Capítulo 28

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"Hay un brillo en tus ojos que no puedo dejar de ver. Y ahí estoy, en el interior de un barco que se hunde poco a poco. Y sin ti, no voy a hacer salir con vida. Pero sé, que voy a estar bien"

PDV Grace

Abro los ojos lentamente, acostumbrándome a la luz en la habitación. Sin moverme de mi lugar puedo ver el cielo celeste y el sol brillando a través de la ventana. Cuando volteo a mis espaldas, el lugar de William está vacío, yo espero que él no se haya arrepentido de esto. Cierro los ojos, repasando cada una de sus caricias y cuando siento las risas familiares en la cocina, los abro nuevamente.

Me pongo de pie, saltando de la cama y me enrosco con la toalla juntando la ropa de Will que yo llevaba puesta anoche, entro en sus boxers y remera y corro al baño. Puedo oír a Trev y Will hablando. Cuando estoy en el baño, cepillo mi cabello y lo ato en un rodete en lo alto de mi cabeza, yo me pongo la pollera que llevaba anoche y mi corpiño. Lavo un poco mi cara, limpiando el maquillaje corrido y enjuago mi boca. Cuando abro la puerta del baño, William está a punto de tocar y nos sonreímos a la vez.

- Buen día. - Él toma mi rostro entre sus manos y me besa.

- Buen día, bebé. - El apodo sale naturalmente de mis labios y Will alza las cejas, acercandome a él desde mi cintura.

- Tengo una sorpresa para ti. - Will acomoda mi cabello fuera de mi rostro.

- ¿Para mi? - Él asiente - ¿Dónde?

- En la sala, ven a verla. - Will me suelta y corro por el pasillo hasta la sala de estar.

Abro mis ojos de par en par en cuanto veo las latas de pintura de todos los colores y el gran lienzo de tela colgado en la pared. Yo me quedo completamente muda y cuando él llega a mi lado y me abraza, besando mi mejilla, lo miro atónita.

- ¿Eso, es para mi? - Señalo las pinturas y asiente - Dios, no puedo creerlo ¡Gracias! - Rodeo su cuello con mis manos y él sonríe.

- Pensé que tal vez, mientras hablamos de lo que pasó, podríamos pintar este inmenso cuadro para mi habitación. - Will se encoje de hombros y asiento, comenzando a inspeccionar los colores brillantes.

- Hola, primita. - Trevor entra a la sala con las llaves en la mano.

- Hola, Trev. - Lo saludo con un beso en su mejilla y él me sonríe.

- Voy a llevar a Caroline al centro comercial, deseenme suerte. - Mi primo deja la sala haciendo el signo de la paz con sus dedos y Will y yo reímos.

- ¿Y bien? ¿Por dónde hay que comenzar? - Él toma la brocha más grande y me mira. No puedo creer que haya echo esto, es más de lo que alguna vez imaginé.

William se ocupa de colocar diario en el piso bajo el lienzo de tela mientras que yo abro las latas de pintura. Él se arrodilla a mi lado y me observa.

- Deberíamos pintar en ropa interior. - Will me sonríe.

- No seas ridículo no voy a pintar en ropa interior. - Yo sacudo la cabeza.

- Es una lástima porque yo si. - Will saca su remera por el cuello y baja sus pantalones, quedándose en calzoncillos - Vamos, corazón. - Él pellizca mi remera y doy un paso hacia atrás.

- ¡William!

- ¡Vamos, no seas niñita!

- Promete que si lo hago en ropa interior, vas a concentrarte en la pintura y no en mis tetas. - Yo lo señalo y Will asiente.

- Lo juro.

- Bien.

Estiro la remera sacándola por mi cabeza y la dejo caer sobre el sofá, soy muy consciente de que tiene sus ojos puestos en mi, como dos fechas, sin embargo, retiro la pollera por mis piernas y me quedo en boxers y corpiño. Cuando acomodo mi cabello, lo miro.

Inducción |h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora