Capítulo 37

359 10 0
                                    

Fueron muchas las emociones dejadas y encontradas en Roma, de verdad que más orgullosa y contenta no podía estar. Mi novio había hecho por mi todo lo que yo me negaba, y pese de ser de una manera equivoca, no dejo de agradecerlo. Porque yo misma sabía que sería la piedra de tranca en mi camino, todavía me faltaba tener confianza en mí para poder tomar las cosas sin llevarme tanto tiempo y terminar arruinándolo todo.

Después de que Jorge, terminara toda su agenda nos regresamos todos juntos, sin embargo, el tiempo que nos quedaba, Dona me pulía me instruía como mi maestro que era. Al regresar lo hacíamos por video llamadas y así iba aprendiendo, luego de esa noche mi rostro ya no era desconocido en el mundo de la fotografía, muchas agencias querían trabajar conmigo, no me sentía preparada para un paso tan grande, más hice acopio de mi propia voluntad y escogía a las más pequeñas, para poder tomar la experiencia, y funcionó.

Eso me ayudó a que muchas más empresas solicitaran mi trabajo, monté mi propio taller y con la ayuda de mi maestro, hicimos varias exposiciones. Saliendo de las sombras poco a poco, no era fácil lidiar con todo esto y Jorge, porque nuestras agendas estaban completamente dispares, y más cuando se dio a conocer que era mi novio. Muchos portales hablaban de la pareja perfecta, el modelo y ella fotógrafa.

No iba a negar que una que otra campaña lo acompañé, y fui la que plasmó su belleza en varias vallas, me sentía orgullosa de mi novio, era bello en todos lo aspectos. Esos ojos miel eran mi debilidad, así como los míos la suya. Se cumplía un año de la muerte de Beni, y todavía se hacía difícil, estábamos reunidos todos para ir al cementerio y darle nuestras nuevas noticias.

Estaba sentada en la arena mientras esperaba que me avisaran que nos pondríamos en marcha, estaba sola, Jorge se encontraba en su casa. Amábamos estar juntos, pero también amábamos el estar solos, era como nuestro ritual de vez en cuando. No diré que siempre ya que de cierta forma sus viajes y los míos nos separaban más, pero en momentos así, tratábamos de darnos nuestro espacio. Y más en este día.

Miraba el cielo y el mar como se unían a lo lejos y recordaba esos ojos que alguna vez amé, porque si lo hice, lo hicimos. Solo que nunca fue nuestro destino, nunca hubo ese clic, y si fuese estado vivo. Tampoco estaríamos juntos. Jorge, era ese amor real, el que con solo mirarlo todo tu mundo cobra sentido, una caricia despierta lo más prohibido, es la persona que da la sensación de seguridad y anhelo.

Y lo bueno de todo, era reciproco. Porque un amor jamás puede ser unilateral, porque uno mismo sabe si puede o no amar a esa persona, muchos dicen que el amar es un sentimiento, pero hoy en día me doy cuenta, de que es una decisión, uno es quien decide a quien entregar su corazón, uno decide si mantener viva la llama o apagarla.

Había tomado la decisión, de amar a Beni, él me amó de vuelta, pero por haberlo hecho de la manera equivocada, todo había terminado mal, porque esa era otra. El amor no debe doler. Es verdad que no es color de rosas, pero si tienes que rogar amor, tiempo, dedicación y todas y cada una de las bases fundamentales del amor a tu pareja, allí no es, el amor no se ruega.

Lo aprendí con Jorge, él ni si quiera esperaba que abriera la boca cuando ya se imaginaba lo que quería, no era necesario decirle cuando estaba deprimida que no deseaba hablar con nadie, siempre me daba mi tiempo y volvía cuando sabía que era suficiente, porque era lo malo de mis tiempos depresivos, podía pasar semanas estancada, y me negaba a salir, era más fácil lamentarme que levantarme. Y él sabiéndolo, lo hacía por mí.

Amar nunca será un camino fácil y menos teniendo a la persona incorrecta, amar deber ser algo hermoso, que te llene de satisfacción y no de amargura, que aun a través de los años, puedas sentir ese amor puro por ese ser que decidiste amar. Cuando se esté mayor, mirar sus ojos y aun verte reflejados en ellos como si no existiera nada más.

Nos equivocamos en la vida más de lo que nos gustaría, pero es parte de ella, lo importante es no quedarse allí sentado sin hacer nada, no está mal sentirte mal, auto compadecerte, es parte del reconocimiento de uno mismo como persona, lo que está mal, es quedarse sin hacer nada. Todos necesitamos tiempo para sanar, y todos lo hacen a su manera. Nadie es igual a nadie, solo gemelos y en eso, solo de apariencia, pero las personalidades siempre serán su diferencia.

Por ello hay que evitar mirarse en los demás, pasamos por situaciones iguales y similares, pero tu modo no será el mío. Me costaba reconocer ciertas cosas, pero aprendí que el miedo no es malo, es bueno sentirlo porque te indica que es nuevo que estas saliendo de ese confort en el que has vivido, y que estás comenzado a vivir. Pero hay que hacerlo, con miedo, pero hay que hacerlo.

Mi móvil sonó, sabía quiénes eran, habíamos creado un grupo donde estábamos todos para cuando llegaran momentos como estos, eventos familiares, estar al tanto sin dejar a nadie por fuera. Era muy útil estos grupos. Contesté que estaba en marcha, recibiendo la misma contestación de todos.

Tomé la opción de comprarme mi amado Ferrari, era azul rey, era simplemente una bestia. Me sentía la dueña del mundo allí con el viento rozando mi cara, agradecía que hiciera sol para poder disfrutar de estos momentos mágicos. Jorge, me escribió preguntándome si estaba bien, esperé estar cerca de un semáforo para contestarle.

"Más que bien, mi amor, te amo"

Él amaba cuando le decía te amo, recuerdo cuando se lo dije por primera vez en el aeropuerto, sentía esa necesidad. Habíamos pasado por una dolorosa situación y aprendí a decir todo lo que quería y sentía a tiempo, no esperar momentos especiales, porque quizás esos, jamás llegaran.

La ida al cementerio jamás será mi viaje favorito, y pensar que todos vamos para allá. El triste final para todos. Ya los vehículos de los demás estaban allí, me bajé respirando profundo. Sin embargo, mi novio me esperaba en su coche.

—No podía dejarte sola —expresó cuando lo tuve en frente. Mi corazón saltó de la emoción por verlo. Ese día había llegado de viaje.

—Lo sé, te extrañé mucho —contesté mientras lo besaba.

Sus labios junto a los míos, se sentían ideales, nunca pasaba ese gusto por tenerlo así, de verdad que el amor que en mi pecho crecía, era mucho, y a veces daba hasta miedo, pero aprendí a lidiar con él, no podía rehuir de lo que sentía. Nos separamos para ir junto a los demás que nos esperaban. 

Soltar #PGP2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora