Capítulo 5

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No podía creer lo que estaba sucediendo, no podía darle un nombre concreto a lo que estaba sintiendo en estos momentos. Verlos marchar juntos cuando tenía que ser quien estuviera a su lado me dejaba un mal sabor de boca. Fui tras Melanie para que me explicara qué sucedía, ya que, en cinco años, Cassandra jamás había montado un espectáculo como este. Sin embargo, yo era el único culpable.

La estaba llevando al límite de sus emociones, claro que me daba cuenta de las cosas que hacía por mí, no era un ciego. Pero algo en mi interior era el que me alejaba de ella, no me permitía acercarme de lleno, quizás era la culpa de que durante cinco años le he sido infiel mientras ella simplemente se desvive por mí. Se encontraba en el lugar donde nos reuníamos, era un sótano en el estacionamiento.

Estaba inquieto y más al ver como Cas botaba sangre de su mano, algo muy malo debió pasarle con anterioridad, por ello Jorge me había dicho que la detallara, pensarlo me hacía hervir la sangre, él sabía cosas que yo no, bueno si, pero no les prestaba atención. Verlo detallarla de hombre a mujer no me gustó para nada, era como tener una competencia, pero ¿competencia de qué? Si yo mismo me encargué año tras año de herirla sin ningún motivo.

Los aniversarios siempre los olvidaba y cuando llegaba a casa después de estar con Melanie, la cena servida toda helada con las velas acabadas y una botella de vino caliente. Y ella dormida con sus ojos hinchados. Pero más vergonzoso era ver como se levantaba y me trataba como si nada pasara, me acomodaba mi ropa, preparaba mi desayuno, y me despedía con una hermosa sonrisa.

He sido un cerdo de mierda, como podía hacerle eso a ella. Que solo vivía para amarme e intentar agradarme, nunca me recriminó mis llegadas tardes, ni mucho menos mis camisas manchadas, qué clase de imbécil he sido durante tanto tiempo. Merezco ir al infierno por lastimarla de esta manera, y recordar la advertencia de Jorge, algo en mí se removía y no sabía que era.

Sentí como unas manos recorrían mi cuerpo, sabía de quien se trataba, no iba a negar que ella sabía cómo tocarme para encenderme, pero extrañamente en ese momento no sentí nada. Estaba molesto por las cosas que torturaban mi cabeza.

—Explícame qué pasó en la oficina —pedí mientras la alejaba de mí.

— ¿Qué te pasa? Tú nunca me rechazas.

—Siempre hay una primera vez —comenté sin ánimos de discutir—. No cambies el tema y explícame que pasó.

—Que tu mujer está celosa de mí y quiere despedirme por eso, eso pasa.

—Conozco a Cassandra, y sé que ella no haría eso al menos que tuviera un verdadero motivo.

— ¿Estas dudando de mí?

—Sí, lo hago, porque para hacer un espectáculo como el de arriba tras años de tenerte aquí sabiendo de lo nuestro, lo confirma.

Melanie me miraba con rabia, nunca antes habíamos tenido una discusión por algo parecido, pero últimamente muchas cosas estaban cambiando y eso me tenía un poco mal, ya que yo mismo le había prometido que después de devolver y solidificar la empresa de mi padre me divorciaría, en cambio, ya ha pasado mucho desde entonces y no he realizado nada de lo que prometí. Y no me explico por qué.

Ella se acercó besándome y tocando mi entrepierna haciéndola reaccionar, ella desabrochaba mi camisa mientras yo hacía lo mismo con la de ella tocando sus pechos. Me mordisqueaba el cuello haciéndome gruñir, la sentí arrodillarse y darme placer, sabía lo que hacía y me agradaba, la monté en la mesa que estaba allí para abrir sus piernas y comerme su sexo, ella jalaba mi cabello pidiéndome más mi miembro estaba duro así que bajé mi pantalón lo suficiente para penetrarla y acabar con mi tortura.

Soltar #PGP2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora