejamos las cosas adentro de la bodega, y cuando salimos hay tres filas formadas viendo hacia las puertas.
—Oh no — susurra Edmon, ambos nos acercamos al final de la tercera fila de lado del graderío, somos de los últimos en formarse —, ya no tardan en venir los invitados de honor.
—¿Siempre se hace todo esto? — le señalo las filas en cuestión, al frente nuestro están colocando unas sillas que supongo es donde se colocarán a los invitados.
—Sí, pero no solo es esto, los hijos de las altas familias, y los que tienen las mejores notas los reciben con un estrechón de manos.
Oh, eso explicaba nuestros uniformes de diario. Janice nos pidió que de ninguna manera llegáramos con los de educación física o nos iba a sacar.
—¿Entonces qué estás haciendo aquí? — le pregunto sorprendida.
—Vengo a un ensayo general Nataly — me dice como si fuera lo obvio.
Chasqueo la lengua.
—Hablo en serio Edmon — le doy una palmadita en el brazo —. Tú tienes el promedio más alto de todos aquí, ve y toma el lugar que te pertenece.
—Para que segundos después me echen — alza las cejas —, no gracias, prefiero ahorrarme ese bochorno.
—Eso no va a pasar, son las reglas...
Janice se acerca sin previo aviso y se pone entre los dos.
—¿Usted qué está haciendo aquí? — le pregunta la entrenadora a mi amigo. Edmon se voltea alarmado.
—Esperando a los señores Cacciatore y la junta directiva — le responde bajando la voz.
—¿Acaso me quiere perjudicar? — le pregunta de nuevo.
Edmon vuelve a negar.
—Pues eso parece — le sonríe —, porque antes de que vengan esos flamantes personajes, tengo que tener todo y a todos listos. Eso implica que los mejores promedios estén adelante — señala con un movimiento de cabeza hacia delante. Tengo que ver dos veces, para darme cuenta de que hay un grupo de chicos delante de las tres filas.
—Perdoné entrenadora — le contesta un Edmon muy pálido —, es solo que pensé...
—No chico, tú no piensas, tú obedeces — le dice sin dejar la sonrisa y el tono amable —, ahora ven conmigo, te dejaré con esos chicos te pararás erguido y les darás la mano a cada hombre y mujer que pase frente a ti.
Edmon está por decir algo más, pero de nuevo Janice lo detiene.
—Vamos Llite, vamos — Edmon la ve con los ojos saltones, suspira y asiente.
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Mirada Cruel
Novela JuvenilEn la ciudad de Nueva York nada es lo que parece. Y Nataly lo supo muy bien... a las malas. *** Nataly no sabía a lo que se enfrentaría cuando el magn...