Capítulo 26

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No sabía lo que era amar, nunca conocí lo que esa palabra significaba, el único amor que conocía era el de mi madre, padre y nana. Eran amores incondicionales y opuestos a lo que estaba comenzando a sentir. Y no era nada comparado con aquello que creí sentir. Sí era amor, pero no el verdadero el correspondido.

Todos los amores son diferentes, y cada vez que intentamos amar de nuevo, se vuelve completamente nuevo y diferente, porque reaccionamos diferente con cada persona. Por ello no puedo comparar ninguno de los sentimientos. Jorge ya se había ido mientras yo me quedaba para prepararme, me sentía un poco ansiosa por lo que haría esta noche, era tan nuevo.

Realmente me sentía perdida. No sabía que estaba bien o mal, si podía hacer una cosa u otra. Pero me prometí soltar, dejar los miedos y complejos que me ataron a ser una persona miserable y sin amor propio, todavía me quedaba un camino largo por recorrer, porque todavía no supero lo de Ben, y lucho de manera diaria por no sentirme mal por seguir viva. Nadie podrá darme una respuesta del por qué pasaron las cosas así, por ello no debía seguir indagando y martirizándome.

Lo único que sabía de esta noche era que estaríamos en la playa, así que rebusqué en mi armario, y busqué un vestido cómodo y adecuado para la ocasión. Nada me convencía, quería estar radiante e impresionarlo. Hasta que por fin uno coqueto y acorde.

Era negro floreado, con una abertura en medio de los pechos y la pierna derecha, junto con la espalda descubierta. Hacia un poco de frio por la hora así que me coloque un chal a juego. Mi cabello estaba corto, pero logré rizarlo para darle un matiz diferente.

Maquillarme no fue una opción solo coloque lápiz labial rojo y delinee mis ojos para resaltar. Me sentía satisfecha y cómoda al mismo tiempo. Al estar a fuera ya me esperaban para llevarme al sitio, chofer y todo.

Jorge de verdad que supo hacer las cosas. Íbamos de camino y admiraba la noche, era simplemente perfecta, no había luna, pero si estrellas en su lugar, un panorama perfecto, bajé la ventanilla aprovechando que no íbamos a una velocidad súper rápida, y tomé un par de fotos. Era inevitable no hacerlo.

Llegamos bastante rápido, me abrieron la puerta y la misma persona me acompañó, me guiaba y parecía sorprendente y mágico como estaba adornado el camino, faroles en forma de flor de loto iluminaban todo, así como pétalos de flores rojas y blancas. Obviamente yo iba fotografiando todo, porque no quería olvidar nada de este día.

Al final del recorrido el chico se despidió con una inclinación dejándome a la vista del mar, la entrada tenía un arco de flores y al frente se encontraba una especie de carpa blanca, en medio colgaba una de las farolas dándole iluminación, la mesa estaba adornada con velas dentro de frascos para evitar que se apagaran con el viento.

Caminé de manera hipnótica observando cada detalle, viendo como se había esmerado para que esto se viera así de espectacular. Miré a Jorge, como estaba absorto con el cielo, y así de espaldas se veía hermoso, un jean con una camisa de lino blanca, pese no hacia tanto frío como esperaba, se sentía cálido el lugar.

Se giró y me miró. Esos bichos raros en mi estómago estaban haciendo su trabajo dejándome nerviosa, su sonrisa era tan envolvente que hacía que mi corazón fuera a mil por segundo, ambos caminábamos para encontrarnos y quedar cerca uno del otro.

—Estás hermosa mi Cassi —halagaba este tomando mi mano y darme un beso en ella.

—Gracias, y usted siempre tan elegante mi caballero.

—¿Te gustó? —preguntó con inseguridad, se veía tan tierno.

—No, la verdad no —manifesté de manera simple viendo como su rostro se descomponía—, me encantó mi amor, esto esta simplemente maravilloso.

Soltar #PGP2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora