El grupo se apartó hasta un callejón alejado de la multitud, en ese lugar interrogaron al intruso para saber los detalles de su imprudencia, ya que al entrar al territorio de Hua Cheng lo único que podría conseguir era problemas.
—Por supuesto que tengo que venir a investigar, ese duende verde causó muchos problemas en mi territorio y le he seguido la pista hasta aquí, aunque no conozco detalles, no sería extraño que los demonios cooperen entre sí para causar estragos en el mundo mortal— dijo Lang Qian Qiu convencido de sus palabras.
—Eso no es así— lo interrumpió He Xuan —Cada calamidad se ocupa de sus asuntos, entrar en el territorio del otro es una falta de respeto inaceptable.
—¿Entonces por qué estas aquí con ellos? — lo encaró con el ceño fruncido.
—Estamos en una misión, es un asunto diferente— explicó el moreno.
—Pues yo también estoy cumplimiento una misión, así que lo mismo se aplica para mi.
Se podían percibir chispas entre esos dos, por lo general He Xuan era una persona tranquila y sensata, pero no le parecía correcta la actitud de ese muchacho tan llevado a su idea, sin importar las consecuencias de sus actos, en donde obviamente saldría perjudicado.
—Bueno, bueno, vamos a ocuparnos de nuestras propias misiones, si el príncipe heredero está buscando a ese tal Qi Rong nosotros no lo detendremos, así que le pedimos lo mismo a usted, por favor no llame demasiado la atención para no perjudicar nuestra misión exponiéndonos como infiltrados— pidió Xie Lian con una sonrisa tranquilizadora.
Luego de eso los aires se calmaron y se alejaron en direcciones diferentes, Xie Lian dio un suspiro, pero Shi Qing Xuan tenía la mano sobre su pecho y llevaba bastante rato mirando a su esposo con expresión embobada.
—¿Qué ocurre? — preguntó He Xuan.
—Es que luciste tan serio y maduro delante de Lang Qian Qiu... Tan guapo, creo que mi corazón se aceleró de solo mirarte— murmuró sonrojada contagiándolo también.
—Yo no... ¿De verdad lucí tan genial? — respondió en el mismo tono acercándose un poco más a ella con intenciones de besarla.
Sin embargo, mientras ellos secreteaban Xie Lian había divisado a la distancia un lugar bastante llamativo, con mucha gente entrando y saliendo, sin prestarle atención a la pareja alzó la voz, interrumpiendo su momento.
—¿Qué es ese lugar? Se ve interesante, vamos a echar un vistazo.
—Es la casa de apuestas, claro que podemos mirar y preguntar a los guardias por Hua Cheng, así lo encontraremos más rápido— explicó He Xuan recuperando la compostura.
Ya que no era la primera vez allí, los guardias los detectaron rápidamente y los trataron de forma educada, sabían que esas tres personas habían sido invitados importantes de su señor y que él se molestaría con ellos si no les daban un buen trato.
Fueron dirigidos por un pasillo interno hasta el lugar en el cual se encontraba Hua Cheng, quien los esperaba de pie con una cálida sonrisa en su rostro, rodeado de sedas blancas y rojas que limitaban las miradas de los intrusos.
—Lamentamos venir sin avisar... Espero que no estemos interrumpiéndote San Lang— dijo Xie Lian con las mejillas sonrojadas.
—Para nada, siempre es un gusto tenerlos de visita— respondió cortésmente el señor la ciudad fantasma invitándolos a tomar asiento.
—Hemos venido a acompañar a Lian Lian, parece que hay algunos asuntos que deben conversar, pero eso podemos hacerlo luego, ahora me gustaría hacer algunas apuestas— dijo Shi Qing Xuan.
He Xuan observó silencioso como los ojos de su amigo se agrandaban por la sorpresa de escuchar esa interacción, lo sabía, podía ver algo de envidia en sus ojos.
—¿Lian Lian? — repitió mirando al príncipe con una sonrisa discreta —Vaya, creo que ese apodo si le queda su alteza.
Xie Lian se cubrió la boca mientras intentaba disimular su risa, sus mejillas no se apagaban, su corazón se aceleró cuando escuchó el apodo cariñoso que tantas veces había usado su amiga con él, pero extrañamente en la voz de Hua Cheng era completamente distinto.
—Xuan Xuan a veces me llama así, ya me acostumbré, no le haré reclamos solo porque no está en condiciones de pasar malos ratos— Rápidamente el príncipe heredero cambio el rumbo de la conversación.
La pareja explicó a su amigo sobre los avances de sus planes familiares y a Hua Cheng le pareció que ese lugar lleno de humo de cigarros no era adecuado para una mujer que buscaba ser madre, tampoco era bueno tener tantas tentaciones cerca, el licor no sería saludable para su cuerpo. Por lo tanto, ofreció un lugar más adecuado para su descanso en su propia mansión, más tarde se encontrarían para cenar los cuatro juntos, pero por ahora él y Xie Lian se quedarían a jugar y apostar por un rato más.
La pareja fue escoltada en un carruaje hasta dicho lugar, tenían un enorme patio solo para ellos y una vez estuvieron instalados en una hermosa habitación, las sirvientas fueron llegando con frutas y bocadillos. Aunque la comida era bien recibida, Shi Qing Xuan consideró que esas mujeres llevaban muy poca ropa, y que tal vez sus intenciones eran seducir a su esposo, así que rápidamente las despachó lejos.
—¿Acaso estás celosa? — preguntó He Xuan con una sonrisa maliciosa.
—Si ¿Algún problema? — respondió testaruda la señora del viento.
—Ninguno, me fascina verte con esa expresión tan atractiva— He Xuan tomó su rostro y besó sus labios lentamente, continuando aquello que no habían podido hacer anteriormente.
—Eres un tonto...— murmuró Qing Xuan haciendo un ligero puchero.
—Y tú eres muy bonita— besó su nariz.
----
Comentario de la autora~
Si no hay arco de la isla, tampoco hay escena del ataúd, tendremos que hacer algo al respecto o.ó
ESTÁS LEYENDO
Días luminosos
FanfictionContinuación de "La segunda oportunidad del maestro del viento" He Xuan y Shi Qing Xuan se encaminan en la aventura de intentar formar una familia, enfrentándose a dudas, temores y eventos emocionantes y divertidos que aunque resultan todo un desaf...