20- Tras cientos de años

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Entre las desoladas montañas podían escucharse sonidos metálicos rechinar con fuerza, un ataque tras otro acompañado de respiraciones agitadas, Xie Lian había aceptado "entrenar" a San Lang ya que, si las sospechas de todos eran acertadas, la calamidad vestida de blanco podría volver pronto a causar problemas en cualquier momento y el menor insistía en que no estaba preparado para un combate directo.

—Debes poner más fuerza en tus hombros, cada vez que voy en serio pareciera que tuvieras miedo de atacar, si sigues comportándote de esa forma no volveré a entrenar contigo— le advirtió Xie Lian al moreno con sonrisa encantadora.

—Es que si me da miedo, cuando frunces el ceño y pones esa expresión Gege me asusta mucho— se burló sin prestar atención a sus regaños —De todos modos, incluso si no quieres entrenar con tu espada creo que con Ruoye ya tienes las de ganar, es un arma mucho mejor que un sable viejo como este.

Como si hubiera escuchado su propio nombre la banda blanca que envolvía el cuerpo del príncipe heredero se desenrolló poco a poco para alcanzar a San Lan, él sin dudarlo un momento guardó su arma y le dedicó atención, acariciando con cuidado aquella simpática tela.

—Si, en efecto es un arma muy versátil y huele muy bien, como Gege...

Xie Lian se sonrojó por ese comentario ¿Acaso significaba que a San Lang le gustaba su olor? Nervioso dio unos rápidos pasos hacia atrás pero no se había dado cuenta de que Ruoye ya había envuelto dulcemente a la otra persona, por lo que, al alejarse sin medir su fuerza, tiró de él y ambos terminaron cayendo entre las hierbas, las cuales estaban tan altas que cubrían sus cabezas.

—¡Ruoye no hagas eso! Enróllate en mi— ordenó alterado de tener a San Lang sobre su cuerpo, tan cerca que sus narices casi se tocaban.

Pero debido a que la orden fue un poco confusa, Ruoye envolvió a Xie Lian sin soltar a San Lang, haciendo que sus cuerpos estuvieran todavía más apretados el uno del otro. Y aunque el menor había apoyado sus brazos para mantener cierta distancia, el resto de sus cuerpos estaban muy unidos, tal vez demasiado.

—No me refería... Yo...— De pronto Xie Lian olvidó cómo formular palabras, la persona que le había gustado desde hace tiempo estaba a solo unos centímetros de él, mirándolo fijamente, sus labios, su cuello y sus músculos presionándolo parecían sensaciones que jamás había sentido.

—Shh viene alguien— San Lang puso su índice sobre los labios de Xie Lian y bajó su propia cabeza para esconderse entre la hierba, haciendo el contacto incluso más íntimo.

No muy lejos de ellos una voz familiar llevaba a un par de niños de la mano, su conversación parecía lejana, pero lograban distinguirse algunas frases.

—Llego anoche al templo a pedir hospedaje, pero se ha comido todo el arroz que quedaba, mi hermana ya no sabe qué más ofrecerle para que se vaya...— decía uno de los niños en un tono molesto.

—Bueno, bueno yo llevaré el arroz, pero no deberían ser mal educados con los viajeros— contestó el hombre adulto.

—Yo no quiero que se vaya, el niño que viene con él es muy divertido, jugamos con la pelota y lanzamos piedras al estanque— agregaba el más pequeño.

Cuando ellos se perdieron de vista San Lang se relajó y volvió a mirar a Xie Lian.

—Ya se fueron, creo que no hay de qué preocuparse Gege...

Pero Xie Lian que había estado repitiendo en su cabeza el sutra del corazón puro una y otra vez, tenía el rostro rojo y acalorado, los ojos cerrados con fuerza, había resistido lo mejor que pudo hasta ahora... Escuchar la voz aterciopelada tan cerca de su oído despertó una parte de su cuerpo que creía dormida durante cientos de años, asustado, Xie Lian abrió los ojos y ordenó a Rouye antes de que las cosas se pusieran peor.

—¡Ruoye suelta a San Lang ahora mismo! — El tono urgente de Xie Lian había sido tan claro que rápidamente ambos fueron liberados.

—Gege creo que la persona que iba con esos niños era Shi Wudu, su voz se me hizo muy familiar.

—¿He? No pude diferenciarlo, estaban muy lejos...— Xie Lian ya se había alejado y ordenado su ropa para que aquel incidente bajo su túnica pasara desapercibido —¿San Lang puedes traerme un poco de agua?

—Claro, espérame un momento, vuelvo enseguida.

Y aunque el príncipe heredero logró controlar las cosas, su preocupación no dejaba de aumentar, hasta ahora pensaba que gustar de otra persona no iba más allá de pensar en él, buscarlo entre la multitud y apreciar su atractivo, pero su cuerpo ya no le obedecía, necesitaba buscar la forma de prevenir que esto volviera a ocurrir y para ello, en la única persona en que podía confiar era su mejor amigo o mejor dicho, su actual mejor amiga.

Aquella tarde Xie Lian llegó al palacio del viento totalmente centrado en su problema, pero al ver esa barriga tan diferente a la que había visto hace solo un par de días quedo impresionado.

—¿Cómo es que crecieron tanto? Tu cuerpo ya se ve redondo... Esto es impresionante...— soltó Xie Lian sin pensarlo, pero enseguida supo que había sido grosero y quiso corregir sus palabras —No es que se vea mal, de hecho, te ves adorable, pero estoy sorprendido, si siguen así llegarán mucho antes de lo esperado.

—Jajaja no te disculpes, a mí también me impresionan, no paran de crecer, ya me duele la espalda— dijo soltando un pequeño suspiro —Pasa, pasa, vamos a charlar en el salón.

Shi Qing Xuan se puso cómoda entre muchos cojines y acariciaba su barriga mientras su amigo le explicaba su problema, con el entusiasmo de este evento a la dama del viento se le quitó cualquier molestia, sus ojos brillaron y su sonrisa se hizo más audaz.

—Lian Lian primero un beso y ahora se te levantó... Tu cuerpo se está volviendo travieso, estoy tan orgullosa— dijo fingiendo que se secaba una lágrima.

—No digas eso, necesito que me ayudes— Xie Lian pidió apenado cubriéndose el rostro.

—Pero si eres tú quien ha logrado contenerse por tanto tiempo y ahora no eres capaz de controlarlo entonces difícilmente hay algo en este mundo que pueda evitarlo, solo te queda acostumbrarte y disimular hasta que llegue el momento en el que no tengas que disimular.

—¿A qué te refieres con acostumbrarme? No quiero acostumbrarme a esto, Xuan Xuan ponte seria— Xie Lian tiró de su manga haciendo un puchero.

—Hablo en serio, de verdad, si estar cerca suyo hace que pierdas el control, entonces tendrás que acostumbrarte a su cercanía, poco a poco, hasta que te resulte agradable y tranquilizador. Y si eso no funciona... Tendrás que encargarte de tu cuerpo con más regularidad para que de esa forma tu amiguito no sea tan espontáneo.

—Eso no es parte de mi método de cultivo— murmuró apenado.

—No, pero tu método de cultivo no es tan fuerte como para ayudarte en el mundo real, debes mejorar tu método para que se adapte a tus necesidades— concluyó Shi Qing Xuan sin permitir más reclamos.

Aunque Xie Lian no estaba contento con su consejo, tampoco tenía una mejor idea, así que no le quedó más alternativa que asimilarlo. Tras esa charla el tema cambió a su interés en común habitual, los bebés en camino, entre ambos buscaron nombres bonitos, aunque ninguno los terminaba de convencer, imaginaron cómo serían las cosas si ambos fueran niños, o si fueran niñas, en el caso más divertido, si llegaba un niño y una niña.

Qing Xuan quería saber qué tipo de educación había recibido Xie Lian cuando era pequeño, le parecía interesante robar los secretos de crianza de un príncipe para aplicarlo con sus hijos, aunque luego de pensarlo mejor, no sabía si era tan buena idea llenar a sus hijos de estudios y exigencias, al final solo quería que estuvieran sanos y felices, de esa forma no estarían tan abrumados por cosas tan naturales como lo estaba ahora su tío.



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Comentario de la autora~

No tenemos ataúd pero si a la confiable Ruoye uwu


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