Inducción |h.s

Epílogo

Años después...

P.V.D Grace

Escucho el coche de Collin aparcar fuera de casa, y la emoción crece dentro de mi. No puedo creer que haya llegado este día. Estoy tan entusiasmada que no me puedo contener y corro a la sala. Will me mira sacando la vista del televisor y alza las cejas.

- ¿Qué te sucede, nena? - Él me mira divertido y señalo hacia el jardín.

- ¡Collin está aquí, con la chica que le gusta! - Grito en voz baja y Will se pone de pie.

- No hagas pasar verguenza a tu hijo. - Me dice antes de poner un beso en mi boca.

- ¡Claro que no!

La puerta de entrada se abre y Collin entra junto a su nueva novia. No puedo creer que esté pasando.

- Ella es hermosa. - Susurro en voz baja para que solo Will pueda oirme.

- Ohm..  Mamá, papá, ella es Susan. - Collin mira a la chica y veo como sus mejillas se ruborizan. Ella es alta y esbelta, ninguna flacucha, y eso me gusta. La niña nos mira con unos ojos marrones grandes y asustados y en mi interior vuelvo al dia en que conocí a mis suegros.

- Susan. Es un gusto conocerte. - Will avanza primero y le da un beso en la mejilla.

- Cariño, es un placer tenerte en casa. - La saludo con un beso en la mejilla, también.

- Señor y señora Crawford, estoy encantada de que me invitaran a cenar. - Susan sonríe amablemente.

- Bueno, vamos a estar arriba ¿Nos llamas para la cena? - Collin me aprieta en los hombros y asiento mirando hacia arriba hacia sus ojos verde oscuro.

Él y Susan suben las escaleras y observo a Collin más de la cuenta. Hace algunos meses que comenzó a tatuarse, justo en todo su brazo izquierdo. Me recuerda a Will. Es más alto que yo, y muy grande. Se que las chicas se vuelven locas por mi niño.

- Ese es mi muchacho. - William se ríe - ¿Cuánto tienen? ¿Quince minutos antes de cenar? - Me mira y me cruzo de brazos - ¿Recuerdas lo que tu y yo podiamos hacer en quince minutos, Grace? - Él me besa en los labios y el sonido de la puerta nos aleja.

- Por favor, dejen de hacer eso, no quiero tener pesadillas esta noche. - Tess da un portazo y se sienta sobre la encimera, con un pote de helado de chocolate.

- Son las... - Will mira su teléfono celular - Siete de la tarde, Theresa ¿Dónde estabas? - Él la mira y Tess me suplica con la mirada.

- Mamá me dejó ir a estudiar de una amiga. - Ella se encoje de hombros.

- ¿Amiga? - Will me ubica frente a ella.

- De acuerdo, papá. Deja de ser tan quisquilloso ¿De acuerdo? Tuve una cita y ya. - Tess se baja de la encimera y corre escaleras arriba.

- ¿Una cita? ¡Theresa Crawford! ¡Sabes mis reglas sobre eso! - Will le grita al pie de las escaleras y ella voltea, nos mira y se ríe.

- No me retes, mamá me dejó salir. - Tess me señala y ahogo mi risa en el trapo de la cocina.

- ¿Grace? - Will me mira y me encojo de hombros.

- Superalo, tengo diecisiete años, y fui a Packet Black con un chico, no hay nada de malo con...

Will se atraganta con el vaso de agua y me río en voz baja. Él cierra los ojos, y sacude la cabeza junto a un suspiro.

- ¿Packet Black? Dios mio, ella un día va a matarme ¡Vas a matarme, Theresa! - Will le grita por la escalera pero Tess es astuta y ya se ha ido a su habitación.

- Te dije que esa regla no valía de nada ¿Sin novios hasta los veinte? Si yo hubiera tenido esa regla no te hubiera conocido y los niños no estarían aquí. - Me acerco a él, rodeando su cuello con mis manos y Will me sube a la encimera.

- Es por eso que hice esa regla. No quiero que conozca un tipo como yo ¿Packet Black? Podrida mierda. - Will me besa en el cuello y yo sonrío.
- Los tipos como tu son calientes, apasionados y buenos en la cama. - Le guiño un ojo y Will hace una mueca.

- No hables de un tipo bueno en la cama cuando nuestra hija es el tema de conversación. - Se queja y me río.

- Bien... Entonces ¿Te gusta más si digo que los tipos como tu aman con todo su corazón? Es bueno que alguien ame a tus hijos ¿No te hace sentir tranquilo?

- Si, supongo... - Will suspira y levanto su barbilla con mis dedos.

- ¿Qué dijiste que podiamos hacer en quince minutos? - Arqueo las pestañas y Will me levanta poniendome en sus caderas y llevandome hacia el lavadero.

- Vas a tener que ser silenciosa, hay niños en casa. - Él me da una palmada en el trasero y estallo en una carcajada.