21- El demonio He Xuan

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Aunque había sido He Xuan quien llegó de una ardua jornada de trabajo resolviendo misiones desgastantes, era Shi Qing Xuan quien se veía tremendamente cansada, había dormido gran parte del día y a esas horas de la noche despertó con sus pies hinchados y molestias en la espalda.

—No te levantes, te traeré algo de comer así que ponte cómoda— dijo su esposo para luego darle un toque en sus labios.

—Gracias cariño, lamento no poder recibirte como se debe, pero ya ves como son las cosas— Shi Qing Xuan acarició su vientre que ya lucía redondo como si llevara un melón bajo sus ropas.

—Estás haciendo un gran trabajo formando a dos personitas, así que no tienes de qué preocuparte.

El esposo trajo comida deliciosa que disfrutaron juntos, ella era siempre muy coqueta y disfrutaba de darle comida en la boca como si apenas llevaran unos días de novios, ese tipo de detalles mantenían fresca su relación. Tras comer He Xuan le masajeo los pies, tan lindos y delicados que era una lástima que sufrieran tanto por los cambios de su cuerpo.

—Es sorprendente como hasta tus pies son bonitos, la persona con la que me casé es una belleza que...— De pronto He Xuan dejó de hablar y mostró una expresión extraña, sus pestañas temblaron ligeramente, asustando a Shi Qing Xuan quien rápidamente se acercó a revisarlo.

—¿Estas bien? ¿Te duele algo? — La dama del viento lo tomó de las mejillas y lo miró de cerca, era evidente que algo andaba mal.

—Cariño yo... Yo quiero... Quiero...— He Xuan dejó que sus manos subieran hasta las rodillas de su esposa mirándola con deseo.

Ella pestañeo un par de veces sin entender, en su rostro podía verse un gran signo de interrogación.

—Quiero hacerte otro bebé...— dijo con una voz tremendamente seria y se abrazó a su amada enterrando el rostro entre sus pechos.

—Jajaja tontito ¿Ahora quieres tres bebés? — Shi Qing Xuan acarició su cabeza, le parecía adorable ver a su esposo tan lindo y directo —No creo que haya espacio en mi barriga para otro bebé, pero podemos intentarlo de todas formas, solo ten cuidado, no puedo moverme mucho con esta molesta barriga.

—No es molesta, es hermosa, eres hermosa...— como si una ola de energía hubiera invadido al maestro del agua, quitó la ropa de su esposa de un solo movimiento, haciendo que sus pechos se movieran dando un ligero rebote, mientras sus manos los acariciaban, su boca se acercó a la de su pareja para besarla apasionadamente.

Shi Qing Xuan se sentía un poco confundida, aunque su esposo era energético, normalmente la pasión subía paulatinamente y ambos llevaban el mismo ritmo, pero ahora era como si algo se hubiera encendido en él de forma repentina. Aunque quería comprenderlo, su curiosidad fue llevada al fondo de su mente a causa del deseo, ya que su esposo besaba de una forma tan demandante que era difícil seguirle el ritmo, si no se concentraba, no podría disfrutar el momento adecuadamente, así que al igual que él, se apresuró en enredar su lengua con la contraria y dejar que sus manos exploraran a gusto.

—Tus pechos están más grandes...— dijo He Xuan con las pupilas dilatadas —¿Ya estas listas para dar leche? Creo que yo debería ser el primero en probarla...

—Solo ha salido un poquito, no creo que consigas nada...— respondió ella tímidamente, pero sin dejar de observarlo.

He Xuan sacó su lengua para lamer la punta de su pezón, mientras que con su mano acariciaba en círculos el otro pezón, la sensación era tan placentera que ella soltó un dulce gemido, incitando de esta forma que sus atenciones fueran más energéticas, no solo usó su lengua, sino que succionó con fuerza lamiendo, pellizcando y masajeando hasta que un líquido blanquecino brotó de sus pezones.

—Mmmm delicioso...— He Xuan chupo también su otro pezón dejando que un hilo de leche bajara por su mentón, enseguida hundió su rostro entre sus pechos, apretando con sus manos haciendo que las gotas se derramaran entre sus dedos.

—Ya... No me hagas esperar, dijiste que me harías otro bebé, pero eres tú el que se comporta como uno...— Shi Qing Xuan se quejó no dispuesta a dejar pasar ni un solo momento más, afortunadamente su esposo estaba en sintonía con sus pensamientos.

Tomó de las piernas a su esposa dejándola al borde de la cama y se deshizo de las pocas prendas que le quedaban, su miembro quedó expuesto erecto y palpitante, el cual tomó para dar un par de golpecitos sobre su intimidad.

—Estas tan mojada por todas partes...— la sonrisa de He Xuan parecía incluso malvada, como si su aura celestial se hubiera esfumado para dar paso a sus más oscuros instintos.

—Estoy mojada... Es tu elemento, así que hazte cargo rápido— ordenó ella envolviendo su cintura con sus piernas.

He Xuan tomó una de sus piernas para besar su interior y cuando el rostro de su amada parecía no poder soportar más la espera, se introdujo con facilidad gracias a lo empapada que estaba, aunque normalmente era discreto y prudente, esta vez su propia voz se escuchó tan fuerte como la de su esposa, los gemidos de ambos inundaban la habitación junto al húmedo choque de la carne contra la carne.

No bastó con derramarse en su interior una vez al llegar ella al orgasmo, el demonio de aguas negras contaba con tanta energía que la penetró durante toda la noche en todas las posiciones posibles, dándole solo pequeños descansos para limpiar su interior de todo el semen que se acumulaba, el cual usaban como lubricante para frotar su miembro por fuera y hacerla acabar una y otra vez al estimular su clítoris.

Fue solo cuando el sol comenzaba a salir por el horizonte que He Xuan por fin agotó sus energías, durmiéndose acurrucado y abrazado a su esposa.

Shi Qing Xuan durmió bastante bien hasta ya entrada la tarde, que fue cuando le dieron ganas de ir al baño. Debido al movimiento de las mantas He Xuan se despertó con una expresión confundida, miró la cama y a su esposa llena de marcas de besos y humedad bajando por sus piernas.

—Amor... ¿Qué hice? ¿Qué paso anoche?

—¿No lo recuerdas? — dijo ella con expresión coqueta —Hicimos otro bebé.


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Comentario de la autora~

Queridos lectores, debo confesar que mientras escribía este capítulo me pasaron cosas al imaginar así a Hexuancito...

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