7- Impulso

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He Xuan elaboró un portal a regañadientes, tras cruzarlo estuvieron en casa y Shi Qing Xuan parecía muy entusiasmada de poder hacer cosas de chicas a un nivel más íntimo.

Abrazó a su chica por detrás y agarró sus pechos metiendo sus manos entre su ropa, asegurándose de encontrar rápidamente sus pezones que estaban suaves y cálidos, los frotó con cuidado hasta dejarlos erectos.

—Mira cariño, te pusiste así tan rápido~ — susurró la dama del viento cerca de su oído.

—Mmmm...— He Xuan apretó los puños y trató de resistir esa extraña sensación, ese cuerpo femenino era demasiado sensible en lugares a los cuales no se acostumbraba —Deja de jugar, estas siendo demasiado traviesa el día de hoy.

He Xuan agarró esa mano que se escondía entre su ropa y la jaló con fuerza, arrojándola sobre la cama, le parecía injusto que solo ella tuviera diversión cuando también se moría de ganas de probar ese cuerpo voluptuoso.

La persona sobre la cama tenía el cabello desordenado, pero eso la hacía lucir aún más atractiva, especialmente cuando se lamió los labios y tomó con ambas manos el rostro de la morena que se posó sobre su cuerpo para besarla profundamente.

La dama del agua se separó de sus labios cuando se quedaron sin aliento, pero enseguida besó su cuello y bajó hasta sus pechos, quitó la ropa que estorbaba para chupar y morder a gusto esos pezones de color rosa que tanto le gustaban.

Al escuchar los suspiros de su amada buscó hacerla sentir más placer y bajó su mano hasta su entrepierna para buscar aquel cálido lugar que la estremecía, pero no estaba lo suficientemente húmeda así que separó sus piernas y usó su lengua para satisfacerla, lamiendo suavemente el contorno y luego en medio, centrándose en ese lugar sensible en lo alto de su intimidad, cada vez que apreciaba su desnudez desde ese ángulo le parecía una flor cuyos pétalos quería probar hasta encontrar su néctar.

Shi Qing Xuan tenía la cabeza hacia atrás y los ojos cerrados mientras disfrutaba entre suaves gemidos, cada vez que sentía el impulso de cerrar las piernas recibía una lamida en sus muslos, y al observarla esa expresión seductora de sus ojos claros le provocaba aún más excitación. No tardó en llegar al clímax gracias a su cálida lengua, pero sabía que usando ese cuerpo podía sentirlo más de una vez sin necesidad de descansar.

—Cariño, ven vamos a hacerlo juntas...— extendió sus brazos llamando a su chica.

Sin embargo, ella se quedó pasmada un momento miró hacia otro lado y luego bajó la cabeza, no había querido hablar hasta ahora, pensando que con satisfacerla sería suficiente.

—En realidad... No sé cómo se supone que lo hagamos juntas de esta forma...— admitió con su rostro tan avergonzado que tuvo que cubrirse con ambas manos.

—Tranquila, es normal que no lo sepas, así que yo me encargaré de guiarte esta vez— La dama del viento la consoló atrayendo su rostro hasta su pecho para darle suaves caricias sobre la cabeza.

He Xuan se sintió un poco sofocada, pero al ver esos apretables pechos de nuevo, no pudo evitar besarlos. Su chica rio divertida pero no perdió tiempo, la recostó sobre la cama y separó sus piernas.

—De esta forma podremos sentir lo mismo...— le explicó con expresión coqueta.

Tomó su pierna izquierda y la levantó un poco, al mismo tiempo que se posicionaba sobre ella, dejando la pierna derecha por debajo de la propia, de esa forma quedaron con las piernas cruzadas pero unidas desde el punto perfecto. Shi Qing Xuan se rozó sobre su chica que también estaba bastante húmeda y comenzó a moverse de forma lenta y tentadora.

—¿Eh? Espera...— He Xuan tenía una expresión complicada, no solo por el placer, sino como si estuviera aguantando algo.

—¿Qué ocurre linda? ¿No te gusta cómo se siente? — preguntó la otra sin detenerse.

—No es eso, para... — al observarla tan seductora, con esa expresión exquisita, el autocontrol que había estado teniendo He Xuan se perdía por completo, y al mismo tiempo que sujetó sus caderas, la forma femenina que tanto había estado cuidando, se perdió en un abrir y cerrar de ojos.

—¡Qué sorpresa! — exclamó la dama del viento sin quitar la vista de su esposo, quien había aparecido ante sus ojos en una desnudez maravillosa, y una erección palpitante.

—Lo siento... No pude controlarme— se lamentó cubriéndose el rostro con ambas manos nuevamente.

—Je je je descuida, ya que estas así podemos aprovechar de hacer otras cosas.

Esta vez Shi Qing Xuan se posó sobre su hombría para rozar su propia intimidad sin permitir la penetración, después de todo el doctor les había advertido claramente.

La vergüenza de He Xuan se esfumó pronto, dejándose llevar por las atenciones de su esposa, permitió que ella se moviera ya que si seguía sus propios impulsos causaría problemas, aun así, entre besos y caricias ambos lograron encontrar el éxtasis.

Mientras reposaban sobre la cama recuperando energías He Xuan volvió a disculparse.

—De verdad lo lamento, tenía muchas ganas de hacerlo y no pude mantener esa forma... No sé cómo tú lo logras con tanta facilidad...

—Tal vez es por la costumbre, o porque me gusta recibir a mi esposo tanto en mi forma femenina como en la masculina, ni siquiera tengo que esforzarme en mantener esta apariencia, se siente bastante natural— explicó con una sonrisa.

—Eres admirable, y muy sensual, suave, hermosa, maravillosa— He Xuan comenzó a llenarla de pequeños besos haciéndola reír.

—Sé qué te parece difícil controlarte ahora, pero descuida, porque si logro embarazarme podremos hacerlo todo el tiempo sin contenernos durante nueve meses, solo tendrás que lidiar con mi barriga, que será enorme.

—¿Eso no es peligroso? — preguntó inquieto.

—Solo si somos demasiado rudos, pero sé que tú no tienes problemas en ser gentil, así que no hay de qué preocuparse.

He Xuan la atrajo un poco más y acarició su vientre mientras descansaban, era bastante plano y le costaba imaginar que se abultara para llevar a un bebé en su interior, pero estaba seguro de que cualquiera fuera la forma de su cuerpo, seguiría atesorándolo como lo más preciado del mundo.



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Nota de la autora~

¿Por qué He Xuan perdió su forma durante el sexo?

Pues porque durante el sexo no podemos esconder nuestra verdadera identidad, es uno de los momentos en los que somos más vulnerables y transparentes. He Xuan no se autopercibe como una mujer, aunque no le molesta verse así de vez en cuando para cumplir ciertos objetivos. Por lo tanto, no puede mantener esa falsa imagen en un momento tan íntimo, a diferencia de nuestra dama del viento, quien se percibe a si misma de forma femenina y masculina sin ningún problema.

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