30- Calamidades

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Para los mellizos era algo normal quedarse al cuidado de papá, aunque este fuera un clon realmente no tenían cómo notar la diferencia, de lo que si se daban cuenta era que ya no estaba mamá, y como era de costumbre comenzaron a buscarla con su mirada.

Deming hizo un puchero triste, pero su hermana era mucho más directa y energética, y en lugar de advertir, comenzó a llorar a todo pulmón, He Xuan intentó calmarla, pero para eso tuvo que dejar al niño en la cuna, el cual terminó contagiándose de su tristeza y sintiéndose solo.

Dos bebés llorando en el palacio del viento, el escándalo era importante y en la capital celestial jamás se había escuchado el llanto de algún bebé, preocupado de que esto incomodara a otras deidades el guardia ofreció una mano para hacerse cargo del niño.

—Mantenlo entretenido mientras reviso a la niña— ordenó el maestro del agua.

—Por supuesto...— contestó rápidamente el guardia y comenzó a hacerle caras divertidas al niño, lo cual al menos hizo que dejara de llorar —Mi señor... Las cosas se han vuelto cada vez más complicadas a causa de todos los fantasmas que andan suelto, creo que tal vez deberían considerar tener un refugio en caso de emergencia o al menos un escape rápido.

—No te preocupes, lo tenemos todo bajo control— los ojos de He Xuan miraron a la puerta que conectaba con su isla, si las cosas se ponían difíciles siempre podían ir a su segundo hogar.

Mientras tanto en la asamblea que había convocado el emperador celestial, intentaban resolver demasiadas solicitudes, inculpados que querían limpiar su imagen, y otros que querían cobrar venganza por sus propias manos, pero sin duda lo más impresionante fue la aparición de quien había sido mentor de Xie Lian, aunque los maestros del viento y el agua apenas entendían todo lo que estaba pasando, al parecer esa persona estaba directamente involucrada con el príncipe de Wuyon, aquel reino que había caído en desgracia por el monte Tong Lu hace cientos de años.

Aquella persona aseguró que el príncipe y el supremo vestido de blanco eran la misma persona y que además, estaba en el gran salón frente a él. Todos los oficiales se alborotaron especulando que el príncipe heredero Xie Lian podría ser aquella temible calamidad, incluso él se sintió asustado de que su alma estuviera dividida.

—¡Xie Lian no los escuches! — dijo Shi Qing Xuan alzando la voz entre la multitud.

De pronto el mentor robó una espada y todo parecía indicar que quería atacar al emperador, sin embargo, lo que pasó fue que en el reflejo de la espada se pudo ver el verdadero rostro del emperador, un hombre joven y refinado, pero con terribles marcas en su piel, pequeños rostros se asomaban sobre su cara y el terror dejó a todos los oficiales fríos del miedo, en ese lugar no había nadie que se atreviera a hacerle frente.

Todo estaba claro ahora, Ling Wen apareció vistiendo al brocado inmortal para escoltar a todos hasta sus aposentos, el fantasma feto se abrazó a la pierna de Jun Wu y aunque lo intentaran, no había escapatoria, la capital celestial era su territorio, solo les quedaba seguir sus reglas.

—Ustedes, me alegro de que no se hayan involucrado demasiado en esto, los visitaré más tarde, tengo que darles mi bendición a los nuevos hijos del cielo— dijo Jun Wu en un tono tan amable que les causó escalofríos.

—El emperador no debería tomarse tantas molestias, al parecer tiene muchos asuntos importantes que atender ahora mismo— respondió con tranquilidad He Xuan —Ahora si nos disculpa, iremos a nuestros aposentos.

El paso de He Xuan era calmado, pero apenas salieron del gran salón comenzó a correr llevándose a Shi Qing Xuan del brazo, ni siquiera cruzaron palabras con Xie Lian, el maestro del viento comprendía que algo malo pasaba, así que corrió a toda velocidad hasta su palacio.

Al llegar encontraron los restos del clon de He Xuan hecho cenizas, todavía ardía una pequeña llama verde sobre el piso, la puerta que conectaba a su isla estaba hecha añicos y en la cuna, ya no había ninguna lamparita.

—Mis bebés...— murmuró Shi Qing Xuan con los ojos llenos de lágrimas.

—Qi Rong...— He Xuan pronunció ese nombre lleno de ira.

Pero aunque su primer instinto fue desplegar sus poderes para ir a buscarlos cuanto antes, no pudieron usarlos, Jun Wu ya había puesto barreras en toda la capital celestial, todos los oficiales eran sus prisioneros.



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Comentario de la autora~

Hablando de bebés, no tenemos bebés... Así que cómo vamos a malcriar a los sobrinos, la respuesta es clara, no lo haremos.

En otras noticias, les traje una acuerela de Deming uwu


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