Capítulo 15

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     Me sentía como la mierda, la peor escoria del mundo. Ver la decepción en el rostro de Cassandra fue la muerte para mí y mis intentos de conquistarla. Debería ser una lección, tenía que dejarla ser, ella se había dedicado años enteros a hacerme feliz y la mirara, como ella me miraba a mí. Perdí años valiosos por mi propia estupidez y cuando al final hice lo correcto, la volvía a cagar y esta vez con honores.

¡Soy un maldito imbécil!, una escoria de la vida, cómo pude ser tan idiota en no darme cuenta que estaba actuando mal, qué eso que estaba intentando no era la salida. Lo comprendo al ver el rostro de Melanie, cuando la dejé con esa absurda excusa. Y también al ver la mirada de reproche de Cass.

La perdí, y para siempre. El dolor que sentía era tan grande que el vaso de licor lo terminé por estrellar en la pared cayendo de rodillas dejando fluir las lágrimas amargas que mi alma reprimía. Me sentía vacío sin ningún camino fijado, el rumbo que había planeado se volvió oscuro al ver que no tenía a nadie al final esperándome.

Estaba en la que era mi habitación con Cass, se encontraba casi vacía, se notaba su ausencia, todos los recuerdos vinieron a mi como bloques de cemento aplastándome, como ella dejaba mi cena tapada porque nunca llegaba a la hora para cenar con ella, porque ni eso fui capaz de hacer. Ahora comprendía por qué lloraba el día que la invité a cenar y se emborrachó, nunca la traté como a una verdadera mujer, ni si quiera como una amiga.

Merecía todo lo me pasaba, fui un auténtico, gilipollas. Mis lágrimas caían con tanta fuerza que si fuese posible inundar algo lo fue hecho, el dolor en mi pecho era fuerte demasiado tanto al punto que hiperventilaba. Grité, mi garganta estaba irritada por la manera en que me desahogué, no podía creer como perdí todo lo que tenía, como no valoré lo que la vida me había dado.

Mi teléfono sonaba desde hacía un rato, me negaba a contestar llamadas de la prensa, todo el día han estado invadiendo mi privacidad sin darme un respiro, quería estar en silencio, sin querer activé la llamada y la voz que escuchaba al fondo se me hacía conocida.

—¿Benjamín? Contesta hombre es Jorge —pedía mi amigo, oírlo me reconfortó mucho active la alta voz.

—Dichoso los oídos que te oyen —dije arrastrando un poco las palabras, no me imaginé que estuviera tan borracho.

—Estás borracho Ben, por favor, dime que estas bien —pedía mi amigo con preocupación.

—No lo estoy, ¡maldita sea que no!, me estoy derrumbando Jorge, me estoy cayendo a pedazos, mi mundo se vino abajo y no sé cuándo ocurrió.

Ya en ese punto seguía llorando con desconsuelo, no recordaba lo que era llorar de esta manera, lo hice cuando mi madre nos abandonó sin razón alguna. Eso fue un golpe que nunca superé, quizás es la razón por la que fui un descuidado con el tema a amoroso, pero aun así me enamoré de Melanie y de Cassandra. No sabía cómo hacer para superar todo este desastre.

—Me siento perdido, Jorge, no sé qué hacer, por primera vez en mi vida no tengo un plan, hice una bajeza y me arrepiento. Me arrepiento de no haber hecho las cosas bien desde un principio, de verdad me siento morir —solté sin más necesitaba sacarlo. Estaba hastiado de hacerme el fuerte.

—Lamento tanto oír esto Ben, eres de los hombres más fuerte que conozco y no sé cómo ayudarte en estos momentos, me duele oírte así tan destrozado, pero podrás hacerlo lo podrán hacer, estoy seguro de ello, por favor no te quedes abajo amigo mío, sea lo que sea, jamás ni Cassi ni yo te daremos la espalda —inquiría mi amigo como solo él sabía hacerlo.

Escuchar sus palabras, el saber que realmente no estaba solo me ayudó a no hundirme más de lo que ya estaba, porque realmente lo único que deseaba en estos momentos era desaparecer, y no seguir lastimando a nadie más.

Soltar #PGP2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora