Capítulo 35

436 16 0
                                        

Estaba maravillada por todo lo que había aprendido y visto en estando con mi novio, verlo en su mundo era otra cosa, presenciar ese cambio de personalidad y actitud, era cosa totalmente admirable. Lo amaba como no tenían idea, pese que había amado, y sí lo hice, solo que fueron amores diferentes, y ahora lo comprendía.

Haber encontrado el amor real me dio la perspectiva de manera distinta, y me hace apreciarlo cada día que paso junto a este hombre. El amor no debe doler, y con eso no quiero decir que no deba haber problemas, claro que los hay y los habrá, porque pese de vernos así de felices, sabíamos cómo resolver nuestras diferencias, no éramos la típica pareja, que tenían que insultarse para dar su punto de vista,

Al contrario, nos sentábamos y exponíamos nuestras diferencias, lo que queríamos de verdad, pero jamás nos insultábamos, si alguno de los dos perdía los estribo, solo decía, "ahora no" y se marchaba a respirar y luego ya más calmados, platicábamos.

Me enseñó a no ver el amor como algo que no deba ser destructivo, es algo que te enseña, que te reconstruye. Pero jamás debe destruirte y si lo hace, es porque nunca fue allí. Teníamos dos días paseando y lo acompañaba en las sesiones, para mí era maravilloso, porque aprendía cada vez que iba, hasta incluso me dejaban colaborar con ideas.

Me encontraba un poco nerviosa y ansiosa, porque esta noche teníamos la visita a una galería, se presentaba un amigo nuestro que teníamos años que no veíamos, y para mi suerte era uno de los mejores en la rama de la fotografía, no esperaba nada. Solo que admiraba su trabajo, fue mi amigo de infancia, y verlo triunfar en algo en lo que yo también soy buena, me daba como esa espina, yo también quiero hacerlo.

Pero el sentirme insegura sobre mí, y mis habilidades, era mi maldito freno. Y lo odiaba. Porque no estaba mal que admitiera que era buena, no estaba mal que admitiera que tengo habilidades y puedo con muchas cosas. Eso no era ser egocéntrica, era ser consciente de lo que soy como ser humano.

Temía a eso, que me criticaran y dijeran esas cosas de mí, que tenía el ego por las nubes. Cuando no era cierto. Estábamos en el hotel y por hoy hicimos cambio de cuarto, para que nosotras pudiéramos vestirnos juntas y platicar.

—Gracias por estar aquí Sofi, —dije mientras la ayudaba con la cremallera del vestido.

—No seas tonta, no tenemos todos los años del mundo conociéndonos, pero puedo ver y reconocer a una persona buena cuando la veo, y tu Cass, lo eres, eres más de lo que te permites —indicaba ella dejándome algo sorprendida—. No me mires así, sé que tienes muchos miedos, puedo verlos. Y por ello antes de que salgamos por esa puerta quiero que me prometas, que pase lo que pase, no dejarás pasar las oportunidades, tienes miedo y es normal. Solo hazlo, con miedo, pero hazlo, mas no dejes de intentarlo.

No entendía el contexto, porque sabía que algo pasaría esta noche, pero no tenía ni idea de qué, igual sus palabras llegaron hondo, era verdad. Vivir con miedo era normal, porque todo al fin de cuentas en la vida termina siendo nuevo, ya que, de alguna forma, cuando te levantas para un nuevo día, no sabes lo que te espera, y pese de la rutina, siempre habrá algo que termina de hacer tu día diferente.

—Gracias por tus palabras, pecosa, te quiero pese de no tener los años del mundo, valoro que estés aquí, que hayas tomado tus cosas, a tu novio y viajar conmigo a este lugar, eres más de lo que imaginé y agradezco enormemente que hayas llegado a mi vida.

—Estúpida no, mi maquillaje, no me hagas llorar —Nos reímos por ese comentario, y la volví a maquillar.

♥♥♥

Me sentía empoderada, no lo iba a negar, este vestido era totalmente espectacular ser alta era una bendición cuando llevas vestidos, era de color vino tinto así estilo bandeja en parte superior, pero con escote corazón, era bastante atrevido y con una abertura en la pierna derecha. El cabello me había crecido y lo llevaba por los hombros, había sacado algunas mechas cenizas y resaltaban mis ojos, de verdad me veía diferente, y en cierta forma me sentía diferente.

Las palabras de Sofía, me hicieron ver muchas cosas, así que no cerré mis ojos a lo que sea que me tenían. Jorge no paraba de verme, eso me encantaba, había logrado lo que quería, sentirme deseaba de esa manera no tenía comparación, ver como sus ojos se desviaban de vez en cuando sobre mi escote o mis piernas, ¡rayos!, era excitante.

—No me cansare de decir lo hermosa que estás, mi Cassi —indicaba Jorge, mientras me daba un pico rápido para no quitar mi pintalabios.

—Gracias mi amor, te amo.

Sabía el efecto de esa palabra en él, y trataba de decirlas cada vez que podía. No quería que fuera tarde o hubiera arrepentimiento y decir "lo fuera dicho más veces", me abrazó para llevarnos al centro del lugar y encontrarnos con nuestro querido Donato, así le decía yo.

—Eres el hombre más afortunado del mundo —indicaba esa voz con acento italiano a nuestra espalda—, los años no pasan sobre ti querida gatubela.

No pude evitar reírme por ese apodo, de verdad que lo había olvidado. Me acerqué y lo abracé, había sido mucho tiempo, y verlo todo realizado y elegante me llenaba el pecho de orgullo.

—De verdad eres un caso, Donato, no vas a cambiar —expresé mientras me alejaba.

—Eso no tendría sentido si cambio, ese es mi encanto particular —aseguraba haciéndonos reír.

—Te voy a presentar a mis amigos, Sofía y Matías —indiqué señalando.

—Esto me hace sentir muy solo, parejas a donde quiera que voy —decía este con ese dramatismo característico.

Estos se presentaron y platicaron mientras yo me iba a pasear por el lugar, las obras de Donatello, eran fascinantes su estilo era tan único de verdad era maravillo, el decorado del lugar, dejando las luces tenues y todo bien iluminado en cada cuadro fue algo único y llamativo. Pude notar que tenían varias obras tapadas con una manta negra. Todos estaban expectantes, al parecer era una nueva persona que él ayudaría.

—¿No te gustaría que tus piezas estuvieran aquí? —preguntó mi amigo sobresaltándome.

—No me asustes así, tonto, ¡claro!, es lo que más me gustaría, tardé años en comprender y no quisiera perder más el tiempo

—Cassandra, vi tus maquetas. Y las amé, pese que no sean mi estilo —Me sorprendió escuchar eso—, tienes demasiado talento, puedes estar segura que si lo intentas puedes llegar lejos, aquí en estas mantas, están tus obras, Jorge habló conmigo desde que llegó y me entregó tu maqueta para que la evaluara, y Cass, no es porque él sea mi amigo o ambos lo sean, pero me gustó lo que vi allí.

» Me senté, y comencé a divagar en lo que tenías, escogí las que más sentimientos tenían y están aquí abajo. Solo tú eres quien elegirá si quieres seguir por este camino, porque estoy dispuesto a abrirte paso si así lo deseas.

Sus palabras taladraban mi cerebro, era algo que no podía procesar así por así, estaba totalmente calada y sin salida. Miré en la dirección de mis amigos y mi novio. Lo quería matar, estaba claro. Porque no podía pensar bajo presión. Pero también sé que era la única opción para que no pensara demasiado y lo dejara pasar, ahora entendía lo que Sofía me decía, ella también estaba al corriente también y por ello estaba aquí, conmigo.

Quería llorar por ese gesto, por estar a mi lado si decidía seguir adelante...


Soltar #PGP2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora