Capítulo 29

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Después de haber ido a ese bar, me tomé solo unas copas de vino, porque tampoco era que fuera muy tolerante al alcohol, debía conocer mis límites. Fui al restaurante para comer todo lo que me gustara de la carta, nunca fui una mujer de paladar exigente, todo lo contrario. Me conformaba con lo más sencillo que la vida me podría brindar.

Si me miraban extraño cuando comía y pedía otra cosa, tenía hambre como hacia tanto no la sentía, así que aproveché esa sensación para hacerlo. Pedí los postres para llevar. Estaba totalmente satisfecha, cuando estaba a punto de arrancar una video llamada de Jorge entró.

—¿Cómo se siente mi novia hoy? —preguntó de inmediato.

—Triste porque no estas, pero feliz por todo lo que pasó hoy, sin embargo, no puedo admirar tu hermoso rostro porque voy a manejar.

—¿Por qué tan tarde? ¿pasó algo? —preguntó asustado.

—Tranquilo amor, no pasó nada, solo que hoy me provocó pasear un rato y por aquí ando rodando todavía.

—Eso me tranquiliza, ten cuidado por allí y no te quedes hasta tarde y no conduzcas ebria ¿ok?

—Sabes que eso no lo haría me tomé unos tragos, pero eso pasó gracias a la comida.

—Lo sé, solo quiero ser protector.

—Y eso me encanta. Te llamo cuando ya esté en casa. Te amo.

—No sabes cuánto amo escucharte decir eso. También te amo.

Era maravilloso escuchar esas dos pequeñas palabras, me hacían sentir que tenía el mundo en mis manos, era tan sublime, que realmente esperaba que todo esto no terminara jamás, pero había comprendido que nada es para siempre y el amor es efímero queramos a no. Solo perdurara si se cultiva, de resto muere como todo en el mundo.

Bajé el capó, y sentir la brisa de la noche era reconfortante. Como una película todo pasó por mi mente desde que conocí a Ben y a Jorge, las cosas que hicimos, esos momentos que vivimos, como sentí esa conexión con él y la ignoré, las cosas que había hecho por mí. Fui bastante ciega la verdad, pero nunca era tarde mientras siga viva.

Llegué al estacionamiento, de verdad agradecía el haber comprado aquí cerca de la playa, podía decir que era mi lugar de respiro, de sanación, al subir las escaleras me quedé en el banco que había puesto en el pasillo antes de entrar y observar todo. Me daba nostalgia entrar a esa casa vacía, siempre nana estaba conmigo, y ahora que tampoco estará me hacía sentir triste.

Claro que me alegraba por ella y tal como lo había dicho me emocionaba que por fin encontrara a alguien que la quisiera de verdad, y sé que Fernando cuidará de ella, mejor de lo que cuida de sí mismo. Acomodé el mueble para que quedara de espaldas a la playa, quería que Jorge la mirara mientras hablábamos. No quería despertarlo tan temprano, ya que la diferencia horaria era larga, pero sabía que si no lo llamaba se preocuparía más.

—Estaba preocupado —fue lo primero que dijo al responder.

—No tienes de qué, estoy bien, simplemente quería saber que se sentía el salir sola, divertirme —expresé mientas acomodaba el teléfono en el trípode.

—Extraño el mar, es relajante, ¿y cómo te sentiste?

—Por eso me coloqué en esta posición, para que disfrutaras un poco de las vistas —sonreí—, se sintió extraño, pero bien. Muchos chicos intentaban flirtear conmigo, y los dejaba para poder ver cuáles eran sus artimañas, pero que va, son unas porquerías, al darse cuenta de las negativas, insultan, insisten, se alejan etc, pero no hay alguien que solo se te acerque de manera que solo se conforme con un trago y ya, que realmente no hay la necesidad de llegar a la cama.

—Ese es el mundo real mi Cass, lamentablemente los hombres hoy en día o casi siempre para ser más franco, no han pensado con el cerebro, solo les funciona una sola cabeza y ocurre eso que sentiste hoy. Hacen que las mujeres se decepcionen y dejen de creer que pueda existir un solo hombre con buenas intenciones.

—¿Todos los hombres piensan en coger? —pregunté de la nada, porque me parecía absurdo.

—Sí, es la naturaleza humana la verdad, yo lo hago, que no lo lleve como algo primordial a mi vida, no quiere decir que no lo piense o necesite. Solo que en su mayoría piensan que primero deben entrar en el cuerpo antes que en el corazón.

—Eres único.

—La verdad no tengo nada de especial mi niña, solo que la vida te enseña y tenemos dos opciones aprender o seguir cometiendo errores con lo que ya debimos aprender —explicaba mientras se acomodaba en la terraza dándome una vista preciosa de la zona y más con el sol apareciendo.

—Me gustaría visitar Roma.

—Ven entonces, aquí te espero.

—Lo digo de verdad.

—¿Y de cuando acá yo miento? —preguntó levantando su ceja como de costumbre.

No quise responder de manera inmediata, si sentía que me hacía falta alejarme un poco de aquí, despejar la mente de los malos recuerdos y recrear momentos que me acompañen en mi vejez, cuando mis nietos me pregunten qué tan emocionante fue mi vida, decirles, que al principio no fue color de rosa, pero con el tiempo, todo fue mejorando, que nada sea bueno o malo era para siempre, sin embargo, disfrute, gocé, reí y lloré.

—¿Qué esperas del futuro? —pregunté de nuevo. Lo vi acomodándose más y pensar.

—Seguir vivo —Lo miré extraño por esa repuesta —, bueno mi amor, cuando digo eso, es porque aprendí que la vida es corta, pasamos nuestras vidas pensando en el futuro que no pensamos en el ahora, porque eso es lo único seguro que tenemos mi Cassi. Cuando pasó lo de Ben, lo comprendí más aun, no me pasaba por la cabeza el hecho de que siendo tan joven se fuera ido de nuestras vidas de manera permanente.

» La sociedad también influye en eso, cuando nos meten el chip de que debemos seguir este patrón, estudiar y graduarte, tener esa carrera y trabajar, estabilizarte, y ya luego tu familia. Sin embargo, mientras hacemos todo esto, invertimos tiempo y nos olvidamos de lo más importante. Disfrutar de la vida y del camino para llegar a ese propósito.

» No digo que esté mal, solo que muchos se empeñan en seguir eso, y no nos damos cuenta de la cantidad de fracasos que vemos por solo pensar en el que dirán, y yo no quiero ser así, por ello no me enfoco pensando que puedo hacer más adelante, porque me frustraría ver que llegado el momento mirar atrás y darme cuenta que no lo logré.

» Si tengo metas y objetivos, pero no me las planteo para un tiempo simplemente si llegó el momento de hacerlo hoy, lo hare sin pensar que eso es mejor para después, porque no sabré si ese después no llega, así que las oportunidades que se me presenten las tomo, siempre y cuando no dañen a nadie a mi alrededor, porque esa es otra, tomamos decisiones precipitadamente que no nos damos cuenta que a nosotros nos hacen feliz, pero a otros los hacen miserables. No siempre tenemos que hacer feliz a los demás y dejarnos por debajo, es contradictorio, pero aprendí que, si a mí me hace feliz, a los que están conmigo también le hará feliz, y quien se veas ofendido es porque simplemente no quiso mi felicidad.

Escuchar esas palabras, me hizo abrir los ojos para darme cuenta de lo mucho que me había perdido de la vida, de lo poco que había vivido, de lo mucho que me dejé influenciar. No era tarde, todavía tenía una oportunidad, y Ben me la dio. Miré al cielo observando las estrellas y entre ellas había una grande y súper brillante que titilaba con fuerza, y sentía como si Beni estuviera bailando en el cielo porque pude darme cuenta al fin el por qué de las cosas. 

Soltar #PGP2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora