45- Desesperación

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Al final la presencia de Shi Wudu había sido bastante provechosa, ya que a pesar de que Xie Lian tenía toda la disposición, realmente no sabía cómo hacerse cargo de niños tan pequeños, por lo que entre ambos hermanos se dividieron las tareas de cambiar pañales, bañar y cuidar a los mellizos.

El príncipe heredero por su parte tomó nota de cómo hacer todo lo que no estaba dentro de sus capacidades para poder ayudar en el futuro, y se mantuvo alerta para cuidar el perímetro de cualquier peligro.

—Les agradas bastante...— murmuró Shi Qing Xuan mientras daban un paseo.

—Es un alivio que así sea, de lo contrario no habría podido ayudar mucho... Sabes, se parecen mucho a ti cuando eras bebé, si no fuera por el color de sus ojos creería que retrocedí en el tiempo— dijo Shi Wudu mientras cargaba tranquilamente a su sobrina.

—También se parecen mucho a He Xuan... Espero que él se encuentre bien... Si algo le pasa yo...

La dama del viento no pudo terminar su oración, ya que Xie Lian había comenzado a jugar con He Deming haciéndolo reír a carcajadas, al parecer Ruoye simpatizaba con los pequeños, moviéndose de un lado a otro para llamar su atención.

Shi Qing Xuan soltó un suspiro.

—No debes preocuparte demasiado, él es una persona extremadamente fuerte y determinado, nada malo le ocurrirá, y menos sabiendo que ustedes lo esperan, solo ten paciencia— la consoló el mayor.

Mientras caminaban se acercaban a una pequeña laguna artificial llena de flores de loto, debían pasar por un pequeño puente para llegar a la zona del jardín, pero antes de llegar allí los niños que siempre acompañaban a Shi Wudu vinieron a llamarlo para resolver un asunto del monasterio. El mayor entregó a su sobrina de vuelta a los brazos de la madre, y al ver esto el hermano menor también quiso estar con mamá.

A Xie Lian no tuvo más remedio que acompañarlos de cerca mientras cruzaban el puente, algunos niños que habían venido a hablar con Shi Wudu los siguieron también, pero ante de poder siquiera saludarlos, los niños los empujaron al agua sin previo aviso, al mismo tiempo quienes charlaban con el mayor, lo habían atacado por la espalda enterrando múltiples cuchillos en su cuerpo.

Se suponía que era solo una laguna, entonces ¿por qué no tocaban el fondo? Y por más que lo intentaban no podía salir a flote. Shi Qing Xuan estaba desesperada, no le importaba ahogarse ella misma, pero sus hijos definitivamente debían sobrevivir, por lo que los levantó sobre su cabeza mientras pataleaba, esperando que alcanzaran la superficie.

Por instinto comenzó a llamar a su esposo pidiéndole ayuda, sin importar que él estuviera en una batalla, pero nadie pensaría, que aquel temible enemigo aparecería sobre el puente acariciando los hombros de los niños, satisfecho, tomó a los bebés que lloraban en la laguna y dejó a esas dos personas soltar burbujas en lugar de gritos.

Apenas él se perdió de vista el lago volvió a la normalidad liberando a sus prisioneros, y aunque ambos tenían todavía agua en sus pulmones lo primero que hicieron fue preguntar a los niños a dónde se había ido aquella persona.

Los niños comenzaron a llorar desconsoladamente.

—Lo siento... Él dijo que si no la empujaba mataría a mi hermanito— lloraba una de las niñas.

—Él me mostró pesadillas, quemaría todo el monasterio, no quería que esto pasara, perdón... Perdón...

—Tenía miedo... No pensé que ustedes no sabían nadar— balbuceaba el más pequeño mientras frotaba sus ojos llenos de lágrimas.

—¡DÓNDE SE FUE! ¡DÓNDE SE LLEVÓ A MIS HIJOS! — gritó la dama del viento con los ojos rojos llenos de ira.

Los niños estaban confundidos, señalaron diferentes direcciones y uno de ellos simplemente encogió sus hombros.

Tal vez si no hubiera sido por que Xie Lian notó que Shi Wudu estaba en el suelo ensangrentado, no habrían podido escuchar una tercera versión, aunque escupió sangre al hablar, el mayor no dudo en hacer el esfuerzo.

—Cruzó el puente y se desvaneció, se llevó a los bebés... Lo siento... Yo no...

—¡HERMANO! — Shi Qing Xuan pasó de la ira a la sorpresa al encontrar a su hermano mayor en tales condiciones —HERMANO NO HABLES, TIENES QUE PONERTE BIEN, TIENES QUE AYUDARME A ENCONTRAR A LOS NIÑOS, MIS HIJOS, MIS BEBÉS...

Shi Qing Xuan tomó el cuerpo de su hermano y comenzó a mecerse con nerviosismo, era como si todas sus pesadillas se presentaran al mismo tiempo.

—Tranquila, los grilletes no le permitirán morir, aunque sienta dolor, estará bien si lo ponemos en un lugar seguro.

—¡QUÉ LUGAR ES SEGURO AHORA! ESOS MOCOSOS LE HICIERON ESTO Y AYUDARON A JUN WU A SECUESTRAR A MIS BEBÉS, TODO ESTO ES UN DESASTRE... NO PUEDO... YA NO PUEDO...

Los sollozos de Shi Qing Xuan la hacían sacudir sus hombros y empeñaban su vista, se sentía totalmente vulnerable, incluso aunque quería buscar a sus hijos no tenía ni una sola pista por la cual comenzar.

Tanto era su dolor que no se dio cuenta cuando los demás llegaron, solo cuando He Xuan la tomó entre sus brazos pudo volver a la realidad.

—Cariño... Lo siento... Los perdí otra vez...— susurró entre lágrimas mientras escondía el rostro en el pecho de su esposo.

—Tranquila, vamos a encontrarlos, no te preocupes— He Xuan besó su frente y acarició su espalda, dejando que soltara toda la tristeza de su corazón.

Rápidamente los demás habían puesto manos a la obra, Shi Wudu fue atendido por el guardián, quien se encargó de sus heridas y lo llevó a un lugar seguro. Qi Rong había puesto a los niños involucrados en reclusión, a la espera de poder definir qué hacer con ellos. Hua Cheng por su parte solo podía prestarle atención a Xie Lian, se sentía sumamente frustrado de haber caído nuevamente en la trampa del enemigo, ya que mientras ellos eran emboscados de esta cobarde manera, los supremos habían luchado hasta el cansancio, pensando que al fin habían derrotado al enemigo, debían haber sospechado que esa victoria era demasiado fácil y que el verdadero Jun Wu tenía formas menos honestas de resolver sus asuntos.



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Comentario de la autora~

Que capítulo más difícil de escribir, el imbécil de blanco me cae mal, me cuesta pensar en qué cosas haría, este capítulo tuve que reescribirlo porque la primera versión no me convenció ñe


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