6- Damas

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"—Eh... No hemos tenido intimidad así que no sabría qué responder, usted dijo que no deberíamos intentar nada...— las mejillas de He Xuan se tornaron rojas, en realidad había estado evitando inconscientemente a su chica porque se sentía asustada de enfrentarse a ese escenario."


Luego de unos cuantos días Shi Qing Xuan se sentía completamente recuperado de su dolor de estómago así que apenas se despertó cambió a su forma femenina sin siquiera avisarle a su esposo que descansaba a un lado de la cama.

—Cariño, cariño, ya pasaron los cuatro días— dijo tirando del brazo del contrario.

He Xuan se sobresaltó un poco por ese tono agudo que tan bien conocía, cuando la volteó a ver, la túnica interior que su chica traía puesta estaba desbordada por sus abundantes pechos. Tras tragar saliva, cubrió su escote para que nada se saliera de su lugar.

—Debiste haberme avisado que tomarías esta forma tan pronto, ni siquiera pude despedirme de tu otro cuerpo... ¿Estas consiente de que ya no podremos hacerlo de la forma regular?

—El médico dijo que tenía que mantener mi cuerpo saludable, si lo hacemos de la forma regular tardaré otros cuantos días más en recuperar mis fuerzas, así que es mejor así.

—Bueno, entonces yo también haré lo mismo.

Ver la forma femenina de He Xuan siempre era un privilegio, a diferencia de cuando se disfrazaba de Ming Yi, esta forma no era tan fornida, sino más bien delicada y de rasgos tranquilos. A Shi Qing Xuan le gustaba mucho reposar sobre su pecho, así que lo hizo inmediatamente apenas la vio.

—No era necesario que cambiaras junto conmigo, pero lo agradezco de todos modos— murmuró Qing Xuan apretando uno de sus pechos ligeramente.

—Tontita, parece que no escuchaste nada de lo que dijo el médico, primero debemos saber si eres capaz de sangrar, eso es una señal de fertilidad, así que yo haré lo mismo, quien tenga esa capacidad puede intentar quedar embarazada, aunque claro, no es como si tener el periodo nos asegure un embarazo.

—¡Cariño debes pensar positivo! — declaró la castaña —Podremos hacerlo, conseguiremos un niño sano y fuerte, ya verás.

—También puede ser una niña...— le recordó.

—O pueden ser ambos, si nos resulta una vez, puede resultar dos o hasta tres veces ¿Cuántos hijos te gustaría tener? — le sonrió coqueta.

—Con uno es más que suficiente— He Xuan acarició su cabeza —No quiero tener demasiados hijos porque tú solo le pondrás atención a ellos y me dejarás de lado, ya eres bastante distraída y no quiero que te olvides de mí...

—Oh vamos, por favor, yo nunca fui hermana mayor de nadie, en cambio tú si tuviste mucha gente a quien cuidar, incluyéndome, serás quien esté todo el día tras nuestro bebé, pero descuida, yo me encargaré de recordarte con quien te casaste— como una muestra de su futuro, la dama del viento comenzó a dejar pequeños besitos sobre su cuello, causándole cosquillas y otras cosas más.

Habrían seguido en eso si no fuera por un gruñido que sonó demasiado fuerte, ambas tenían hambre, y para mantener un cuerpo saludable necesitan alimentarse de forma adecuada.

Pasaron cerca de dos semanas refugiadas en la isla, únicamente monitoreando los rezos de sus creyentes, ambas comenzaban a pensar que deberían conseguir subordinados si querían mantenerse más tiempo en casa cuidando de sus cuerpos, pero era difícil elegir a personas de confianza, Shi Qing Xuan tenía a sus amigos los vagabundos, pero ellos se distraían fácilmente con algo de vino y lo mismo pasaba con He Xuan, los fantasmas que protegían la isla eran unos glotones y bastante agresivos, no cumplían con el perfil de oficiales menores que debían ser valientes, sinceros y preocupados por el bienestar del prójimo.

Días luminososDonde viven las historias. Descúbrelo ahora