Verla llorar es mi perdición, cuando salió de la oficina hecha una furia por culpa de la amante de Benjamín fue la gota que rebosó el vaso. Lo insulté hasta más no poder antes de ir tras ella. Lo que más me preocupaba era la hilera de sangre que dejaba por el suelo, al parecer se terminó de hacer más daño cuando golpeó la mesa, esos hábitos no cambian y me molestaba porque no valía la pena lastimarse hasta ese punto.
Parecía un idiota corriendo tras ella y no poder alcanzarla, cuando llegó al estacionamiento accioné la alarma para que ella se montara. Pero me sorprendió cuando se desplomó con el llanto, nunca la había visto llorar de aquella manera no era justo para ella, lo único que hizo mal era amar a quien no la amaba de la misma manera, no quería que fuera a su casa porque sabía que sería una pelea segura y ya bastaba por ese día.
No iba a negar que cuando aceptó ir a mi casa, mi corazón saltó bailando un buen merengue puertorriqueño. Manejé rápido dejando que la brisa nos acariciara haciendo que el olor del mar nos envolviera, sabía que ella amaba el mar, ambos éramos tan compatibles que me sorprendía tanto. No voy a negar que todo lo que hago es pensando en ella, para sentirla cerca.
Al pasar por acá antes de irme a mi natal país, la vi y me enamoré de esta casa. Estaba en la ubicación perfecta, y decidí comprarla, le pedí a papá que la habitara o que mandara a alguien que la mantuviera mientras yo no estaba. Hicieron un buen trabajo, ya que al saber que llegaría todo estaba intacto y limpio. Pero la razón de comprarla fue para traerla aquí y se divirtiera, muchos años después logré mi cometido.
Verla con mi ropa era algo que no superaría nunca, más lo que deseaba era por arrancársela. No iba a negar que me moría por acariciarla por hacerla mía, que gritara mi nombre y pensara en mí siempre. Era doloroso saber que eso no podía suceder, ya se lo había dicho a Ben, no me quedaría con los brazos cruzados. Esas horas jugando divirtiéndonos y verla reír me hicieron ver que esto era lo que ella necesitaba para ser feliz, y quería ser yo quien se lo diera. Al sentir que se alejaba para estar sola, fue duro. Han sido muchos años de desamor viviendo detrás de un hombre que nunca recordaba los aniversarios, y los cumpleaños mucho menos.
Nada de eso pasó desapercibido para mí, lo sabía todo. Me fui tras ella para abrazarla, y confesarme por primera vez, pero su respuesta fue la que me hizo darme cuenta lo tonto que fui hacía mucho tiempo. Nos fuimos a la casa para cenar ya era tarde y no quería que pescara un resfriado, le permití que se fuera a bañar primero mientras preparaba algo de comer. Sin embargo, no tenía mucho de donde elegir, pero lo poco que tenía podía hacer lo que ella le gustaba cuando adolescente, esperaba que todavía le gustara.
— ¿Qué preparas galán? —preguntaba ella abrazándome por la espalda, eso hizo que mi corazón latiera a mil por horas.
—El emparedado que tanto te gustaba cuando jóvenes.
— ¿De verdad? Todavía te acuerdas de eso —refería ella con impresión mientras me giraba y la abrazaba de frente.
—Preciosa, yo me acuerdo hasta de lo más mínimo cuando se trata de ti, así que no te sorprendas cuando en algún momento, te lleguen sorpresas —referí para alertarla.
—Eres un loco.
Me encogí de hombros mientras seguía preparando nuestra cena. Nos sentamos en el piso como solíamos hacer, era tan agradable recordar estos momentos.
— ¿Cómo te metiste a esto de modelo? De verdad que no puedo creer que salgas en portadas y casi desnudo, eres casi un playboy
—Mira no fue fácil, sabes que soy un hombre de riesgos, si no me gustaba no lo haría, pero de verdad que con el paso del tiempo el viajar estar de un lado para el otro terminó por gustarme —comentaba con sinceridad—. Además, tengo que sacarle provecho a este físico que poseo, ha valido la pena.
—¡Eres un idiota!, pero no voy a diferir de esa afirmación, porque realmente eres un bombón —afirmaba mientras mordía su pan dejándome a mí con la boca abierta, ella no me había dicho algo parecido.
Reí por no saber qué decir mientras ella intentaba no hacerlo, sabía que me había dejado sin argumento. Terminamos de comer para ir a la cama a ver televisión, nos recostamos uno al lado del otro haciendo zapping, no pasaban nada bueno, hasta...
—¡Déjala allí, déjala allí, amo esa película! —exclamaba ella acomodándose para ver Hotel Transilvania uno, no sé cuántas veces hemos visto esa caricatura, y sigue gustándole como la primera vez.
—No entiendo por qué te gusta tanto —dije medio aburrido para molestarla, la verdad era que me gustaba también.
—No te metas con ella, es linda, no puedes ver lo romántico del clic, un amor eterno para toda la vida.
—Claro, son vampiros, cuando ella quiera lo convierte y el clic será eterno.
—Tú no lo entiendes —Sentía que estaba pasando los limites, podía entenderla, porque lo que ella deseaba era ese amor reciproco que no tenía, callé. No podía seguir llevándola por ese terreno.
Sin embargo, no pasó mucho cuando la oí suspirar profundo, se había quedo dormida. Me levanté para acomodarla mejor, me acosté a su lado admirándola. No podía creer que una mujer con todas sus cualidades pasara por esta clase de sufrimiento, era honesta, no se la pasaba haciéndole daño a las personas, o sea tenía trabajando a la amante de su esposo bajo su mismo techo y, aun así, le pasaban estas cosas.
Estiré mi mano para acariciar al contorno de su rostro, vi como una lágrima resbalaba por su rostro, aun dormida no paraba de pensar y de sufrir. La vi acomodarse a mi lado abrazándome, me acosté para que su cabeza quedara en mi pecho y estuviera más cómoda, una oportunidad perfecta para sentir el calor de su cuerpo. Con esa sensación me rendí en los brazos de Morfeo y mi amada.
![](https://img.wattpad.com/cover/308542887-288-k633906.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Soltar #PGP2022
RomansaDesde que lo conoció su sueño siempre fue estar con él, ser su amor, su mundo y su universo. Después de mucho tiempo consiguió estar con él y formar parte de su vida, quizás no de la manera que ella deseaba, pero ya todo estaba hecho. Un matr...