—No están...— dijo Shi Qing Xuan con el rostro pálido.
—Pero si estaban aquí hace solo un momento...— murmuró He Xuan mirando a su alrededor.
Al instante ambos padres comenzaron a buscar en cada rincón de la casa a ese par de niños escurridizos, desde que habían aprendido a moverse por su propia cuenta no se quedaban quietos ni un solo segundo, pero huir el día de su primer cumpleaños no era para nada gracioso.
Afortunadamente la búsqueda no fue demasiado larga, bajo la mesa de la cocina, una niña preciosa y un niño adorable se llenaban la boca con pasteles de arroz, ensuciándose las ropas nuevas que con tanto esmero Shi Qing Xuan había seleccionado para ellos.
—...Son iguales a ti— suspiró Shi Qing Xuan tomando a su hija para limpiarla con un paño húmedo.
—A la velocidad que crecen es normal que coman tanto se ven si ya tuvieran tres años, aunque solo han vivido una primavera, además a ti también te gustan los dulces, no me culpes de todo a mí— He Xuan se defendió sin mucho auto convencimiento mientras se hacía cargo del niño.
—¿Papi hoy viene shizun? — preguntó He Shuang.
—Si mi amor, hoy viene Shizun porque es su celebración de cumpleaños, por eso debían mantenerse limpios— explicó papi.
—¿Papá también viene el tío? — quiso saber también He Deming, su papá asintió de inmediato —¿Y Gu Zi también? Quiero darle pastel.
Ambos padres se miraron como si estuvieran leyéndose la mente, los mellizos eran demasiado cercanos a Gu Zi, tanto que era seguro que se pelearían de nuevo por él tirándolo de las mangas para llamar su atención.
Para cuando llegó la hora de la celebración y los invitados comenzaron a llegar, los mellizos estaban completamente fuera de control, corriendo de un lado para otro, cayendo en el proceso, pero sin detenerse a llorar, ya que la felicidad de tener a todas las personas importantes para ellos era demasiada.
—¡SHIZUUUUN! — los mellizos gritaron cuando vieron a Xie Lian entrar, abrazando sus piernas y dando pequeños saltitos.
Por supuesto ambos fueron alzados de inmediato en los fuertes y hábiles brazos, aunque todavía eran muy pequeños para practicar con la espada, ambos ya habían hecho reverencias para que él les enseñara, aunque fuera simplemente la posición de meditación, saltar en un pie o canciones infantiles.
—Feliz cumpleaños a mis pequeños discípulos, de verdad me sorprende lo mucho que crecen cada día... Por cierto, sus ropas son muy bonitas.
Shi Qing Xuan rio bajito por ese comentario, él era el culpable de que tuvieran la ropa cambiada, ya que al volverlos a vestir se pusieron a pelear, ella quería la ropa de su hermano y él la de su hermana, pero para papi, eso no era ningún problema, siempre que estuvieran abrigados acorde al clima, podrían usar la ropa que más les acomodara.
Tras Shizún venía el tío Hua Cheng, el rey de los regalos y las mariposas plateadas, por supuesto que se llevó muchos abrazos también.
Y aunque Qi Rong y Shi Wudu también fueron recibidos con entusiasmo, el escándalo mayor se lo llevó Gu Zi, a quien llevaron corriendo por toda la mansión, ofreciéndole pasteles, jugo y hasta sus propios regalos.
—Gu Zi recuerda guardar todo lo que te regalen en la bolsa que te di, no intentes ser humilde, estamos con pocas reservas...— murmuró Qi Rong al niño, aunque él ni siquiera le prestaba un poco de atención.
Era un grupo que no solía relacionarse mucho por su propia voluntad, la tensión entre los primos y cuñados era imposible de ignorar, pero debido a que esta vez era por una ocasión especial, la charla se dio fácilmente en torno a los pequeños, lo mucho que habían crecido, lo bien que pronunciaban cada palabra y lo mucho que se parecían a sus padres.
Cuando Shi Qing Xuan se dispuso a buscar más té a la cocina, Xie Lian se levantó con él para ayudarlo, por supuesto el maestro del viento no perdería la oportunidad que chismear un poco.
—Entonces... Están viviendo juntos, son una pareja oficial ¿Debería preocuparme por ti y darte consejos para que la llama del amor no se apague?
—No es necesario...— Xie Lian respondió con las mejillas sonrojadas —Pero quería hacerte una pregunta ¿He Xuan tampoco necesita dormir? Cómo lo haces para... Tolerar la energía de un supremo...
Shi Qing Xuan no contuvo su risa, le resultaba demasiado cómico que su amigo fuera tan sincero, pero todavía conservara la vergüenza.
—Por fin hay alguien que me entiende, es tan difícil, ellos ni siquiera tienen la necesidad de respirar así que podrían estar todo el día y toda la noche sin parar, es terrible, la respuesta que buscas no existe, es He Xuan quien se apiada de mí y decide detenerse para que yo pueda dormir... Aunque con los niños... Las cosas se complican bastante.
—Entonces supongo que debería cuidar mis palabras y no proponer nada que no sea capaz de soportar, entiendo.
—Aunque tú tienes mucha resistencia física, eres un oficial marcial, tal vez podrías intentar seguirle el ritmo...
—Mmmmm
—¿Papi qué cosas pueden hacer los supremos sin parar? Yo también quiero ser un supremo— la voz de He Deming sorprendió a ambos adultos.
—Nada, nada, solo ve a jugar al salón, no deberías tener a tus invitados esperándote...
Cuando Shi Qing Xuan envió de regreso a su hijo, el niño comenzó a gritar que quería ser un supremo y no parar día y noche, los invitados en el salón se sintieron un poco confundidos por sus palabras.
Las personas en la cocina, ya no querían regresar al salón.
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Días luminosos
FanfictionContinuación de "La segunda oportunidad del maestro del viento" He Xuan y Shi Qing Xuan se encaminan en la aventura de intentar formar una familia, enfrentándose a dudas, temores y eventos emocionantes y divertidos que aunque resultan todo un desaf...